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Serrano, alcalde. La oposición de vergüenza

Por Marino Martínez
miércoles 05 de julio de 2017, 14:17h
Marino Martínez
Marino Martínez

Ya tiene Albacete nuevo alcalde, Manolo Serrano, del PP. Sustituye a Javier Cuenca, que dejó el cargo por diferentes motivos, personales y relacionados con su partido (PP), tras dos años de cierta tranquilidad institucional, con una oposición que sacó adelante diferentes propuestas ante la minoría de gobierno, pero que en muchos casos no han tenido reflejo en nada de lo cotidiano.

Ahora llega Manolo Serrano, un hombre de partido, con muchos años en el Ayuntamiento. Dicen que el alcalde en la sombra desde hace cuatro años o más. Serrano es seguramente el mejor alcalde que ahora mismo podía tener Albacete, primero porque se da continuidad al mandato de los ciudadanos con su voto, tras dos años en los que no ha habido nada que avalase un cambio de gobierno, más allá del de las ideas y la forma de gobernar, pero para ese cambio debía haber oposición, que no la hay.

El PP pasa el pleno de elección de Serrano con un 7, ha sabido mantener lo suyo y ‘ganarse’ a Ciudadanos. Saca adelante con solvencia su candidatura y Serrano lo hace mostrándose como lo que ha sido siempre, un buen negociador, más allá del color político con que se quiera ver a este hombre del PP.

La oposición ha sacado otro cero, como en la elección de Javier Cuenca. Cada uno vota su ‘ombligo’ y ya han cumplido. Ganemos, como siempre, queriendo más de lo que puede exigir por sus votos y sus concejales y el PSOE como un partido a la deriva, sin rumbo y sin fondo, al menos en este Ayuntamiento. Los ‘estrechos’ de PSOE y Ganemos no han querido ni hablar con Pedro Soriano, el concejal no adscrito, por una cuestión de ego personal, porque les ha llamado lindezas como ‘pagafantas’ o ‘tontos útiles’. Por ese enfado personal no ha habido ni propuesta, ni negociación, para un cambio de gobierno. 

Yo no diré que son lo que dice Soriano que son, pero sí diré que su oposición no ha servido para nada, que les está siendo muy fácil ser oposición, hablando mal del alcalde o votando en contra de lo que propone el PP, pero sin que ni una propuesta con tres dedos de frente haya salido adelante. Sí, ya sé que han salido muchas, pero ¿han servido de algo? ¿Se ha mejorado en algo? Una respuesta para la doble pregunta. NO.

El PSOE, sobre todo el PSOE, y me fijo en la persona de Modesto Belinchón como cabeza visible, ha estado lejos de ser un partido con ganas de gobernar. Decía hoy Belinchón que él quería ser alcalde “pero no a cualquier precio”. Faltando el respeto así a Soriano, que seguramente será un ‘bocas’ pero que en lo concerniente al Ayuntamiento, ni ha robado, ni ha malversado ni se ha llevado un euro, por tanto no sé a qué tanta inquina contra Soriano, tantos ascos a un concejal que sí, se le va la lengua y las teclas cuando escribe notas de prensa, pero también tendrían que mirarse al ombligo el resto de concejales, los que va de importantes y serios, que a este señor le han negado desde un teléfono a un lugar físico en el Ayuntamiento donde ejercer una labor para lo que fue elegido, no nos olvidemos. En las filas de Ciudadanos sí, pero este señor es un cargo electo y merece un respeto.

Pues, termino, por ese empecinamiento de querer demostrar que están por encima de Soriano, en el PSOE han dejado la oportunidad de gobernar. Y ahí sí se pueden hacer cosas, ahí las decisiones llegan a los ciudadanos. Los votantes del PSOE querían un PSOE que gobernara, no uno en la oposición, un lugar muy cómodo para los políticos de medio pelo, y, lo siento mucho en lo personal, pero han demostrado en PSOE y Ganemos que son de medio pelo, que no tienen madera ni arrestos para llevar el gobierno municipal. Y como ha valido más su ego personal que el resultado final, seguirán en la oposición, con sus sueldos, sus liberaciones y sus casetas de la feria…, que esa es otra.

 

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