En años recientes, la vitamina D ha generado "una fiebre de preocupación y una suplementación excesiva, en gran medida debido a los mensajes alarmistas que circulan en las redes sociales -los cuales indican un déficit generalizado- y a la variabilidad en los criterios médicos. Esto ha llevado a que no haya un consenso entre las sociedades científicas y los profesionales de la salud respecto a los niveles óptimos de esta vitamina esencial para el cuidado de la salud ósea". Esta advertencia proviene de Elena Moreno Charco, farmacéutica de Atención Primaria en la Gerencia de Atención Integrada de Cuenca, perteneciente al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM). Originaria de La Roda, en Albacete, el trabajo de Elena sobre la vitamina D está siendo destacado por numerosos medios nacionales.
Durante su intervención en el 28º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), que tuvo lugar recientemente en Madrid y reunió a cerca de 400 farmacéuticos de atención primaria de todo el país, la farmacéutica ha señalado que esta falta de consenso ha llevado a un aumento significativo en la realización de pruebas médicas. Este incremento se observa tanto en las pruebas solicitadas por el sistema sanitario público como en aquellas llevadas a cabo en laboratorios privados.
A pesar de todo, como señaló, la reciente GuiaSalud elaborada por el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, con el apoyo financiero del Ministerio de Sanidad, sugiere que no se realice el cribado en la población general sana. Esta recomendación es válida salvo en el caso de pacientes que presenten síntomas, aquellos con enfermedades crónicas o que estén bajo tratamiento con medicamentos que puedan influir en la absorción y el metabolismo de la vitamina D.
Además, se debe considerar a los pacientes con hiperparatiroidismo, así como a aquellos con hipocalcemia, hipercalcemia o hiperfosfatemia. Cabe recordar que la hipercalcemia se refiere a un nivel excesivamente alto de calcio en sangre, mientras que la hiperfosfatemia indica un aumento elevado de fósforo en el torrente sanguíneo. También se deben evaluar los casos donde existan niveles inexplicablemente altos de fosfatasa alcalina, así como situaciones donde haya sospecha de toxicidad por exceso.
El pasado verano, el Ministerio de Sanidad ya hizo una advertencia acerca del uso racional de este producto y señaló los riesgos asociados a su consumo sin la supervisión de un médico.
Según los profesionales, el aumento en la realización de pruebas ha estado relacionado con un crecimiento en el uso de suplementos nutricionales de vitamina D sin la adecuada supervisión médica. Además, también se ha observado un incremento en las recetas para la vitamina D, destinadas a elevar sus niveles.
El pasado verano, el Ministerio de Sanidad ya hizo un llamado a la conciencia sobre la necesidad de un uso racional de estos productos. Además, se advirtió acerca de los riesgos que conlleva su consumo sin la supervisión de un médico. Entre los efectos negativos que puede ocasionar una suplementación excesiva, se encuentran síntomas como náuseas, vómitos, estreñimiento, pérdida de apetito y debilidad en el corto plazo. A largo plazo, este abuso puede incluso resultar en daños a los riñones, generando cálculos renales, provocando insuficiencia renal y afectando también la salud del sistema cardíaco.
Según Elena Moreno Charco, el papel de los farmacéuticos resulta ser "esencial" para garantizar el cumplimiento de las recomendaciones, ya que se encargan de asesorar e informar a los equipos de atención primaria. Además, desempeñan un rol importante en la educación sanitaria dirigida a los pacientes.
Un ejemplo destacado por Moreno Charco es el 'Programa de Revisión de suplementación con vitamina D' implementado por SESCAM. A través de este programa, todos los farmacéuticos llevan a cabo revisiones de tratamientos en aquellos pacientes que no presentan una indicación clara, así como en aquellos que tienen niveles tóxicos (por encima de 50 ng/ml) o están recibiendo dosis incorrectas (ya sea superiores a 2000 o inferiores a 400 UI).