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Cómo transformar un plato del día a día en un manjar

Cómo transformar un plato del día a día en un manjar

jueves 28 de marzo de 2019, 16:48h
La trufa negra, también conocida como trufa de Périgord, por ser esta última una de las regiones francesas de mayor producción, es muy apreciada entre los fogones de todo el mundo, y es que su aroma logra transformar los platos más sencillos en extraordinarios manjares dignos de dioses.

Una simple tostada con trufa negra, unos huevos fritos con patatas y trufa negra o un revuelto con un toque de este diamante negro logran subir al cielo a casi cualquiera. Algo que todo el mundo sabe es que las trufas son caras, sin embargo, un revuelto con trufa negra no resulta mucho más caro que uno con gambas. Y es que el precio del kilo de la trufa negra es en cualquier caso más barato que el de la trufa blanca.

Y a pesar de que la mayoría de los mortales saben que las trufas son una exquisitez, pocos saben que estos hongos, que viven bajo tierra en simbiosis con las raíces de encinas, robles y avellanos principalmente, se producen en primavera y maduran a lo largo del verano y el otoño, alcanzando su máximo esplendor en invierno. Un dato curioso es que las trufas desprenden sustancias alelopáticas que impiden el crecimiento de la hierba a su alrededor, algo que en ocasiones resulta clave para encontrarlas.

Los principales productores del hongo son Francia, Italia y España, siendo este último el mayor productor mundial, destacando especialmente la provincia de Teruel. Encontrarlas no es sencillo, y para ello se suelen emplear perros especialmente adiestrados para detectarlas con su olfato.

Tiene un sabor tan característico que incluso a los expertos les resulta complicado describirlo, lo que sí tienen claro es que es el ingrediente clave para convertir un plato del día a día en una exquisitez en cuestión de segundos. Su conservación es sencilla, aproximadamente 2 semanas en el frigorífico y casi 10 meses congeladas.

El precio del kilo de la trufa negra oscila dependiendo de la época del año y de la producción anual fundamentalmente, pero también puede variar dependiendo de la cantidad que se adquiera.

La buena época de este manjar llega a su fin, así que, si se desea disfrutar de él en toda su plenitud, todavía se está a tiempo.

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