Teniendo en cuenta los plazos reglamentarios que se deben respetar, la propia gestión de la ayuda por parte de la administración (que en ocasiones cuenta con una sola persona encargada, como es el caso de Albacete), y que el pago de las misma debe hacerse efectivo antes del 15 de octubre de cada año, de nuevo se convierte esta subvención en una auténtica carrera contrarreloj para apicultores y funcionarios.
El propio sector apícola demanda año tras año una mejor planificación de las ayudas, solicitando que la convocatoria se realice a principios del ejercicio anual. Hay que tener en cuenta que determinadas inversiones, imprescindibles para incrementar la productividad del sector, necesitan de estudios técnicos, que requieren un periodo muy superior al concedido para justificar las ayudas (tan sólo 15 días en la campaña anterior), lo que unido al periodo de cierre vacacional de muchas empresas, dificulta o pone muchas trabas a proyectos de mejora e innovación.
Para UPyD Albacete se hace necesaria, para futuras campañas, una pronta convocatoria que facilite el trabajo a los apicultores y evite posibles errores administrativos derivados de las prisas y de la escasez de personal, cuyas consecuencias repercutirán negativamente en el sector.
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