Manuel Caballero, quien obtuvo su doctorado con "Bullidor", presentó una alternativa triunfal, destacando el número 19 y un peso de 486 Kg en romana.
El padrino Paco Ureña realizó un gesto muy entrañable al invitar a Manuel Caballero (padre) a salir al ruedo. Este acto se llevó a cabo entre el gran clamor del público, que llenó por completo las gradas de la Plaza de los Jardinillos, para que le cediese la franela y el estoque.
El toricantano logró un resultado notable, obteniendo una oreja merecida gracias a su habilidad como torero. Con la franela en la mano derecha y momentos destacados con la izquierda, demostró ser eficaz con la espada. Esta primera oreja de la tarde, conseguida con su primer toro, el "bullidor", comenzó a elevar el ambiente del evento.
Durante su segundo toro, el que cerró la plaza, Caballero mostró una actitud valiente y comprometida. Al final de la faena, se adentró entre los pitones para ejecutar una estocada que tuvo un efecto inmediato. Otra oreja.
Paco Ureña se enfrentó a su primer toro de Daniel Ruiz, el cual mostró muy poco juego debido a su escasa fuerza para embestir con bravura. A pesar de que la faena del lorquino fue muy trabajada, no logró estar preciso con el estoque, aunque recibió una ovación por su esfuerzo.
En su segundo toro, que correspondía al cuarto de la tarde, Ureña brilló con su estilo característico, manteniendo las manos bajas y el compás abierto en el centro del redondel. Este toro, conocido como "diablillo", pesaba 508 kg y llevaba el número 75 marcado en su costillar.
La actuación de Ureña logró conectar con los tendidos, y la insistencia del público llevó al presidente a indultar a "diablillo". Como resultado, Paco Ureña paseó dos orejas y un rabo que había sido extraído del desolladero.
Roca Rey, el torero peruano, genera admiración en cada plaza donde se presenta, y su actuación en Albacete no fue la excepción. A pesar de haber sufrido una cogida el día anterior en Valladolid, decidió asistir a Albacete. Prefirió no realizar el paseillo y se centró en sus dos toros, mostrando un gran dominio en cada momento.
En su segundo toro, su desempeño fue superior al del primero; incluso hizo gestos que insinuaban la posibilidad de indulto para el animal. Sin embargo, el presidente le envió un aviso, lo que llevó al peruano a ejecutar la suerte correctamente y dar una buena estocada. Finalmente, el presidente otorgó dos orejas y ordenó que se diera la vuelta al ruedo a "Belicoso".
Después de la conclusión del festejo, el público expresó numerosos comentarios sobre esta corrida, que, al final, se considera la mejor de las que se han lidiado.