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De cómo incumplir las promesas y ...

martes 03 de marzo de 2015, 23:41h
Miguel Ámgel Vicente
Miguel Ámgel Vicente
De cómo incumplir las promesas y hacer como que se cumplen sin hacer nada o haciendo todo lo contrario
Desde luego, tal como se van desarrollando los acontecimientos, en estos ya tres largos años de Gobierno del Partido Popular que, desde allá por el 20 de Noviembre de 2.011, cuando fue encumbrado a la cima del Poder, yo diría que “absoluto”, en base a las amplias o amplísimas mayorías que obtuvo, no sólo a nivel estatal, sino también autonómico, provincial y municipal, a estas alturas de la película, no es posible que nadie tenga confianza en quienes, desde el primer momento, a marchas forzadas y sin pausa, han ido, como Penélope, descosiendo por las noches lo que cosían por el día, y ni aún eso, pues se ha actuado a plena luz del día y con sol radiante, sin cortarse un pelo, haciendo de su capa un sayo y bajo el principio de “allá me las den todas”, pasando olímpicamente de un programa electoral, que no lo olvidemos ni lo dudemos, fue la base y el fundamento que movió a muchos españoles a votar al Partido Popular, incumpliendo los compromisos adquiridos con el pueblo español, y paradójicamente, ahora, Don Mariano Rajoy Brey, se convierte en el adalid del cumplimiento, exigiendo al Primer Ministro Griego, Alexis Tsipras, que cumpla a rajatabla y como sea, los compromisos adquiridos con Bruselas por el anterior primer ministro Antonio Samaras a quien nuestro premier tuvo la deferencia de visitar en la campaña electoral griega para arroparle y para que le vieran apoyado por quien se cree el nuevo Dios de la tierra, ¡claro, que así le fue a su patrocinado, que obtuvo un estrepitoso fracaso y el patrocinador volver con el rabo entre las piernas, ante el clamoroso éxito del actual Primer Ministro y de su Podemos griego, Syriza, teniendo que tragar saliva y carros y carretas, como le pasara al Ex-Presidente Zapatero, cuando tuvo la osadía de desembarcar en la Asamblea Francesa para que ésta diese un “Sí” a aquella Constitución Europea que resultó ser un fiasco y a la que, con buena cabeza, los parlamentarios franceses le dieron el piro. Y es que, a nuestros mandamases se les queda pequeño el suelo patrio y por el hecho de ganar unas elecciones se creen investidos de un aura y un poder divinos y se lanzan a la piscina, aun no sabiendo nadar (en este caso sin saber francés, ni griego ni inglés, que ya es delito) y tomando a los foráneos por tontos del haba, como si no supieran lo que son los juguetes, osan, con un desparpajo y una desvergüenza toreras, absolutas y temerarias, intentar darse un baño de masas y meter el hocico donde no les llaman, y así en el pecado llevan la penitencia, pues salen trasquilados cuando van a por lana. Y es que el aguijón de Podemos puede hacer mucho daño entres las huestes populares, que ven, cómo paso a paso, sin prisa, pero sin pausa, se les están poniendo a rebufo y ya empiezan a sentir en el cogote el aliento de quienes vienen pidiendo paso con la intención de acabar con la galopante corrupción que se ha gestado durante el bipartidismo y que, al parecer, los que hasta el día de la fecha han venido explotando el filón, no quieren dejar que otros metan la cuchara en el potaje del poder, que se creen reservado para los de siempre.
 A día de hoy, desde luego, salvo que sea un incardinado en alguna de las cohortes o legiones de los adláteres, corifeos, acólitos, paniaguados y mamandurrieros que le bailan el agua al poder, sí, de esos que viven de puta madre y sin haber pegado en la vida un palo al agua y ni se les espera que lo hagan, fuera de estos supuestos, a esta altura del film de la gaviota, no creo que haya nadie que esté dispuesto a comulgar con ruedas de molino, a permitir que le tomen el pelo y a creer que los burros vuelan, pues, al parecer estos son los sofismas que maneja el Partido Popular, para seguir asiendo con los diez dedos de las manos y los diez de los pies, la poltrona, que van a acabar dejándola inservible para que nadie pueda sentarse en ella.
Y en esta tesitura no vale seguir con el soniquete de “la herencia recibida”, que sí la hubo, pero también sumada a la propia herencia, pues no olvidemos que ante los desvaríos del Sr. Rodríguez Zapatero, jamás se oyó la voz del sensato, mesurado y petrificado Rajoy amonestando a sus huestes sobre el peligro de sumarse al despilfarro y a la dilapidación del dinero público, allegado a la Caja Pública de Caudales con el esfuerzo y el trabajo y el sudor de la frente de los españolitos. Herencia que, en cualquier caso, nunca debió pillar a los beatíficos populares por sorpresa, ya que, de un lado, el PP gobernaba en más autonomías y municipios que el PSOE, y, de otro, porque el papel de la oposición es principalmente el de controlar a quien ejerce el poder y no dedicarse a sestear en los escaños del hemiciclo, sea el alto o el bajo. ¡Claro!, que si lo que hacían los parlamentarios populares era dedicarse, como Celia Villalobos, al juego de la tablet, sea con Candy Crush o Frozen Free Fall, no es de extrañar la extrañeza, valga la redundancia, que les produjera el desvío en el déficit público, como si éste fuera el único caballo de batalla a domar y a dominar.
Incumplimientos, desde luego, los ha habido para todos los gustos. Totales, a medias, contrarios...En fin, esta legislatura, ahora que tanto quiere apostar el PP por los toros y la tauromaquia, en realidad, ha sido como una corrida de muchos más que seis toros, y como los matadores, nuestro Gobierno ha estado viendo la cara a cada toro, pero no como aquéllos para salir a torearlos, sino simplemente para verlos desde la barrera y allá películas.
Todos recordamos las proclamas de los peperos en la era Zapatero. Montoro y Rajoy, al unísono, ambos a una, como en Fuenteovejuna, se desgañitaban ante la subido de impuestos que propusiera Zapatero, y clamaban por la bonanza de, al contrario, bajarlos. Pues la primera en la frente: Primer Consejo de Ministros de 2.011, subida del IRPF. Y del IVA, y el 20% sobre los premios de la loteria...
Todos recordamos las proclamas de los peperos sobre la ilegalización de Sortu y Amaiur en cuanto pisaran alfombra monclovita. Resultado: más presos etarras en la calle, para desencanto y desesperación de las víctimas del terrorismo.
Todos recordamos las proclamas sobre la prohibición de fumar en los bares y restaurantes. El Sr. Rajoy permitiría hacerlo en lugares separados del resto, teniendo en cuenta el desembolso y el gasto hecho por los restauradores. Que si quieres arroz Catalina.
Todos recordamos las proclamas de los peperos sobre el no ingresar el IVA no cobrado. Ahí está el fiasco, una reforma que no ha servido para nada y que ha resultado, por tanto, un auténtico fracaso y bodrio.
 Todos recordamos las proclamas de los populares sobre la reforma de la Ley Aído del Aborto. ¿Qué van a hacer? Mantenerla íntegramente, modificando solamente el que las menores de 16 y 17 años tengan el consentimiento paterno.
 ¿Y de la píldora del día después? Si te he visto no me acuerdo, siguiendo vigente la dispensación, sin receta y sin límite de edad, al primero/a que la solicite.
Y de reforma de las Administraciones, más vale no hablar...Y de la lucha contra la corrupción, están metidos en ella hasta las cejas... Y de la transparencia, otro cuento...y así un sinfín, como esos que son destinados a mover el grano en la era...sin solución de continuidad, como su propio nombre indica.
 Y ahora, ante el aluvión de citas electorales y ante lo que desvelan las encuestas, nuestro Presidente trata de clavárnosla otra vez, hasta el corvejón y, encima, doblada, sacándose de la manga “la oportunidad del día después”, que parece el anuncio de un nuevo programa, de un nuevo reality de esos que acostumbran hacer las cadenas de televisión para entontecer al ciudadano (“matrimonio a primera vista”, “Adán y Eva”, etc, “la segunda oportunidad”, o sea, que el autónomo, la persona física, la familia, en definitiva, que se vea en la ruina, en la pobreza, en la indigencia absolutas, tiene una nueva oportunidad: dejar en manos de los acreedores todo su patrimonio, incluso el alma si les es solicitada (coche, casa, muebles, hasta el último céntimo, etc.), dejando vivas las deudas con la Administración Tributaria y la Seguridad Social y no venir a mejor fortuna en cinco años. Y yo me pregunto, si quien, como digo, entrega hasta el alma, ¿cómo coño va a levantarse para empezar de nuevo? Sería más lógico y piadoso, que del montante de lo entregado los acreedores reservaran un tanto para pagar el entierro de quien queda muerto en vida...
 ¿Habrá, aún algún español, que se crea que los burros vuelan? Como ha dejado dicho, Joaquín Sabina, en el Diario “El Mundo” en su edición del 26 del mes pasado, “hay una caza de brujas desde el Gobierno”.
 
MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
4 de marzo de 2015
 
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