A diferencia de la traducción simple, la traducción jurada lleva firma, sello y certificación del traductor. Sirve para que tu título universitario —o cualquier otro documento académico— tenga validez fuera de España, en universidades, organismos públicos o procesos migratorios.
No siempre es necesario, pero si alguno de estos casos encaja contigo, sí que vas a necesitar una:
Vas a estudiar en una universidad extranjera, especialmente en programas de máster o posgrado.
Estás tramitando una homologación o convalidación de tu título en otro país.
Quieres presentarte a unas oposiciones fuera de España, y te piden la documentación traducida.
Formas parte de un proceso migratorio o de solicitud de visado, y te exigen acreditar tu formación.
Y ojo: no vale cualquier traducción. Si no es jurada, es probable que te la rechacen.
Además del título universitario, las instituciones extranjeras pueden solicitar otros papeles. Para no llevarte sorpresas, ten a mano:
Certificado de notas o expediente académico, con las asignaturas cursadas y calificaciones.
Diplomas de máster, posgrados o cursos complementarios, si los tienes.
Certificados de idiomas, sobre todo si optas a estudios en otros idiomas o te lo exige una empresa.
Y si necesitas que todo esto esté en alemán o sueco, puedes contar con un traductor oficial alemán o un traductor oficial sueco de confianza.
No hace falta complicarse. El proceso es más sencillo de lo que parece si lo haces bien desde el principio. Estos son los pasos clave:
Reúne los documentos que necesitas traducir, ya sea en original o escaneados en buena calidad.
Consulta con una agencia especializada, como Iuratum, para saber qué necesita tu caso concreto.
Confirma los idiomas de origen y destino, ya que esto influye en el tipo de traductor que necesitas.
Recibe la traducción firmada y sellada, que tendrá validez oficial en el país correspondiente.
Preséntala ante la institución que te la ha solicitado, ya sea una universidad, embajada o administración pública.
Y por supuesto, asegúrate de que el traductor esté autorizado. En Iuratum cuentan con traductores jurados sueco y de otros muchos idiomas, todos registrados oficialmente.
Una recomendación que siempre dan los traductores es enviar los documentos escaneados con buena resolución, sin sombras ni esquinas dobladas. Las fotos tomadas con el móvil, mal recortadas o borrosas suelen generar problemas y retrasos.
Evitar esos errores al principio te ahorra tiempo, correos innecesarios y frustraciones. Una buena imagen desde el principio facilita todo el proceso.
Clara, de Barcelona, consiguió una beca para hacer un máster en Estocolmo. Le pidieron la traducción jurada del título, el expediente y un certificado de inglés. Contactó con Iuratum y les mandó todo por email en la misma mañana. En menos de una semana tenía las traducciones firmadas y selladas, listas para entregar.
“Me daba miedo meter la pata con los papeles, pero me lo pusieron muy fácil. Tenía que entregar todo antes de una fecha concreta y llegué a tiempo. Sin sustos. Volvería a confiar en ellos sin dudarlo”, cuenta Clara.
Casos como el suyo son frecuentes, sobre todo en países como Suecia o Alemania, donde es habitual que te exijan traducciones oficiales. Por suerte, contar con un buen traductor oficial sueco puede marcar la diferencia entre un trámite fluido y un dolor de cabeza burocrático.
Si estás a punto de dar el salto al extranjero, ya sea para estudiar, opositar o trabajar, contar con una agencia especializada en traducción jurada puede ahorrarte tiempo, errores y disgustos. En Iuratum se encargan de todo el proceso de forma profesional, rápida y clara, para que tú puedas centrarte en lo importante: tu futuro.
¿Necesitas traducir tu título o expediente académico? Escríbeles. Mejor hacerlo bien a la primera.