En un encuentro con medios de comunicación mantenido en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades, el también secretario general del PSOE en la región ha comentado los escenarios que se pueden abrir tras las elecciones autonómicas de mayo y ha apuntado que "puede pasar de todo".
Ha puesto el ejemplo de la moción de censura a nivel nacional, que supuso un cambio en el Gobierno central y la llegada del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a la Moncloa, mientras que en Andalucía "ha pasado lo contrario de lo que se pensaba" también el PP, que según ha dicho, "tenía casi preparado una gestora" para el presidente de los 'populares' andaluces, Juan Manuel Moreno Bonilla, que "terminará siendo presidente".
Así, ante la pregunta de si eso puede ocurrir en Castilla-La Mancha, ha considerado que "hay muchas diferencias" entre Andalucía y Castilla-La Mancha, entre otros aspectos que "allí no han tenido a una presidenta como Cospedal", que dejó a la "gente muy escarmentada", aunque ha advertido de que "el riesgo no está evitado".
Por ello, ha subrayado que el PSOE afrontará las elecciones para "buscar una mayoría sólida y autónoma", al tiempo que buscará "puntos de encuentro" con otros partidos que se quieran "entender dentro del marco constitucional y del Estatuto de Autonomía", a lo que ha añadido: "Con Vox por supuesto que no, que nadie tenga duda".
También ha aseverado que tiene relaciones con todas las formaciones políticas de la región, y ante la pregunta concreta de cómo se lleva con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dicho que se relaciona "con facilidad" y "dentro de la normalidad".
Con todo, ha resaltado que "nadie ha avanzado nada", ni Ciudadanos ni el PSOE, de lo que "pudiera pasar después de las elecciones", pues ha insistido en que su objetivo es "ir a lo máximo" y ha tachado de "lamentable" especular con posibles pactos.
De hecho, ha hecho nuevamente alusión a Andalucía para indicar que "todo el mundo daba por hecho que iba a ganar el PSOE y solo se hablaba de con quién podía pactar, pero se ha perdido de vista la posibilidad de que no pudiera pactar con nadie, que es lo que ha pasado".
Asimismo, ha hecho alusión a la última encuesta de intención de voto publicada, que deja al PSOE cerca de la mayoría absoluta, y ha sostenido que no hará "ninguna lectura triunfal" y ha admitido que, hasta el día de los comicios "no sobrará ningún esfuerzo" y que no renuncia a "ningún apoyo social" y pide una "confianza muy global".
"Las encuestas dicen que la gente sabe muy bien quién ha tirado del carro, quién lo ha gestionado o quién se ha subido al carro", ha apostillado.
Línea coherente
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha resaltado que a lo largo de su Legislatura ha mantenido "una línea razonablemente recta y coherente" en su gestión, en la que no se ha "tenido que retractar de ninguno" de sus valores y ha sacado adelante un programa electoral "muy reconocible".
En un encuentro informativo celebrado en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede de la Presidencia del Gobierno regional, al que han acudido más de 100 periodistas de 54 medios de comunicación de la región, el presidente castellanomanchego ha rememorado que, al inicio de la Legislatura, se planteó como objetivo "cambiar el plano" en el que había quedado la región tras la Presidencia de María Dolores de Cospedal.
"Es un objetivo claramente conseguido aunque no rematado", ha considerado el presidente castellanomanchego, que ha pedido "jugar la segunda parte del partido", en alusión a poder gobernar la región cuatro años más porque "recuperar todo lo destrozado no puede plantearse a corto plazo, sino que es un esfuerzo al menos de dos legislaturas".
Ha sido este objetivo lo que, según ha resaltado, le ha llevado a presentar su candidatura nuevamente a la Presidencia de la Junta, pues ha apuntado que, ante los "problemas vividos" en el PSOE, tuvo "algunas dudas e incertidumbres personales".
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