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Un gobierno fuera de la ley (XIII)

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 22 de abril de 2020, 05:51h

SE RIEN, a mandíbula desencajada, se chotean, se descuajeringan, se parten de la risa, se lo toman a chacota, todo ello por parte del Gobierno en relación con la totalidad del pueblo español, por parte de este autonominado Gobierno Progresista de España, cuyo único progreso consiste en progresar sus componentes, sus acólitos, sus adláteres, sus corifeos, sus paniaguados y sus mamandurrieros, que, para mayor inri, son legión, la cual acabará incrementándose tan pronto se lleve a cabo la aprobación de lo que este Gobierno, ya criminal y que ya debiera estar, en Pleno, entre rejas, enfáticamente llama “una renta mínima estructural y permanente”, lo que supondrá extender a toda España el PER andaluz, todo ello con la única misión de seguir minando las instituciones del Estado, en una llamada a rebato para perpetuarse indefinida y perpetuamente en el poder, y seguir manejando a su antojo todos los resortes que ese poder pone en sus manos, para llevar a cabo la instauración de una República de España, tal como el insensato Pablito Iglesias, alias el Jorobado de Notre Dame Español, tiene entre ceja y ceja, implantando una democracia bananera bolivariana, estilo a la de Maduro en Venezuela, o sea, someter al pueblo español a la ruina y a la miseria, sin cortarse un pelo, tal como ha dejado entrever con las ventanas bien abiertas, estos pasados días, sobremanera el día 14 de Abril, Aniversario de la Segunda República, con referencias de él y sus colegas a la “república” sin venir a cuento, y con su prédica insultando y criticando al Rey de España, Felipe VI, directamente y a la cara, apostando por una “república del pueblo”, en la que el Jefe del Estado no tenga la osadía de vestir el uniforme militar, que no sé yo por qué su Majestad, ostentando el mando supremo de los tres ejércitos, Tierra, Mar y Aire, no le llama a capítulo y ordena su detención inmediata, por atentar contra su figura e imagen y por lo que, subrepticiamente, conllevan las alusiones antedichas, para la seguridad y estabilidad de la Nación Española, y ejemplos de ellos tenemos, uno muy reciente, con las condenas a los cabecillas del “proces” por haber declarado unilateralmente la República Catalana, pero parece que a este niño bien, que jamás ha dado un palo al agua, y que no se dedica sino a verborrear sin tener ni puta idea de la realidad y sin saber lo que vale un peine, se le permite todo por un Presidente del Gobierno, el Pseudo-Doctor-Sánchez, alias Pinochón (un Falcon para él y su señora y otro para su nariz) y se le consienten estas gracietas, pareciendo que éste o esté amenazado por aquél con hundirlo en la miseria, quitándole su apoyo para que lo veamos tan guapo como se cree pegándole la brasa a los españoles en alocuciones bolivarianas ridículas y sin contenido, o es que está tan enamorado del también llamado “coletas”, con el que se dedica a practicar la conyunda en las reuniones del Consejo de Ministros. Por cierto, que ninguno de ambos personajes puede presumir de lo que carecen: el Pseudo-Doctor-Sánchez, porque no es precisamente un dandy y mucho menos un apolo o el árbitro de la elegancia, y Pablito, idem de idem, y al que le sientan los trajes como a un Cristo dos pistolas, y es que su cuerpo no está para envolverse en un traje, más aún teniendo en cuenta aquel refrán, del refranero español, tan certero, como casi siempre, si no siempre, tan puñetero, según el cual “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, y es que, la clase, o se tiene o no se tiene, porque con ella se nace y no es posible adquirirla a posteriori, por mucho que uno se adose un traje por muy caro que sea y sea la firma que sea, o sea, valga la redundancia, “que no está hecha la miel para la boca del asno”.

Pues bien, decíamos, que se ríen, que se tronchan, que se regodean, que se divierten, que se parten de risa, este Gobierno Progresista de España respecto de todos los españoles vivos y muertos. Y, como botón de muestra, basta el aplazamiento del pago de impuestos, que este maldito Gobierno ha aprobado respecto de los que habían de ser satisfechos este pasado 20, concretamente los pagos fraccionados (IVA, Retenciones, IRPF y Sociedades, entre otros) por los autónomos y pequeñas y medianas empresas, cuya moratoria, ¡átense los machos! lo es hasta el próximo 20 de Mayo, o sea, ¡un mes!, alardeando la Ministra de Hacienda y, a la vez, portavoz del Gobierno, María-Jesús Montero, que el impacto de esta medida mantendrá la liquidez de las empresas afortunadas por un montante de 3.558 millones de euros (¡bendita liquidez, que ha de ser desembolsada a treinta días vista!), medida que ha sido tachada de cicatera, insuficiente y un soberano parche para callar las voces de alarma del tejido empresarial, que se ve abocado a la ruina, la miseria y, en definitiva, al cierre de sus establecimientos mercantiles, comercios y negocios. La tomadura de pelo es de órdago a la grande, a la chica y a los pares, porque, entre otras razones, esos autónomos y esas empresas se van a encontrar, llegado ese día 20 de Mayo, con las mismas o, quizás y casi cierto, más dificultades para afrontar el pago de esos impuestos, aplazamiento que no supone sino retrasar el problema a un mes vista, con la agravante de que en ese fatídico 20 de Mayo, los sujetos pasivos de los impuestos antedichos, se van a encontrar en peor situación para hacerles frente, ya que, la mayoría, este mes de Abril y, quizás, también buena parte del mes de mayo o todo este mes y dios sepa hasta cuándo, van a tener que seguir confinados, con el aditamento de que los servicios que no se consideran esenciales, mantendrán a sus empleados en casa y cobrando las nóminas de sus empleadores, amén del pago de la Seguridad Social, y algunos, considerados esenciales, también se hallarán en la misma tesitura, porque su facturación haya bajado, incluso, como ponen de manifiesto las gasolineras, hasta el 90%, o los propios Notarios, obligados a tener abierto el despacho, pero con restricciones en cuanto al despacho de asuntos, limitados a los estrictamente “urgentes”, que dejarán la caja de caudales bajo mínimos, ya que, aunque algunos se acojan a un ERTE, los gastos de mantenimiento del negocio serán los mismos o prácticamente los mismos, incluidos los pagos a la Seguridad Social. Por tanto, ese aplazamiento no supone sino pan para hoy y hambre, ruina y miseria para mañana, porque la reactivación económica o la reconstrucción económica, como gusta llamar a nuestros gerifaltes, irá para largo y a un ritmo lento, por mucho que nuestros gobernantes aún estén pensando en el cuento de la lechera, pero, eso sí, ellos sin mojarse, con sus sueldos, dietas y latrocinios rampantes y vigentes, cuando, en realidad, si es que tanto les importan España y los Españoles, deberían adoptar la medida de suprimir todas esas prebendas de que disfrutan el Gobierno y los cargos de la Administración Pública designados a dedo, durante, al menos, cinco años. ¡Ahí, sí que demostrarían un verdadero amor por España y por los Españoles! Pero como estos desgraciados no saben lo que es trabajar, mantener una empresa, pagar una nómina, pagar los seguros sociales y demás aditamentos de pago que conlleva una empresa, pues se mueven en la ciénaga de considerar que un autónomo o un empresario es, por su naturaleza, un tiburón al que le caen del cielo (tal como caía el maná en el Monte Sinaí al pueblo Hebreo conducido por Moisés hacia la Tierra Prometida) los billetes de 500 (bueno, rectifico, de 200 para abajo, porque los de 500 ya se han preocupado de acapararlos este tajo de mangantes que nos gobiernan). Y en esa ignorancia, en esa ineptitud, en esa incapacidad, en esa indolencia, en esa desfachatez, que, día a día, vienen demostrando, consideran que no pueden sumarse al aplazamiento de ese pago de impuestos, los que facturen más de 600.000 euros anuales, cuando, en principio, no debiera haber ningún límite, y caso de haberlo, habría de contemplar dicha cantidad, no como facturación, sino como resultado neto de la empresa, pues puede ocurrir que un empresario que facture más de esa cantidad, al final del ejercicio, gane menos que otro que factura por debajo de la misma. En cualquier caso, como he apuntado, es transferir el problema a un mes vista y en peores, quizás, condiciones para afrontar el pago de los citados impuestos. Y ello demuestra la ignorancia supina, la imprevisión, la improvisación con que actúa el tajo de inútiles y gandules que sientan sus antifonarios en derredor de la mesa del Consejo de Ministros, siendo escandaloso que esta medida, esta mala y pésima medida, que nada resolverá, se haya adoptado un día antes de poder efectuar la domiciliación bancaria del pago de dichos impuestos, lo que demuestra la insensatez y la desidia de un Gobierno, Progresista se autotilan, de España, que tiene este país como si de un juguete se tratara y lo están dejando, no para que no lo reconozca la madre que lo parió (Alfonso Guerra, dixit), sino para que no lo reconozca ni nuestros ancestros nehardentales. Y mientras tanto, Salvador Illa, Ministro de Sanidad (con ese mechón que se deja caer en parte derecha de su frente que, seguramente, el valido, muñidor y mercenario Iván Redondo, le habrá dicho que le queda muy bien y que le da cierto aire de intelectualidad y le aporta simpatía y desaire) y el experto en nada, Fernando Simón (con su desmelenada y, a veces, sucia, cabeza y esa voz aguardentosa que exaspera oírla, también aderezado por el valido dicho) nos cuentan el parte de muertos diarios, como si fueran moscas atrapadas en un panal de rica miel, muestra de la ineptitud, la inoperancia y la indolencia con la que el Gobierno Progresista de España (que, repito, debería estar en Pleno entre rejas, en espera de juicio sumarísimo) está llevando a cabo el tratamiento de la pandemia en nuestro país.

Se carcajean, se desternillan, se burlan, se chancean, se cachondean, se mofan, se pitorrean, y pruebas irrefutables de ello, la declaración hecha al pasado 19 de este mes y año, por el Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el General José-Manuel Santiago, que se sinceró con los televidentes al expresar que “trabajamos para minimizar el clima contrario al gobierno”, o sea, que la Guardia Civil, bajo su mando, se dedica a vigilar y a poner punto en boca y sordina a quien ose manifestar un mal pensamiento sobre este criminal Gobierno Progresista de España, considerando tal aseveración el Ministro del Interior, Grande Marlaska, “un lapsus” del General, y el ignorante de todo, Fernando Simón, un efecto del agotamiento de tanto mendaz (“no creo que utilizar los fallos que podamos tener en los discursos sea algo decente, porque estamos al límite de nuestra capacidad y resistencia”), sin dejar explicarse directamente al interfecto y censurando las preguntas al respecto de los medios de comunicación, pues el Secretario de Estado de Comunicación, Miguel-Ángel Oliver, otro que tal baila, veta las preguntas sobre el presunto uso político de la Guardia Civil por parte del Gobierno (pareciendo, como se expresan en artículos de opinión ayer, en el Diario El Mundo, Jorge De Esteban, que: “el Ejecutivo preferiría comprar bozales en vez de mascarillas; da la impresión de que está en peligro la libertad de expresión” e Ignacio Camacho en el Diario ABC: “si la estrategia de crisis la dirige el jefe de propaganda es lógico que en vez de repartir mascarillas imponga mordazas”), que, en realidad, no sé yo muy bien qué pintan los tres uniformados que salen a la palestra cada día a decirnos siempre más de lo mismo, acaso sea por la clarividencia del valido, Iván Redondo, que cree quitar presión al Gobierno y lavar sus trapos sucios con la presencia de los mismos, ya que estos gozan de un amplio respaldo entre la ciudadanía, y habiendo causado gran malestar entre los guardias y policías que se ven usados de “escudo”; o el mantenimiento por el PSOE del trámite parlamentario del proyecto de Ley de Eutanasia, fijando para este mismo miércoles la presentación de enmiendas parciales, faltando al respeto a los 20.453 muertos que, el lunes pasado, engrosaban las cifras de esta dramática estadística, unido el empecinamiento en no decretar el luto oficial en toda la Nación Española, ilustrativo del dolor y el desconsuelo que desgarra a la ciudadanía de bien en pleno; y, por si fuera poco, el líder del PP y de la oposición, Pablo Casado, más contento que unas castañuelas porque el Presidente le ha llamado a consultas, lo que no ha hecho durante todo el tiempo que llevamos de confinamiento, quizás, con la única y aviesa intención de que el pardillo del PP se coma el marrón o, como poco, que mutualice este desmadre en que se halla inmerso el llamado Gobierno Progresista de España. Se ríen, pero lo peor, es que algunos dejan que se rían de ellos.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ

22 de Abril de 2.020

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