Los arrestos se han llevado a cabo en Madrid, donde la red estaba asentada, además de en Pontevedra, Orense, Zaragoza, Toledo, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.
De los detenidos, 31 son colombianos, cinco españoles, dos venezolanos y un brasileño, informan la Guardia Civil y la Policía Nacional.
En 18 registros practicados en viviendas de forma simultánea, los agentes se han incautado de 111 kilos de cocaína y otro de éxtasis (MDMA) así como de cinco armas y 150.000 euros en efectivo; además, han embargado 41 vehículos, cuatro inmuebles y cuentas bancarias.
Según las pesquisas policiales, la gestión de la red recaía sobre La Negra, una colombiana con antecedentes por narcotráfico conocida en España por la entrada de toneladas de cocaína.
El trabajo de esta mujer era facilitado por la ayuda prestada por los seis integrantes de una familia de origen colombiano residente en Seseña (Toledo).
La investigación arrancó la pasada primavera a raíz de la detención en Tenerife por la Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria de un hombre que pretendía recibir un paquete con 15 kilos de cocaína y uno de MDMA.
Un intento fallido que sirvió a la organización para cambiar el método de transporte de sustancias estupefacientes con dirección a Canarias al apostar por hacerlo a través de personas que utilizan como correos humanos en vuelos domésticos, las denominadas mulas.
Pero la apuesta de la red resultó truncada después de que las fuerzas de seguridad interceptaran a 12 mulas que tenían la intención de colar nueve kilos de cocaína.
Tras resultar fallido el nuevo plan, la organización decidió volver a los envíos de droga oculta en paquetería, aunque una intervención de los agentes el pasado verano en Canarias consiguió detectar una nevera con otros 38 kilos.
Las diversas intervenciones de las fuerzas de seguridad provocaron que la red generara pérdidas de dinero para una deuda de más de tres millones de euros.
Esta circunstancia, sumada a la presión de los proveedores desde Colombia, les llevó a buscar una alternativa de transporte desde Galicia en contenedores venidos de la otra orilla del Atlántico.
Mientras tanto, continuaron empleando mulas que trasladaban la cocaína por carretera, si bien una de ellas fue arrestada en Orense cuando portaba 10 kilos y otra en Zaragoza con uno.
Según los investigadores, la organización intercambiaba la droga en las salas de espera de urgencias de hospitales haciendo creer que eran enfermos para intentar no levantar sospechas.
A 23 de los arrestados se les atribuyen delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.
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