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¿Perder el último tren?

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 10 de febrero de 2016, 06:21h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Su Majestad el Rey de España, Don Felipe VI, cumpliendo con el mandato constitucional y como Jefe del Estado Español, llamó a consultas, en una primera ronda, a los líderes de todos los partidos políticos que obtuvieron representación en el Congreso de los Diputados, tras las Elecciones Generales en nuestro país, llevadas a cabo el pasado 20 de diciembre de 2.015, tras las cuales propuso como candidato para formar Gobierno al Presidente del Gobierno, en funciones, y Presidente del Partido Popular, Don Mariano Rajoy Brey, quien, por lo demás, se había ofrecido reiteradamente a dicha designación, alegando que era el líder del Partido Político que había ganado las elecciones, en porcentaje de votos y en número de Diputados, tratando de marcarle el paso a su Majestad, como si éste no supiera lo que tiene que hacer al respecto y suponiendo una intromisión intolerable en la facultad, y obligación a la vez, de designar un candidato a formar Gobierno por parte del Rey de España.

Pues bien, tras haber obtenido el primer premio en esta competición y ser designado como candidato para intentar formar Gobierno, el Sr. Rajoy Brey, éste, en un alarde de irresponsabilidad y de dejación de funciones, tras reiterar su derecho a ser el primer candidato en requerir de la Cámara Baja la confianza y la investidura para formar Gobierno, de forma reiterada y como un derecho adquirido, salió por peteneras y dejó plantado al Rey de España, haciéndole un feo inaudito e inédito en la reciente historia constitucional española, desde que se reinstaurara la democracia (al menos, formalmente) con la promulgación y aprobación de la Constitución española de 1.978, alegando que no contaba previamente a su comparecencia en el Congreso de los Diputados con el apoyo necesario para poder conformar una mayoría que le permitiese  formar Gobierno. Al respecto, no ha dejado de dar la vara llamando a capítulo a Pedro Sánchez, el actual líder del Partido Socialista Obrero Español, a quien conminó, machaconamente (hasta 17 veces según ha manifestado la Secretaria General del Partido Popular Doña María Dolores de Cospedal), a integrarse en una coalición, junto con el PP y Ciudadanos, con el fin de evitar lo que también, repetidamente, ha venido denominando la coalición de perdedores (PSOE, Podemos, Izquierda Unida, y quizás, los independentistas), alegando el bien de España y el de los  españoles, ante la deriva populista de esa última coalición, que, a la postre, y según el interfecto, no llevaría a España sino a la desconfianza de los inversores y de los demás Estados miembros de la Unión Europea, propiciando, a la vez, la ruptura de la unidad nacional, para lo cual, como he dicho anteriormente, por activa y por pasiva, llamaba, yo creo que hasta en sueños, al Sr. Pedro Sánchez, piedra angular para lograr su propósito de perpetuarse, al menos, cuatro años más, como Presidente del Gobierno y poder seguir dándose el pico con Ángela Merkel y la burocracia y partitocracia de la Unión Europea, donde cree este hombre ser respetado, pero que, a las pruebas me remito, en cuanto hay un cargo o un asunto goloso para cualquier país, es España la primera en ser descartada. La anuencia de Don Albert Rivera para este sueño la daba por hecha y, en realidad, sí parecía que éste estaba dispuesto a entrar al trapo, incluso a ojos cerrados. Ahora bien, lo pretendido para Pedro Sánchez era y es, poco menos, que el abrazo del oso, pudiéndose leer entre líneas “dame un cheque en blanco” porque de esta coalición, como no cabe la menor duda “yo voy a ser el líder y, por tanto, seré el próximo Presidente del Gobierno”, en una llamada SOS en la que no desvelaba qué programa ni qué acuerdos proponía para poder llegar a la misma, así como dejando en el limbo el papel de los otros dos convidados de piedra, PSOE y Ciudadanos, y el de sus respectivos líderes, Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Pues bien, ante este desplante y cumpliendo con el mandato constitucional y su alta responsabilidad, de nuevo el Rey de España, Don Felipe VI, volvió a llamar a consultas, en una segunda ronda, a los líderes de los Partidos Políticos que han obtenido escaño en el Congreso de los Diputados, y a la que el líder del PP, Don Mariano Rajoy Brey, volvió a entrar con canguelo, descartándose, en este segundo momento, para asumir el posible encargo de su Majestad de que formara Gobierno y desbrozara su programa en el hemiciclo en que se asienta la soberanía popular, quizás creyendo que el Monarca, llamaría al Presidente de la Cámara Baja, Patxi López, para comunicarle la procedencia de una nueva consulta a los ciudadanos, a través de la repetición de las Elecciones Generales, como, al parecer, el propio Sr. Rajoy insinuó al Rey, que ya es tener desfachatez y meterse donde no le llaman dueñas o en camisa de once varas. Pero hete aquí, que mi gozo, en un pozo, y su Majestad, que de tonto no tiene un pelo, encomendó el encargo al líder de la segunda fuerza política más votada y en escaños, a saber, al líder del PSOE, Don Pedro Sánchez, quien, con sumo gusto y obediente, recogió el guante y se puso manos a la obra, aun reclamando un mes, como mínimo, para ponerse a trabajar en tal empeño, a fin de desbloquear una situación que empezaba a no ser agradable para nadie.

Mas, como no podía ser de otra manera, sabiendo cómo las gastan  y cómo se las toman los peperos de Mariano Rajoy, toda la artillería pepera ha comenzado a despotricar contra el nuevo candidato, revelando y poniendo de manifiesto que la decisión de su Majestad el Rey les ha pillado con el paso cambiado y puede que les haya hecho perder el último tren para asirse a las poltronas y a los coches oficiales del Poder. No sabemos lo que va a dar de sí esta nueva situación, que se presume dura y difícil, pero, al menos, ha habido una persona que ha dado la talla y el paso al frente para intentar cumplir con el encargo del Jefe del Estado. Y, repito, como no podía ser de otra manera, Don Mariano Rajoy Brey y todas la huestes peperas se han movilizado para poner piedras en el camino del líder Socialista para impedirle llevar a buen término el encargo recibido, a la manera como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer, porque puestos a ser serios, si Don Mariano Rajoy requería de Pedro Sánchez su apoyo para el tripartito,  que quería formar para salvar a España y a los Españoles, en una apariencia de altura de miras y sacrificio personal, anteponiendo los intereses de aquélla y de éstos a los particulares y partidistas de cualquier formación política, proponiéndole prácticamente al Sr. Sánchez hacerse el harakiri, si realmente el Sr. Rajoy Brey se considera un hombre de Estado, ahora lo tiene a huevo y debiera, ante su pusilanimidad para echarse al frente a formar Gobierno, facilitar, por esas altas razones de Estado alegadas por el mismo, una y otra vez, y facilitar, bien con un voto a favor o, al menos, con la abstención, que el Sr. Sánchez forme Gobierno, y si pensaba al invitar a éste hacia el tripartito, PP, PSOE y Ciudadanos, con el Sr. Rajoy de Presidente del Gobierno, sí o sí, también debería proponerle al líder socialista esa reedición del tripartito, permitiendo que Don Pedro Sánchez sea el Presidente del Gobierno, ya que es el que ha tenido el valor de lanzarse al ruedo y mover ficha, ¡Ah, pero la grandeza de miras de quien alardea de ella, deja mucho que desear y parece ser mera soflama, mero atrezzo, de quien, acostumbrado a no hacer nada, a no arriesgar lo más mínimo, a dejar que las cosas y los problemas se resuelvan por sí solos con el paso del tiempo, en una palabra a ejercer de Don Tancredo Mayor del Reino, quizás, por su pusilanimidad e indolencia, haya perdido el último tren de asirse, aunque fuera en turista, al Poder.

En esta línea y según el Diario “El Mundo”, el Ibex presiona para que el PP deje  gobernar a PSOE y Ciudadanos, en un artículo de Casimiro García-Abadillo, según el cual “altos directivos abogan por que Rajoy se abstenga si Sánchez llega a un acuerdo con Rivera”, y, según un empresario, “el mejor servicio que podría hacer el Presidente de España es marcharse”. En definitiva, que el Sr. Rajoy debiera, y más ante los lamentables espectáculos de corrupción que corroen su Partido, predicar con el ejemplo, puesto que cuanto más tiempo tarde éste hombre en asumir su responsabilidad, mas trastrabillado, afectado y perjudicado quedará.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTÍNEZ

  10 de febrero de 2016

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