Durante casi tres décadas escribió de su Alba y del resto de deportes y deportistas de nuestra provincia. Alarcón se ha marchado pero deja un legado de profesionalidad y de camaradería a todos los que tuvimos la inmensa suerte de conocerlo.
Yo tuve la suerte de convivir con él cada día en la redacción de La Verdad y escribiendo también de deportes más de una década. Jamás una mala palabra o un mal gesto. Jamás un reproche. Alarcón pasó por la vida como una buena persona, un hombre educado, introvertido con los que no conocía, abierto con sus amigos. Una persona que respetaba y se hacía respetar. Un profesional como la copa de un pino, una persona que veía y entendía el fútbol, algo que no suele ir a la par ni es fácil.
Durante años y años ‘participó’ de los desayunos y tertulias con algunos de sus amigos. Paco Botella, Antonio Sánchez y su hermano Guti. Cada día se reunían delante de un café y hablaban y hablaban de fútbol y de la profesión.
Las nuevas generaciones de la información deportiva de Albacete ni sabrán quien es, como no saben quién fue en su día Esteban Fideu. Dos maestros, cada uno en su estilo y en su medio, Fideu en la radio, en su Radio Albacete. Paco Alarcón en su periódico, en La Verdad, siendo uno de los fundadores de la delegación de Albacete. Esa delegación que los nuevos jefes del periódico no tuvieron piedad en enterrar hace ahora cinco años.
No sé la razón, pero desde que conocí de la muerte de Paco Alarcón mi mente lo une a Julián Rubio y a Benito Floro. Supongo que será porque Julián revolucionó de tal forma el fútbol de Albacete que cambió la historia, y Benito Floro llegó un día de su Silla natal y encadenó ascensos hasta llevar al Alba a Primera División. Supongo que esos nombres los uno a Paco Alarcón porque sé del enorme respeto que él les tenía y también del que los dos técnicos le tenían a Paco Alarcón.
El respeto que se había ganado con sus formas y con su fondo. El respeto que alguien que convivió con él más de una década siempre le tuvo y le tendrá.
Si (
No(
