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Agencias de colocación

Por Miguel Ángel Vicente
jueves 11 de julio de 2019, 14:49h

A la vista está que las mayores Agencias de Colocación, hoy en día y sin competencia, las constituyen los Partidos Políticos, sobre todo desde que la política ha dejado su perfil de servicio público en pro del bienestar de la ciudadanía, abandonando su naturaleza de función pública, para convertirse en un trabajo, sobre todo para todos aquellos allegados a los Partidos Políticos, que no se comen una rosca en el ámbito privado, y que se pegan como lapas al organigrama partitocrático, aunque sólo sea por un plato de lentejas, que buenas son, a falta de otra cosa que llevarse a la boca, aunque si sólo fuera por ese plato, la economía nacional no sufriría tanto descalabro como viene sufriendo desde el advenimiento de la llamada “democracia” en esta país, aún hoy, a duras penas, llamado España. Y, consecuentemente con lo antedicho, nos encontramos con la conversión de los Partidos Políticos, en verdaderas empresas al servicio de los intereses particulares de sus componentes, de ahí la lucha fratricida entre los mismos por llegar a alcanzar la poltrona, principalmente la que lleva consigo la posibilidad de dispensar empleo a una buena cohorte de adláteres, corifeos, acólitos, paniaguados y mamandurrieros, que copan mil y un puestos, la mayoría perfectamente prescindibles, y en la mayoría, valga la redundancia, con una remuneración de escándalo y sin función concreta.

Y que no disimulen, autoflagelándose, por lo duro que es ponerse al frente, por ejemplo, de un Ayuntamiento, pues ya sabemos que el político de profesión se protege con una buena coraza, más potente que cualquier chaleco antibalas, lo que unido a la caradura que les es innata, todo les resbala y así andan de campechanos y campantes. Por eso no es extrañar que en los recientes constituidos Consistorios, tras las pasadas elecciones municipales de 26 de Mayo, las primeras medidas que han adoptado, casi en prácticamente todos los casos, por unanimidad o, al menos, sin oponerse nadie, han sido las de dejar atadas y bien atadas las remuneraciones de los ediles, sean de la facción de gobierno, sean de la oposición, a fin de sacarle rédito a los cuatro años que tienen por delante para ejercer el cargo conseguido en las urnas. Esta ingente tarea ha sido la primera tarea de nuestros munícipes, que ya entran en el ejercicio del cargo con un pan bajo el brazo y ¡que pan!, en algunos casos (diría que con una panadería entera de las buenas), lo que pone de manifiesto que el verdadero afán de quienes se enrolan en unas listas electorales es la de sacar el mayor rendimiento económico en interés particular, y el interés público, ya vendrá, con el tiempo, que ese puede esperar y seguir durmiendo el sueño de los justos, y como puede comprenderse fácilmente este es un punto que en ninguno de los programas electorales de los diferentes partidos políticos aspirantes al maillot amarillo (o, mejor, el rojo, ya que estamos en España y aquél es el del Tour de la France de Monsieur Emmanuel Macron), porque, a lo mejor, la reacción de los electores hubiere sido de otro costal, o sea, que otro gallo, quizás, hubiera cantado.

Y es que, hay algunos ejemplos de escándalo, aunque ya sabemos que a nuestros políticos todo les resbala, ya que tienen más cara que espalda, y estas pequeñeces o menudencias les traen al pairo, y, si por ventura, les lloviesen críticas y cunde el desencanto entre los votantes, lo será a toro pasado, y al igual que cuando meteorológicamente llueve, ya escampará. Mas, se han dado casos verdaderamente escandalosos o, más bien, de Juzgado de Guardia, tal como, sin ir más lejos, el del Consistorio de Sevilla, a cuyo frente ha sido ungido el socialista Juan Espadas, que muy orgullosamente posaba con la vara de mando (que esto de la vara o bastón de mando es una reliquia que ya debería haber desaparecido, adaptándose a los tiempos actuales), cuya primera decisión ha sido subirse el sueldo un 33% y quizás, para que no hubiera disensos, un 43% a los ediles de la oposición, tratando de justificar tan descabellada, insidiosa y afrentada subida, con que los sueldos de los concejales de la Corporación, que ahora presidirá, estaban congelados desde 1.991, por lo que con la citada subida el Sr. Espadas pasará a cobrar una nómina de 84.454 euros del ala anuales brutos, y serán de 71.644 euros, también del ala y brutos anuales para los concejales con responsabilidades de gobierno. Y aún tenemos que estar contentos, porque según la primera teniente de alcalde de Sevilla, Sonia Gaya, queriéndole quitar hierro al asunto, la ley fija un máximo de 120.000 euros anuales para los sueldos de los alcaldes de ciudades de más de 500.000 habitantes (Sevilla ronda los 700.000), de manera que el alcalde actual de Sevilla queda aún lejos de ese límite, o sea, que aún podría haber sido más gorda la subida.

Y, como sentencia el refranero español, tan certero como puñetero, casi siempre, todo se pega menos la hermosura, el ejemplo parece haber corrido como la pólvora por todo el suelo patrio. Y, así, en Málaga, el Pepero Francisco de la Torre ha aprobado una subida del 20% para todos los miembros de Corporación, y en Huelva lo ha sido del 27% para los concejales de gobierno de la Corporación, aunque su alcalde, el socialista Gabriel Cruz, “sólo” se lo ha subido un 14% pasando a tener una nómina anual de 70.000 euros brutos.

Siendo de reseñar que contrastan estas elevadas subidas con las que se suplican para los trabajadores en general, rondando el 2 o el 3 por ciento, lo que ya es un logro y dándose con un canto en los dientes, y a tener en cuenta la nómina mensual sobre la que se aplica la aludida subida, en comparación con las de los munícipes de marras.

Y ya no sólo hablamos de los estipendios de los Concejales en su conjunto, del partido ganador y de gobierno, o de los partidos de la oposición, sino que la cuestión económica se extiende, no sólo de ahora, sino desde casi el advenimiento de la democracia, y ahora parece que se ha tomado un nuevo impulso, abrir la puerta a lo que “eufemísticamente” vienen a denominarse “asesores”, lo cual no deja de ser sorprendente y de llamar la atención, porque el principal asesor del Ayuntamiento o de la Diputación es el Secretario de esas Corporaciones, persona titulada y con plaza ganada precisamente para eso, para “asesorar”, amén de la infinidad de funcionarios, con los Jefes de Servicio a la cabeza, que integran el conglomerado operacional de esas instituciones, por lo que llama mucho el anuncio de nombrar asesores, que, además, y ciñéndonos, a nuestro Ayuntamiento Capitalino y a la Diputación Provincial, el Pleno de ambas instituciones han aprobado un acuerdo por el que, en el primero, existirán 27 asesores, uno por edil, y en la segunda, para no ser menos, otros 27, dos más que diputados, que son 25, todo lo cual deja perplejo al contribuyente, pues es abrir una puerta a la arbitrariedad en el nombramiento de tales cargos que recaerán sobre la aludida cohorte de adláteres, acólitos, corifeos, paniaguados y mamandurrieros que giran alrededor del poder, tal como gira la tierra alrededor del sol, incluidos cuñados y cuñadas, parejas, amantes, primas y primos y demás familia, lo cual debería, en aras de la transparencia que tanto predican y pregonan los políticos, hacerse pública la lista de esos pretendidos asesores, haciendo públicos sus nombres y apellidos, D.N.I., parentesco o relación personal con el político de turno, sueldo a satisfacer, y de manera importante, aparte de lo antedicho que nada sobra ni deja de ser menos importante, el Currículum Vitae de esos agraciados con esta clase de bagatela, bicoca, sinecura y momio, no vaya a ser que más de uno de los antedichos ni sepa leer ni escribir y esté más bien para ser asesorado o reingresarlo en la Logse.

Y, un ejemplo más el de las Cortes de la Generalitat Valenciana, cuyo Gobierno aumenta un 47% los altos cargos y asesores, pasando el número de altos cargos de 98 (que no son moco de pavo) a 136 y los asesores de 74 a 116 (que tampoco son moco de pavo), 42 más, un incremento del 56,75%, adjudicándose Presidencia 25 de cargos de confianza y Vicepresidencia 15. O sea, que no van a estar solos y desde luego si meten la pata sería para mantearlos de lo lindo.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTÍNEZ

11 de julio de 2019

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