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¿Es un pájaro, es un avión?

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 22 de febrero de 2017, 05:06h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Esta es la pregunta que el vulgo, o sea, la ciudadanía, se plantea cuando ve pasar a Superman volando sobre sus cabezas antes o después de resolver un entuerto.

Esa misma pregunta parece que ha venido atormentando al  hoy concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid, Fernando Martínez Vidal, quien, en Enero de 1.989, diseñó el logotipo para el Partido, a instancias, entonces, de Don Manuel Fraga Iribarne, al que le pareció de maravilla la gaviota que se entreveraba entre los términos “Partido” y “Popular”.

Al menos, así se lo hizo saber, en llamada telefónica, Alejandro Muñoz Alonso (senador del PP fallecido en 2.016): “A Fraga le ha gustado mucho tu gaviota. Dice que le recuerda a Galicia”.

Y, al parecer, ahí empezó todo un calvario para el insigne autor del logotipo, pues, según él, lo que en realidad figura como pájaro volando, con las alas plenamente desplegadas,  en el mismo, no es una gaviota, sino un “charrán”. Él mismo es consciente, según confiesa, de que esta cábala identificativa está perdida para el común de la calle, pues “para la gente es una gaviota”.

Dice, que desde 1.989, viene luchando en defensa de que el tal pájaro “no es una gaviota, es un charrán”, porque, según él, “la gaviota es un ave carroñera, el buitre del mar, y el charrán, un pájaro muy simpático que vuela alto. En el vertedero de Valdemingómez, a 500 kilómetros de la costa, hay 7.000 gaviotas. No podemos identificarnos con un ave que está entre la basura y menos ahora. En el PP ha habido quienes se han comportado como gaviotas, como aves carroñeras, y nos han hecho mucho daño. Fuera gaviotas de nuestro partido. ¡Somos charranes!”.

Ahora el citado Sr. Martínez Vidal está feliz, porque en los estatutos del Partido que se aprobaron en el XVIII Congreso Nacional del Partido celebrado en la Caja Mágica de Madrid, se ha dado carta de naturaleza a que el pájaro que figura en el logotipo del PP es “un charrán”, quedando, por tanto, descartada la vieja teoría de que el mismo fuera una gaviota.

No sabemos, en realidad, si esta disquisición, entre si,  el mentado pájaro, es gaviota o si es charrán, la tenía muy clara el Sr. Martínez Vidal, cuando allá, por enero de 1.989, le hizo llegar a Don Manuel Fraga, el logotipo de marras, o si, viendo la deriva de su Partido, empezó a pensárselo mejor y, como a los ciclistas cuando van en carrera y sobre la bicicleta les sirven el avituallamiento, ha cambiado de idea y ha pasado a defender lo que defiende hoy.

No sabemos si en su intento de arreglar un desaguisado semántico, nuestro prohombre, en su afán de defender a ultranza al Partido de sus amores, trate ahora, precisamente cuando la corrupción agobia, como una bandada de gaviotas o de cuervos como en la película de Alfred Hichcock, por activa y por pasiva y por todos los puntos cardinales, al Partido Popular, cuyos dirigentes siguen como si la cosa no fuera con ellos y silbando y echando pelillos a la mar, haya querido separar esa inclinación, al parecer innata, según él, de las gaviotas, a alimentarse de la carroña, con cualquier parecido o analogía que los mal pensados, que somos muchos, predican.

Y para ello, nada mejor que meternos en el Diccionario, o mejor, en los Diccionarios, para tratar de llegar al meollo de asunto de tal calado, que parece sea definitorio de todo lo que representa un Partido Político:

Tomemos, en primer lugar, el Diccionario Oficial de la Lengua Española, para el que:

GAVIOTA: “Ave palmípeda, de unos 75 centímetros de largo desde el pico hasta el fin de la cola y de un metro de envergadura. Tiene plumaje muy tupido, blanco en general, dorso ceniciento; negras, pero de extremo blanco, las tres penas mayores de las alas, pico anaranjado y pies rojizos. Vive en las costas, vuela mucho, es voraz y se alimenta principalmente de los peces que coge en el mar. Hay otras especies, muy parecidas, pero más pequeñas”.

Y si acudimos al Diccionario de Uso del Español, de María Moliner,

GAVIOTA: Ave palmípeda de plumaje blanco y ceniciento, de largas alas, que vive en las costas y se alimenta de peces”.

Bien, parece que de estas definiciones, la gaviota, por ley natural, se alimenta principalmente, o quizás exclusivamente, si no le faltan, de peces. Otra cosa es que, como consecuencia del mal hacer de los humanos, de su depredación perversa y abusiva y su deriva a atentar contra el medio ambiente, les falte la materia prima en su hábitat natural, que es el litoral marítimo, y tenga, por fuerza, que buscar otro tipo de alimento, buscando, pudiera ser, en los vertederos, a los que, por tal motivo expresado, acuden otros muchos animales e, incluso, aunque parezca duro reconocerlo, el propio ser humano.

  Y llegados a este punto, vayamos, de nuevo, al Diccionario, o sea, a los Diccionarios, para escrutar acerca del significado o significados, del término CHARRAN:

Según el Diccionario de la Lengua Española, es “ave marina de cuerpo grácil, parte superior de la cabeza de color negro, pico largo y afilado y cola profundamente ahorquillada. Hay varias especies que, junto a fumareles y pagazas, se denominan golondrinas de mar”.

Y según el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, lo define, simplemente, como “golondrina de mar”.

Pero, héte aquí, que ambos Diccionarios, incluyen un significado más respecto del término CHARRAN, así, el de la Lengua Española, se despacha con un “pillo, tunante”; y el de María Moliner, con un “hombre que procede sin honradez o escrúpulos. Granuja”.

Con lo que, visto lo visto, no sé, si tratando de huir de cualquier concomitancia con la corrupción, en el Congreso Nacional, XVIII, del Partido Popular, se han devanado los sesos, para apartar esa connotación, mas parece como si el tiro les hubiere salido por la culata y más les hubiera valido guardar un sepulcral silencio, “no menealla”, en su intento de abstraer al Partido de cualquier relación con la corrupción, la cual, todo hay que decirlo, ya se ha colado en las filas del PP como un Sambenito...Y, además, con la agravante, de haber hecho llegar el término “charrán” a los propios Estatutos del Partido. Y es que, ya dice el refranero español, tan certero, como, a la vez, tan puñetero, que antes se coge a un mentiroso que a un cojo.

Y sin entrar en simplemente el término “pájaro” y sobre todo si le añadimos el apellido “de cuenta”. Pero esto lo dejaremos para otra ocasión, por no echar más leña al fuego.

Y es que, por más que se desgañiten, los próceres peperos en calmar a los cuatro vientos que la corrupción que afecta a la médula de su partido, es una cosa del pasado, lo cierto en que ésta, viene a ser como el “rayo que no cesa”, de Federico García Lorca, y ahora, una más que añadir a la lista, allende el Mar Mediterráneo, en la Comunidad Autónoma de Ceuta, donde las dos Consejeras, Rabea Mohamed (de Educación y Cultura) y Susana Román (de Hacienda), junto con un Diputado de la oposición, Mohamed Ali (líder de Caballas), así como el exviceconsejero y ex gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda, Antonio López, fueron detenidas e ingresadas en prisión, por la adjudicación irregular de 300 casas de protección oficial. Que supone un suma y sigue, sin solución de continuidad, y que deja con el culo al aire a Doña Esperanza Aguirre, en su teoría de las dos manzanas podridas en el cesto, lo que nos conduce a la conclusión de que, en realidad, lo que hay que hacer, aunque duela, es talar toda la arboleda del huerto de manzanos y volver a plantar de nuevo, pero después de haber dejado en barbecho unos cuantos años, para que se oree y desinfecte, el campo.

 

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

  22 de febrero de 2017

  

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