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Las notas de Verdi resuenan en la Catedral de Toledo con la Reina como invitada

Las notas de Verdi resuenan en la Catedral de Toledo con la Reina como invitada
sábado 12 de abril de 2014, 22:00h

El templo, la música, los artistas, el director y un público que sabía que allí se estaba interpretando algo grande, 

todo se ha conjurado esta noche para que las notas del Réquiem de Verdi, de la mano de Riccardo Muti, desbordaran las piedras centenarias de la Catedral Primada de Toledo.

La reina doña Sofía, acompañada del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, la princesa Irene de Grecia y el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, han asistido al concierto que el napolitano Muti ha dirigido con mano maestra.

A las ocho de la tarde el coro y la orquesta del Teatro Real, el coro de la Comunidad de Madrid y la Orchestra Giovanile Luigi Cherubini, fundada por el director napolitano en 2004 ya habían ocupado sus puestos bajo el órgano del emperador Carlos V de la Catedral.

A esa hora la reina accedía por la Puerta de Reyes del templo, que sólo se abre para el paso de éstos y la toma de posesión de los obispos.

Los solistas Tatjana Serjan, soprano, la mezzosoprano Ekaterina Gubanova, el tenor Francesco Meli y el bajo Ildar Abdrazakov se han situado en sus puestos y el premio Príncipe de Asturias de las Artes ha tomado la batuta, al tiempo que un intenso olor a incienso se expandía por el crucero y las naves de la catedral ocupado con 2.000 sillas, todas ocupadas.

Y se ha obrado la magia de escuchar en Toledo la obra que Giuseppe Verdi compuso en homenaje al poeta y novelista Alessandro Manzoni tras su muerte, y que se interpretó dirigida por él mismo en la ciudad de Milán al cumplirse el primer aniversario de su fallecimiento, el 22 de mayo de 1874, en la iglesia de San Marcos.

El éxito de entonces se ha repetido hoy en las bellas voces de los solistas, el coro y la orquesta a las órdenes del carismático director.

El Dies Irae, la pieza principal de la obra, llega pronto y se repite a modo de estribillo en toda la composición, y desde luego consigue su fin: aterrorizar al creyente con las consecuencias de alejarse de la virtud.

En la catedral de Toledo Muti ha hecho que en esos momentos se moviera hasta el suelo de esta ciudad milenaria, combinados con otras notas de gran espiritualidad acordes con el escenario.

Al final, el público entregado y entusiasta ha premiado a los artistas con varios minutos de aplausos.

Mientras, en la calle, desde la céntrica plaza de Zocodover se podía seguir el concierto a través de una pantalla gigante instalada para la ocasión, dado el interés que había despertado, de manera que vecinos y turistas, que hoy inundaban la ciudad, han podido disfrutar de la música de réquiem.

Este concierto es uno de los actos principales que ha organizado la Fundación El Greco 2014 con motivo del IV centenario de la muerte del pintor, y se volverá a interpretar el lunes 14 en el Teatro Real de Madrid. 

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