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De nuevo sodoma y gomorra

Por Miguel Ángel Vicente
martes 29 de septiembre de 2015, 22:32h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

 “Apareciósele Yahveh en la encina de Mambré estando él sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del día. Levantó los ojos y he aquí que había tres individuos parados a su vera. Como los vio acudió desde la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: “Señor mío, si te he caído en gracia, no pases de largo cerca de tu servidor. Ea, que traigan un poco de agua y lavaos los pies y recostaos bajo este árbol, que yo iré a traer un bocado de pan, y repondréis fuerzas. Luego pasaréis adelante, que para eso habéis acertado  a pasar a la vera de este servidor vuestro”. Abraham se dirigió presuroso a la tienda... Levantáronse de allí aquellos hombres y tomaron hacia Sodoma, y Abraham les acompañaba de despedida. Dijo entonces Yahveh: “¿Por ventura voy a ocultarle a Abraham lo que hago, siendo así que Abraham ha de ser un pueblo grande y poderoso, y se bendecirán por él los pueblos todos de la tierra? Porque yo le conozco y sé que mandará a sus hijos y a su descendencia que guarden el camino de Yahveh, practicando la justicia y el derecho, de modo que pueda concederle Yahveh a Abraham lo que le tiene apalabrado”. Dijo, pues, Yahveh: “El clamor de Sodoma y Gomorra es grande; y su pecado gravísimo. Ea, voy a bajar personalmente, a ver si lo que han hecho responde en todo el clamor que ha llegado hasta mí, y si no, he de saberlo”. Y marcharon desde allí aquellos individuos camino de Sodoma, en tanto que Abraham permanecía parado delante de Yaveh. Abordóle Abraham y dijo: “¿Así que vas a borrar al justo con el malvado? Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Es que vas a borrarlos, y no perdonarás a aquel lugar por los cincuenta justos que hubiere dentro? Tú no puedes hacer tal cosa: dejar morir al justo con el malvado, y que corran parejas el uno con el otro. Tú no puedes. El juez de toda la tierra ¿va a fallar una injusticia?” Dijo Yaveh: “Si encuentro en Sodoma a cincuenta justos en la ciudad perdonaré a todo el lugar por amor de aquéllos” Replicó Abraham: “¡Mira que soy atrevido de interpelar a mi Señor. Yo que soy polvo y ceniza. Supón que los cincuenta justos fallen por cinco. ¿Destruirás por los cinco a toda la ciudad?” Dijo: “No la destruiré, si encuentro allí a cuarenta y cinco”. Insistió todavía: “Supón que se encuentran allí cuarenta” Respondió: “Tampoco lo haría, en atención a esos cuarenta”. Insistió: “No se enfade mi Señor si le digo: Tal vez se encuentren allí treinta” Respondió: “no lo haré si encuentro allí a esos treinta”. Díjole, “¡Cuidado que soy atrevido de interpelar a mi Señor! ¿Y si se hallaren allí veinte?”. Respondió: “Tampoco haría destrucción en gracia de los veinte”. Insistió: “Vaya, no se enfade mi Señor, que ya sólo hablaré esta vez: “¿Y si se encuentran allí diez?”. Dijo: “Tampoco haría destrucción, en gracia de los diez”. Partió Yahveh así que hubo acabado de conversar con Abraham, y éste se volvió a su lugar”. (Génesis Capitulo 18).

 “Los dos ángeles llegaron a Sodoma por la tarde. Lot estaba esperando sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó a su encuentro y postrándose rostro en tierra, dijo: “Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis vuestro camino”. Ellos dijeron: “No, haremos noche en la plaza”. Pero tanto porfió con ellos, que al fin se hospedaron en su casa. El les preparó una comida cociendo unos panes cenceños, y comieron. No se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin excepción. Llamaron a voces a Lot y le dijeron: “¿Dónde están los hombres que han venido donde tu esta noche? Sácalos, para que abusemos de ellos”. Lot salió donde ellos a la entrada, cerró la puerta detrás de sí, y dijo: “Por favor, hermanos, no hagáis esta maldad. Mirad, aquí tengo dos hijas que aún no han conocido varón. Os las sacaré y haced con ellas como bien os parezca, pero a estos hombres no les hagáis nada, que para eso han venido al amparo de mi techo”. Mas ellos respondieron: “¡Quita allá uno que ha venido a avecindarse, ¿va a meterse a juez? Ahora te trataremos a ti peor que a ellos”. Y forcejearon con él, con Lot, de tal modo que estaban a punto de romper la puerta. Pero los hombres alargaron las manos, tiraron de Lot hacia sí, adentro de la casa, cerraron la puerta, y a los hombres que estaban a la entrada de la casa les dejaron deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se vieron para encontrar la entrada. Los hombres dijeron a Lot: “¿A quién más tienes aquí? Saca de este lugar a tus hijos e hijas y a quienquiera que tengas en la ciudad, porque vamos a destruir este lugar, que es grande el clamor de ellos en la presencia de Yahveh, y Yahveh nos ha enviado a destruirlos”... Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot diciendo: “Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran aquí, no vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad”. Y como él remoloneaba, los hombres le asieron de la mano lo mismo que a su mujer y a sus dos hijas por compasión de Yahveh hacia él, y sacándole le dejaron fuera de la ciudad. Mientras los sacaban afuera, dijo uno “¡Escápate, por vida tuya! No mires atrás ni te pares en toda la redonda. Escapa al monte, no vayas a ser barrido”...El sol asomaba sobre el horizonte cuando Lot entraba en Soar. Entonces Yahveh hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Yahveh. Y arrasó aquellas ciudades, y toda la redonda con todos los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo. Su mujer miró hacia atrás y se volvió poste de sal” (Génesis, Capítulo 19).

Bien, visto lo anterior, parece que el mundo, no ya una ciudad ni dos, ni un país ni tres, sino, repito, el mundo entero, en general y globalmente, se dirige hacia una nueva versión de lo que sucedió a esas dos ciudades, Sodoma y Gomorra, a las que Dios castigó, sin contemplación, con su total destrucción (“Levantose Abraham de madrugada y fue al lugar donde había estado en presencia de Yahveh. Dirigió la vista en dirección de Sodoma y Gomorra y de toda la región de la redonda, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra cual la de una fogata. Así, pues, cuando Dios destruyó las ciudades de la redonda, se acordó de Abraham y puso a Lot a salvo de la catástrofe, cuando arrasó las ciudades en que Lot habitaba”, (Génesis, Capítulo 19, versículos 27, 28 y 29).

Y es que, si analizamos los acontecimientos que, en tropel, uno detrás de otro, sin solución de continuidad, un día sí y otro también, llegamos a la conclusión de que el mundo, en general, y España en particular, está inmerso en un proceso irreductible e incorregible de corrupción galopante, en el que no se miran ni a tirios ni a troyanos, y, aparte de la demolición y destrucción de los principios morales y espirituales, del Derecho Natural,  sobre los que se asentaron y se asentaban hasta hace cuatro días los cimientos de la civilización y cultura de Occidente, abandonados en aras de una nueva idolatría hacia el becerro de oro, llámese euro, dólar o libra, está llevando al mundo global a un callejón sin salida, que acabará pasando factura, de una manera muy lamentable, dolorosa y dramática, al conjunto de la población, dentro de la cual parecen no encontrarse siquiera esos últimos diez hombres justos por los que suspiraba Abraham ante Yahveh, para evitar la catástrofe y la destrucción de Sodoma y Gomorra, y por no cansar al lector y hacer este artículo inacabable, sólo basta citar algunos últimos ejemplos en los que la avaricia, el fraude, la sinvergonzonería de muchos, por no decir de casi todos nuestros prohombres de la cosa pública y multinacionales, nos ha llevado a un callejón sin salida, que no cabe, sino arrasar todo y volver a empezar de nuevo: ERES, caso Bárcenas, caso Gúrtel, caso Púnica, caso Rato, caso Volkswagen, caso de la FIFA, con Blatter y Platini, entre otros, por medio, etc., etc, etc., que no son sino ejemplos de que el ser humano ha vendido su alma al diablo, sin olvidar las guerras en Oriente, cuando no comenzadas, alentadas, por los llamados países occidentales, civilizados y desarrollados, para dar salida a la industria armamentística, auténtico lobby que quita y pone Presidentes de Gobierno, y en esas estamos, que esta vorágine, que este tsunami, que este terremoto global de corrupción hasta las cejas como nunca ha sido visto en la historia de la humanidad acabará pasando una factura muy elevada al ser humano, y en el que, lamentablemente, habremos de pagar justos por pecadores...

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

30 de septiembre de 2015

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