Al conductor, de etnia gitana, le habían dado el alto en otra calle de la zona unos minutos antes, pero logró darse a la fuga momentáneamente.
Una vez interceptado el turismo por la policía, la sorpresa de los agentes fue mayúscula: entre los pasajeros, también de etnia gitana, viajaban tres niños, de edades entre 2 y 4 años, y un bebé de unos ocho meses. Además, el conductor carecía del permiso de conducir. En realidad, nunca lo ha tenido.
El vehículo había sido detectado por una patrulla de la Policía Nacional que participaba en un dispositivo desplegado en el barrio del Carmen en las últimas dos semanas. La presencia de más agentes se debe al ambiente crispado que existe en esta zona junto a las vías del tren, a raíz de unas disputas entre familias gitanas.
Al darse a la fuga, los policías que le habían dado el alto comunicaron por su emisora el incidente y, unos minutos más tarde, otras patrulla interceptó el turismo. Al conductor lo detuvieron como presunto autor de los delitos de resistencia y desobediencia, además de otro contra la seguridad vial. El detenido pasó a disposición del juzgado de guardia de Puertollano y fue puesto en libertad con cargos.
Al conocer esta incidencia, algunos policías que trabajan en esta ciudad ciudadrealeña se han acordado del caso que ocurrió hace solo unos tres meses, cuando fue arrestado un hombre por conducir de manera temeraria con un bebé entre las piernas.