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Sobre lo decente y lo indecente (I)

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 23 de diciembre de 2015, 06:24h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

 Según el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, “decente” se define como “aplicado a las personas y a sus acciones y sus cosas, honrado o digno, incapaz de acciones delictivas o inmorales” y respecto de “indecente” lo define, como primera voz, como “no decente” y “aplicado a las personas y a sus acciones, etc, desaprensivo, indelicado o vil” y se dispara con “asqueroso, hecho una porquería. Desarreglado, miserable o de mal aspecto por cualquier circunstancia. Hecho un asco, ascoso, asqueroso, astroso, bisunto, cochambroso, cochino, desaseado, desastrado, descuidado, guarro, impresentable, incurioso, marrano, hecho una porquería, puerco, repugnante”, siendo el término “decencia” “cualidad de decente” e “indecencia” “cualidad de indecente” o “acción indecente por vil, indelicada o desaprensiva”.

Viene esta reflexión conceptual por el rifirrafe que en el clásico debate electoral entre el Presidente del Gobierno, en funciones, Don Mariano Rajoy Brey, que desea seguir agarrado a la poltrona, y el presunto aspirante a hacerle saltar de la misma, con la finalidad de ocuparla él, Don Pedro Sáchez, mantuvieron al calificar éste a aquél de “indecente” y replicar aquél sobre éste llamándole “usted es ruin, miserable y deleznable” y es entonces cuando el debate subió de tono y de tensión y entró en una lucha cuerpo a cuerpo, algo barriobajera, si es que puede calificarse de esta guisa, o en una reyerta, tal como poetizara Federico García Lorca, “en la mitad del barranco/ las navajas de Albacete/ bellas de sangre contraria,/ relucen como los peces.”/.

Pues bien, para dilucidar acerca de si en este punto la razón asistía al aspirante a La Moncloa, Pedro Sánchez, candidato del PSOE, o, por el contrario, éste se pasó cuatro pueblos, y la razón asistía al Presidente en funciones, Mariano Rajoy Brey, candidato del PP, que todo hay que decirlo, tampoco se quedó corto en su respuesta ante el gancho virtual al mentón que le dirigió el aspirante, hablando en términos boxísticos, y que, repito, todo hay que decirlo, acusó el Sr. Rajoy y que le dejó, por unos instantes relativamente noqueado, habría que echar mano de hemeroteca, con el objeto de ver si los hechos esenciales acaecidos desde que el PP asaltara La Moncloa, allá por el 20 de Noviembre de 2.011, en base a la mayoría superabsoluta (186 escaños) que el Partido Popular alcanzó, más que por sus propios méritos, por los deméritos del entonces inquilino de La Moncloa, el ínclito Sr. Rodríguez, o sea, Don José-Luis Rodríguez Zapatero.

Y no hay más que empezar con el primer incumplimiento del programa electoral por parte del PP, en el primer Consejo de Ministros, celebrado en Diciembre de 2.011, con el anuncio de la subida del IRPF, o sea, la primera en la frente, cuando en la campaña electoral todos los peperos insistieron, erre que erre, que subir los impuestos es lo que impedía crear empleo y, por tanto, era contrario al crecimiento de la economía, con un discurso que abanderaba sin tapujos quien ha sido el martillo de herejes en el ámbito fiscal, el oculto y escondido Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, en funciones, Don Cristóbal Montoro, que se ha regodeado, amenazando y blandiendo la Espada de Damocles sobre la cabeza de los ciudadanos, convertidos en meros súbditos contribuyentes, bajo el axioma de “calla y paga” con unas medidas fiscales y tributarias rayanas en la confiscación, la esquilma y la expropiación, todo ello en base a que el partido socialista saliente, les había engañado con el déficit público, que parece ser resultó unas décimas más alto del esperado. Pues bien, si la causa de malbaratar un programa electoral a las primeras de cambio por una presunta mentira, habría que argüir y preguntarse ¿qué es lo que hacían sus señorías del Partido Popular sentados en las poltronas del Congreso de los Diputados y del Senado? ¿No era su misión vigilar la acción de Gobierno como primera fuerza de la oposición? Claro, que si se dedicaron a sestear y dormir placenteramente el sueño de los justos no es de extrañar que se la clavaran hasta el corvejón y, además, doblada. En cualquier caso, la decencia, ante la imposibilidad de cumplir un programa con el que el PP se alzó al poder, haciendo todo lo contrario de lo prometido y defraudando la confianza depositada en el mismo por los electores, mandaba decirlo claro y contundentemente: “señores, yo he sido elegido para formar Gobierno con un programa que no podré cumplir, antes bien, tendré que hacer todo lo contrario de lo prometido, por lo que ante este hecho y para salvar la honradez y la dignidad de que tanto presumimos en el PP, no tengo más remedio que dimitir y convocar nuevas elecciones, bajo un programa que no se parecerá en nada al que ahora me ha hecho alcanzar el poder.”.¡Qué gran oportunidad de haber quedado el Sr. Rajoy como un verdadero Hombre de Estado y de paso como un Sr, decente verdaderamente.!

Pero no fue así, y ello debido al ansia de poder que tenía el Sr. Rajoy de ser Presidente del Gobierno y sacar la cabeza y estirar el cuello por aquí y por allá. Y empezó el verdadero llanto y crujir de dientes ante el reiterado incumplimiento de ese programa fraudulento, en muchos casos ni siquiera bajo el amparo de la motivación económica. Léase, por ejemplo, el no atajar los macropuentes, en no permitir fumar en los sitios reservados en bares y restaurantes a tal efecto, en no permitir que no se ingrese el IVA no cobrado por empresas y autónomos, en no reformar la designación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, agravando aún más esa designación en contra de la separación de poderes y de la independencia del Poder Judicial, y en muchas más, pero la más grave, con serlo todas, ha sido el hacerse el loco ante la reforma de la Ley del Aborto y de la dispensa de la píldora del día después, en aquélla con una minireforma que clama al cielo y que supuso la salida del Gobierno del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, y el no mirar o mirar para otro lado, respecto de la segunda, con la Ministra Ana Mato y su sucesor Alfonso Alonso, que se han lavado las manos como Pilatos ante Jesucristo y han seguido permitiendo que desde cualquier edad y sin receta médica de por medio deba dispensarse la píldora del día después por las Farmacias. Y aunque, en principio, dijeron que no habría represalias respecto de los Diputados y Senadores que votaron en contra o se abstuvieron en la mini reforma de la Ley del Aborto, Lourdes Méndez, Javier Puente, Antonio Gutiérrez, José Eugenio Azpiroz y Eva Durán (Diputados) y Angel Pintado, José-Luis Sastre, José-Ignacio Palacios, Gari Durán y Ana Tormé (Senadores) han sido castigados con su no inclusión en las listas electorales para el día 20 de diciembre. La venganza se sirve en plato frío, por tanto, y la represalia cayó sobre las cabezas de los rebeldes o disidentes, de quienes prefirieron el martirio antes que comulgar con ruedas de molino o tragar carros y carretas y seguir siendo conniventes con un genocidio del que habrá que dar cuenta más bien antes que después y que debe intranquilizar la conciencia de tanto desalmado, de tanto cómplice de la muerte de millones de seres humanos inocentes, a los que, miserablemente, se les impide ver la luz del día.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

  23 de diciembre de 2015

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