La familia del combatiente albaceteño Juan Luis Amador ha recibido una notificación de la embajada de Ucrania, en la que se informa que el soldado ha sido declarado como desaparecido. Esto ocurre a pesar de las pruebas que indican su caída en combate el 20 de septiembre en el frente contra Rusia. Según ha comunicado a la agencia Europa Press el hermano del fallecido, esta situación les hará enfrentar un complicado proceso legal y les hace perder la esperanza de recuperar su cuerpo.
Su hermano, Miguel Ángel Amador, ha expresado su preocupación: "Temo que lo hayan hecho para ahorrarse dinero. Lo peor es que esto paraliza todos los procesos de cara a la herencia de su hija, que es menor de edad, y cualquier subsidio que pudiera recibir."
Herido de gravedad, sus compañeros de escuadra decidieron dejarlo bajo un árbol, ya que no podían trasladarlo en ese instante. De esta manera, evitaron que otros drones lo localizaran y, posteriormente, se replegaron a posiciones más seguras.
El Ayuntamiento de Villapalacios, localidad de origen del soldado, ha indicado que la noticia complicará el proceso de repatriación de su cuerpo, así como las posibles coberturas económicas que pudieran estar establecidas en su contrato con el Ejército ucraniano.
José Luis García, el teniente de Alcalde del municipio, ha expresado su descontento: "De decirnos que él estaba fallecido, con coordenadas y todo del lugar, pues que nos digan ahora que lo declaran desaparecido nos ha caído como un jarro de agua fría".
Amador, un hombre de 38 años, sufrió el impacto de un dron ruso mientras se llevaba a cabo una operación militar destinada a evacuar a los heridos en las proximidades de la ciudad ucraniana de Zaporiyia, que actualmente es uno de los frentes más activos del conflicto bélico.
La familia fue informada de manera informal sobre su fallecimiento por los propios soldados, quienes habían asumido el compromiso de hacerlo antes de la misión. Esto lo ha compartido García, una persona cercana tanto a la familia como al combatiente.
Un rayo de esperanza iluminó nuestra situación cuando un comandante se comunicó con la embajada ucraniana para informar sobre la ubicación del cuerpo de Juan Luis. Sin embargo, mencionó que era necesario esperar ciertos cambios en las condiciones climáticas debido a los drones antes de poder llevar a cabo el rescate. El mando ucraniano ya tenía conocimiento de su fallecimiento, y la embajada nos lo confirmó el pasado jueves", explicó el concejal.
García ha señalado que las implicaciones de la declaración oficial de su muerte podrían ser la razón por la que esto ha sucedido, afectando el contrato firmado con el Ejército ucraniano por el fallecido.
El teniente de Alcalde ha expresado su pesar: "Es más sencillo hablar de la desaparición en términos económicos y burocráticos que simplemente decir que ha fallecido. Les resulta menos costoso y, como yo digo, nos quedamos sin Juan Luis."
El hermano del difunto ha explicado que, según lo que les informó la embajada ucraniana, este era "el proceso habitual" en los casos en que no se logra recuperar el cuerpo del combatiente.
Según la familia, su situación no es un hecho aislado. Muchos son los familiares de los combatientes españoles que han perdido la vida mientras servían en el Ejército ucraniano, quienes aún están a la espera de recibir un certificado de defunción. Ante la falta de avances legales por parte del Gobierno ucraniano, han manifestado su intención de considerar la creación de una asociación para gestionar estos casos.
Hace algunos meses, una investigación realizada por el medio France24 puso de manifiesto numerosos casos similares de combatientes latinoamericanos que perdieron la vida en combate. Estas familias se encontraban a la espera de recibir tanto los certificados como el dinero estipulado en sus contratos.
El teniente de Alcalde ha comentado que, debido a la nueva situación legal, será necesario acudir a abogados.
Cuando se trata de una persona desaparecida, los procedimientos son diferentes en comparación con los que se siguen para un fallecido. En España, por ejemplo, es necesario presentar una denuncia. "Lo que más nos fastidia es que él tenía un contrato y supuestamente tiene que tener un seguro", ha señalado García.
El concejal ha solicitado: "Así que si hay algún momento en que otras personas puedan exponerse por él, pues que lo hagan".
A pesar de que el Consistorio de Palote demuestra empatía hacia los retos que implica la recuperación del cuerpo, solicitan que se mantenga presente el sacrificio hecho por su vecino.
No deseamos que ninguna empresa ponga en peligro su seguridad durante las operaciones de rescate, pero él estaba salvando a los heridos y arriesgó su vida.
El hermano ha solicitado que Ucrania "al menos" les proporcione el certificado de fallecimiento para poder regularizar su situación legal.
“Son conscientes de que ha fallecido; tengo la certeza de que el día de su muerte limpiaron su habitación en el cuartel y se llevaron sus pertenencias”, ha afirmado Miguel Ángel Amador, quien ha expresado su tristeza por no haber recibido ninguna comunicación oficial del Ejército ucraniano, por el cual su hermano sacrificó su vida, gestionando todo el proceso a través de la embajada ucraniana y el consulado español.
Desde un primer momento, la colaboración de todas las administraciones españolas ha sido agradecida por el Ayuntamiento. Además, han declarado que continuarán luchando para que su local permanezca en Villapalacios.
Juan Luis Amador, un veterano del Ejército español que se encuentra en la base de Cerro Muriano, considera que su marcha a Ucrania es "un caso curioso", según sus propias palabras.
García ha afirmado: "La única solución que tanto nosotros como la familia consideramos es ejercer presión donde sea necesario. Si es preciso, iré allí y lo traeré a cuestas. Estamos explorando todas las opciones posibles para lograr su regreso."
A pesar de su deseo de participar en misiones en lugares como Afganistán, el paloteño nunca tuvo la oportunidad de pisar el frente de batalla durante su tiempo al servicio de España.
Finalmente, su deseo de viajar a la guerra se hizo realidad cuando se unió en octubre de 2024 a las filas del Ejército ucraniano. Su objetivo era "ayudar a Europa", una decisión que la mayoría de sus vecinos no conocía.
No sentía la necesidad de compartirlo con nadie. No deseaba que nadie padeciera a causa de él. No lo proclamaba en voz alta. Su corazón militar fue el que lo llevó a esa decisión, ha explicado.