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Museo de Arte Realista: La gran mentira de Cospedal para Albacete

jueves 26 de julio de 2018, 21:25h

Tras tres años de silencio y aparcado ya en el rincón del olvido, estos días renace en Albacete la idea de crear un Museo de Arte Realista en la ciudad, con obras, nada más y nada menos que del magnífico pintor Antonio López, así como del grupo de realistas de Madrid, hombres y mujeres con un notable prestigio internacional y con obras expuestas en los principales museos del mundo.

Algo que sin duda sería una gran oportunidad para Albacete, para nuestra, en ocasiones mortecina, oferta turística. Salvo por un pequeño detalle y es que nunca ha existido esa oportunidad, ese gran museo nunca ha sido una realidad cierta para nuestra ciudad.

Esta historia del Museo de Arte Realista para Albacete que anunció el Gobierno de Cospedal en 2014, comienza con la deuda de 4.200.000 euros de la Cámara de Comercio de Albacete por aquel tiempo. Un agujero económico que iba a terminar recayendo sobre el Gobierno Regional si Cospedal no lo remediaba. El Museo no fue más que una tapadera, un verdadero castillo de humo construido para justificar ante la ciudadanía que la Diputación de Albacete, presidida por el popular Paco Núñez, comprara, en mitad de la crisis y de los recortes, el edificio Fontecha a la Cámara de Comercio exactamente por 4.200.000 €, cantidad idéntica a las deudas de la entidad. Cantidad que todavía hoy se sigue pagando y que lastra las posibilidades de inversión de la Diputación en los pueblos de nuestra provincia.

A sabiendas de que la cantidad iba a ser difícil de digerir por la ciudadanía, los populares continuaron con su gran mentira involucrando en ella a los grandes pintores, quienes veían en este futuro Museo, una oportunidad para exponer y vender su magnífica obra.

Se nos ilusionó con que el Museo tendría una colección permanente de Antonio López y los realistas de Madrid, se nos dijo que íbamos a contar con obras que hoy están en los principales Museos del mundo, pero nada de eso era cierto.

Y es que hay un dato que no aparece nunca en las informaciones relativas a este asunto, y es que esas obras jamás serían del Museo ni estarían a disposición de Albacete. No existe cesión o donación alguna de una sola obra. El acuerdo con los artistas habla de comodato. Es decir, un préstamo temporal con obligación de restituir cuando el termine el plazo pactado, o ¡atención! cuando el artista las necesite.

Y no es que lo diga yo, lo dijo el propio Antonio López en declaraciones a la Cadena Ser el día 14 de enero de 2015 en el programa Hoy por Hoy Albacete: “Nosotros nos hemos comprometido a prestar el trabajo un tiempo que tampoco hemos decidido cuanto es porque es una obra que vamos a necesitar en cualquier momento” (…) “Esta obra vendrá aquí, pero en cualquier momento la retiraremos”

Pues a sabiendas de la temporalidad efímera de estas obras, Cospedal nos vendió un gran Museo estable de Arte Realista con la única intención de que la ciudadanía digiriéramos los 4.200.000 € invertidos por la Diputación para rescatar a su gobierno.

Si una vez abierto el museo e invertidos los más de 6 millones de euros necesarios para comprar el edificio (4.200.000 €) y adecuarlo como Museo (2.000.000 €) los artistas necesitaran su obra y la retiraran, ¿Qué ocurriría con el Museo?, ¿Cuánta obra, además, debería adquirir ese Museo para que lo fuera en condiciones?

Esas preguntas no importaban porque la deuda estaba saldada. Objetivo cumplido.

Y esto no es todo, esta historia tuvo un gran damnificado: El Museo Nacional del Circo. El Ministerio de Cultura del Gobierno de España se había comprometido con Albacete, gracias al buen trabajo de Ricardo Beléndez, en adecuar el edificio del Banco de España del Altozano para traer a nuestra ciudad el Museo Nacional para la difusión del Circo. Un gran museo que ya contaba con financiación en los Presupuestos Generales del Estado, y con un acuerdo económico para garantizar su mantenimiento con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Albacete.

Pero a Carmen Bayod y a Cospedal debió parecerles un estorbo en su intención de que la ciudadanía digiriéramos la compra del edificio Fontecha, debieron pensar que dos museos no se los iba a creer nadie. Y a falta de un trámite por parte del Ayuntamiento, dejaron perder el presupuesto del Ministerio y la oportunidad para Albacete.

Por tanto, nunca fue real la posibilidad de que viniera a Albacete gran parte de la obra de Antonio López o de los realistas de Madrid, ya que como reconocen ellos mismos tienen poca obra de su propiedad. Nunca fue real que esas obras fueran una donación al Museo, ya que no se iba a poder disponer de ellas, salvo de forma inicial y en comodato, es decir como préstamo temporal que más tarde se retirarían.

Ese gran Museo de Arte Realista que nos vendieron nunca ha sido una realidad cierta para Albacete, solo fue una cortina de humo.

Pero la otra cara de la moneda nos dice que, si nunca ha sido una oportunidad, nunca la hemos perdido.

Si lo queremos en serio, trabajemos para tener un Museo (realista o de cualquier otra disciplina artística), que es muy distinto a trabajar para justificar la compra de un edificio. Hagámoslo desde cero, sin un lugar preestablecido, desde el rigor, el acuerdo artístico y político, y en las condiciones en las que esta ciudad pueda permitirse.

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