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Un guardia civil que trabaja en Calzada de Calatrava difunde en tres meses mensajes para sensibilizar sobre el autismo

domingo 27 de julio de 2014, 14:46h

Un vecino de Jaén capital, Ramón Marcos Contreras, que trabaja actualmente como guardia civil en Calzada de Calatrava (Ciudad Real), ha culminado este mismo mes el reto que se marcó en la pasada primavera, el de subir "corriendo" doce cumbres "emblemáticas" localizadas en Andalucía oriental 

y la citada provincia manchega para, desde ellas, difundir mensajes sobre el autismo que ayuden a sensibilizar sobre el trastorno que padece su único hijo, nacido en diciembre de 2010.

Ramón Contreras ha explicado a Europa Press que culminó esta campaña el pasado día 18, cuando subió al pico más alto de la Península Ibérica, el Mulhacén, en Granada, donde depositó una caja pequeña con los doce mensajes que había ido enterrando en las otras tantas cumbres a las que había ascendido desde el pasado mes de abril, así como una camiseta elaborada con ocasión de esta actividad.

En concreto, desde el día 19 de dicho mes y hasta el pasado día 6, Contreras se ha asomado a los picos Almadén, Atalaya, Tetica de Bacares, La Pandera, Chullo, Aznaitín, Calar de Santa Bárbara, La Maroma, Mágina, Calar Alto, Veleta y Jabalcuz, ubicados en las provincias andaluzas de Granada, Jaén, Málaga y Almería, y en Ciudad Real, todo ello en compañía de su perro de raza 'cocker', "perfectamente preparado para el reto", y un compañero del Club Atletismo 'LPP Sport Jaén' --del que forma parte--, Alberto Pardillo.

Los mensajes que ha ido depositando en el transcurso de su iniciativa resumían síntomas del trastorno del autismo para que la población los conozca y pueda detectar de forma precoz la presencia de dicha patología en menores de dos años de su entorno, y que así estos puedan comenzar un tratamiento lo antes posible, desde la sospecha de que la población cuenta con pocos conocimientos sobre el autismo, aunque "todo el mundo sabe que existe".

A tenor de los mensajes que ha ido repartiendo Ramón Contreras para dar a conocer esta patología, un niño puede padecer autismo si "parece sordo algunas veces y casi nunca atiende cuando se le llama por su nombre", así como si "no señala para mostrar o compartir su interés, no ha desarrollado el lenguaje oral, o solía usar unas pocas palabras, pero ya no las dice".

El uso de juguetes de una "manera peculiar" --por ejemplo, "girarlos, tirarlos, alinearlos"-- es otro de los síntomas, junto a los de que parezca "preferir jugar solo, no reaccionar casi nunca ante lo que ocurre a su alrededor y generalmente no relacionarse con los otros niños, no señalar ni saludar, ni mirar hacia donde se le señala", tener "movimientos extraños, repetitivos" como caminar de puntillas, además de "frecuentes rabietas", o mostrar resistencia a "cambios ambientales".

El "apego inusual a algunos objetos o a estímulos concretos" --materializado en "llevar siempre encima un juguete u objeto"--, no realizar un juego social, usar "de manera particular" el lenguaje y "no decir o no poder decir lo que quiere" completan la docena de síntomas que han quedado reflejados en los mensajes que Ramón Contreras ha ido difundiendo por las cumbres a las que ha ascendido.

Ya el pasado año realizó una experiencia similar, si bien en aquella ocasión fueron once las cumbres a las que subió, y sólo en la provincia de Jaén, a excepción de una, que sí estaba ubicada en la provincia de Ciudad Real, según ha recordado este padre, que ha relatado que su mujer y su hijo viven en la capital jiennense para que el pequeño pueda recibir el tratamiento de atención temprana y logopedia al que se somete actualmente, y desde septiembre de 2012 son socios de la Asociación de Autismo 'Juan Martos' de Jaén.

Las subidas a la referida docena de cumbres no se han llevado a cabo en solitario por parte de Contreras, su compañero del club de atletismo y su perro, sino que han contado también con el respaldo presencial de particulares que han ido conociendo la iniciativa a través de las redes sociales, y que se animaban a acompañar a los protagonistas de la acción a haciendo senderismo o en bicicleta, por ejemplo, y "siempre con un guía para que no se perdieran", ha explicado Ramón, que ha destacado que en la subida a la cumbre de Jabalcuz se llegaron a congregar "casi 200 personas".

El impulsor de esta iniciativa ha explicado además que la longitud aproximada de cada etapa era de "unos 24 o 25 kilómetros" únicamente de carrera, de forma que la duración final venía a ser de unas tres horas, entre el tiempo empleado en la subida --aproximadamente hora y media--, más el de hacerse la foto en la cumbre y luego el necesario para completar el camino de regreso.

Al igual que le ocurrió el pasado año, cuando el buen resultado de la subida a once cumbres le animó a repetir el reto, Ramón Contreras ya está dispuesto a volver a vivir una experiencia similar el próximo año, porque de la de acaba de terminar se muestra tan satisfecho que la califica con "un diez", ya que ha concluido con el "objetivo cumplido" de "sensibilizar" a la población.

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