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El Alba ya no es de su gente

Por Marino Martínez
jueves 01 de mayo de 2014, 12:03h
Marino Martínez
Marino Martínez

Los aficionados del Alba viven estos días una de las mayores alegrías de los últimos años, por fin parece que el equipo tiene los mimbres suficientes para lograr el deseado ascenso a Segunda División.

Es increíble ver otra vez a la afición apasionada con los suyos. Es cierto que hay miles de personas que siempre han estado ahí, también en los peores momentos. Conozco a muchos de ellos, que han padecido ese sufrimiento de ver al Alba en Segunda B y sin opciones de volver a la categoría de plata. Muchos se gastaron el dinero que no tenían para comprar una, dos o tres acciones en la penúltima ampliación de capital, aquella en la que se buscó en el corazón de todos los albaceteños para echar una mano al club de sus amores. Esa en la que se buscó la complicidad de exjugadores y extécnicos, esa en la que se alcanzaron cifras inferiores a lo esperado pero en la que los que menos tenían, los aficionados de a pie, se gastaron el dinero del que no podían desprenderse simplemente por estar con el Alba, con su pasión, su ilusión, diría que hasta es su forma de vivir, porque muchos de ustedes (vosotros) sabéis que sin la pasión por el Alba seríais personas absolutamente diferentes.

Por eso hoy, 1 de mayo, me duele especialmente por toda esa gente, que haya pasado desapercibido para todos que ha terminado la primera fase de la última ampliación de capital, la del actual Consejo, y que tras haber comprado sus acciones una minúscula parte de los actuales accionistas, ahora el actual Consejo de Administración tiene la oportunidad de hacerse con el club de todos los albaceteños por una ínfima cantidad.

Recuerdo que este Consejo, con el apoyo o el silencio de aquellos que se han llamado accionistas mayoritarios en el pasado, aprobó la reducción del capital social y la reducción del valor de las acciones del club, todo aquel que puso en su día 60 euros por una acción se encontró que después de la última Junta General esa acción valía 3 euros. Es decir, había perdido casi todo su valor económico, todo su valor de algún poder en el club después de la ampliación actual.

Ahora el club será del señor Garrido y sus amigos, un club como el Alba, con su historia, buena y mala, vale poco más de 760.000 euros. Alrededor de esa cifra, o incluso menos, será lo que tenga que poner Garrido y compañía para hacerse con el Alba. Cuando sea suyo y los accionistas de siempre, los de 60 euros, los que van a las gradas, los que sueñan, se apasionan y sufren, todos los que quieren al Alba ya no tengan ningún poder, podrá hacer lo que le dé la gana.

Viene como salvador, pero alguien se ha parado a pensar ¿por qué? ¿Le va a impedir alguien hacer lo que quiera? ¿Y si mañana se lo lleva de aquí? ¿Y si no puede gestionarlo por la deuda y lo deja morir?

Esto es lo que tenemos. Un club que ahora puede por fin volver a Segunda, que apasiona y hace feliz a la gente de Albacete, mientras un señor se hace dueño absoluto. Garrido, por la ayuda o el silencio de los grandes accionistas, se lleva el club y se lo ‘birla’ a la ciudad.

Hacía mucho tiempo que no escribía ningún artículo de opinión y tampoco tenía intención de hacerlo a corto plazo, pero viendo lo que ocurre alrededor del Alba en estos momentos no he podido evitar la tentación de decir lo que pienso, como siempre. Me duele pero lo que veo no me gusta, y es que el Alba ya no es de su gente.

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