En este sentido, uno de los aspectos más importantes para el bienestar del menor es el tipo de custodia. Por norma general, la custodia de tipo compartida suele ser más beneficioso para los hijos, ya que supone que los dos progenitores tendrán derecho a convivir con ellos.
En los últimos años, aunque la custodia monoparental sigue siendo la opción mayoritaria, han aumentado de manera considerable los casos en los que se ha concedido la custodia compartida. No obstante, no siempre es posible esta opción puesto que deben concurrir algunos requisitos.
En primer lugar, hay que saber que actualmente basta con que, o bien uno de los dos progenitores o bien el juez, proponga la custodia compartida para que sea considerada como una opción.
Un punto importante es la relación que exista entre los padres. Como aclara Juan Ignacio Oñós, abogado especialista en divorcios, “si no existe buena relación entre los cónyuges difícilmente se puede compartir algo, y mucho menos la custodio de un hijo”.
Asimismo, la proximidad entre los domicilios de ambos progenitores y su situación laboral pueden influir en el tipo de custodia que se elija.
Es recomendable que el tipo de custodia se establezca de mutuo acuerdo entre las partes mediante un convenio regulador de divorcio, no obstante si no es posible llegar a un acuerdo se iniciará un proceso judicial.
En el supuesto de que se acudiera a la vía judicial, “el Tribunal recabará informe del Ministerio Fiscal sobre los términos del convenio relativos a los hijos y oirá a los menores si tuvieran suficiente juicio cuando se estime necesario de oficio o a petición del Fiscal, partes o miembros del Equipo Técnico Judicial o del propio menor”, según explica José Simarro, del despacho Simarro Abogados de Murcia.
Por lo tanto, es importante intentar el mutuo acuerdo entre las partes siempre que sea posible para que el menor no tenga que formar parte de un proceso judicial largo y difícil.
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