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Asamblea de peleles

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 02 de octubre de 2019, 07:55h

Según el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, se define Asamblea como “reunión de las personas pertenecientes a una asociación o a una clase determinada, para deliberar sobre asuntos propios de ellas”. Y el término “pelele”, según el mismo Diccionario “como muñeco de figura humana hecho de paja o trapos, por ejemplo los que antiguamente era costumbre mantear como diversión”, añadiendo, también, que “se aplica a una persona que se deja manejar por otros u obra al dictado de otros”.

Pues bien, de tal guisa podríamos calificar la cumbre del clima organizada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebrada en Nueva York el pasado 23 de Septiembre de este año, en la que casi 70 países se comprometieron a revisar sus planes de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero para poder lograr los objetivos del Acuerdo de París, según el cual todos los Estados deben reducir emisiones que sobrecalientan el planeta para cumplir un objetivo común: que el incremento de la temperatura, que se juzga irreversible, se quede por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales y si es posible por debajo de 1´5. Los casi 200 países que cerraron aquel acuerdo en la capital francesa en 2.015, ya eran conscientes de la necesidad de reducir al máximo la emisión de gases de efecto invernadero, proponiendo como meta el año 2.030, mas bien es cierto que, acaso, estos acuerdos, como las promesas electorales en nuestro país (y me imagino que en prácticamente todos los países), tal como sentenciara el que fuera Alcalde de Madrid, Don Enrique Tierno Galván, están para no cumplirse, por lo que, en realidad, los países comprometidos han seguido tirando para delante, pensando en que sean otros los que reduzcan esas emisiones y como si la cosa no fuera con ellos, amén de que entre los países comprometidos, no figuran China, EEUU e India, que son los que se consideran como los principales contaminadores.

Pero amén de estas insulsas reuniones, en la que en esta ocasión se dejó ver nuestro ínclito Presidente en funciones, Don Pedro Sánchez, perorando con futilidades e inanidades, cualidades que adornan extremadamente a tal mandatario, que ya está desplazando al que también fuera Presidente de este país, aún hoy, a duras penas, llamado España, Don José-Luis Rodríguez Zapatero, y que trata de aprovechar cualquier evento multinacional para asomar la cabeza y hacer el ridículo, tal como lo hicieran, en su día, el citado Sr. Rodríguez y también, que todo hay que decirlo, Don Mariano Rajoy Brey, saliendo por peteneras, mas con el objetivo de dar imagen de hombre de Estado, que ya me dirán Uds. la imagen que de España, con estos cantamañanas, se llevan allende nuestras fronteras, mas como la estulticia, la soberbia, la ignorancia y la ineptitud son cualidades que adornan a estos personajes, la vergüenza torera no existe para ellos y, por tanto, son incapaces de enrojecer ante las meteduras de pata que a diestra y a siniestra van cometiendo a su paso.

Mas, si hay que añadir algo especial a ésta enésima reunión o Asamblea, en la que, como en todas las ocasiones, los resultados de la reunión quedan en agua de borrajas, en las que se promete el oro y el moro, en las que se hacen promesas y propósitos de la enmienda hueras, vacías y baratas, con tal de justificar las mismas y el dispendio que su organización, en materia económica, lleva consigo, en esta ocasión la cosa ha rayado en el más absoluto y espantoso ridículo, al hacer comparecer en la susodicha Asamblea a una figura (que a estas horas tendrá ya una cuenta corriente multimillonaria y lo que te rondaré morena), tal cual la presunta “niña” Greta Thunberg, esa mequetrefe que un día, según ella, se despidió del colegio, con quince años, y se plantó, más bien se sentó, en el frontispicio del Parlamento Sueco, con un mensaje prefabricado “salvar el planeta”, a cuya ardua y compleja misión se ha dedicado desde entonces ante la estupefacción de quienes aún sostienen sobre sus hombros una cabeza pensante e inteligente, pero con gran acogida en esas cabezas que embisten a las que se refería nuestro inmortal poeta Antonio Machado (“De diez cabezas, nueve embisten y una piensa. No os extrañéis que un bruto se descuerne luchando por la idea”), que llevan hasta la mismísima ONU a esa presunta niña, porque, en verdad, viendo la apariencia de la misma, lo de los 15 o 16 años que se lo cuente a su tía o a Rita la Cantaora, porque sus rasgos y modales son más bien de una treintañera, como esas actrices que hacen el papel de adolescentes en las series americanas, pero que atesoran más años que Matusalén.

Pues bien, esta “niñita”, que no hizo otra cosa que poner a parir a los allí reunidos, abanderando un conspicuo y falso movimiento juvenil en pro de la lucha contra el cambio climático, y en la que es considerada, poco menos, que una Jesucristo o una Gurú, de nuevo sobre la tierra, se ha soltado la lengua acusando al mundo entero: “Ustedes han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías”, y según cuentan las crónicas, no quedó un presente que no se meara o cagara encima ante tan grave acusación y reconocimiento del mal que le han hecho a esta pobre criatura producto manufacturado, que ya digo que por sus gesticulaciones, presencia y apariencia ya ha hecho el amor y la guerra largamente, aunque se presente como beatífica figura del más allá, quedando atónitos y subyugados por tan preclara elocuencia, sumidos en un ataque de histeria y pasando a hacer acto de constricción y propósito de la enmienda.

En realidad, lo lógico al haber encontrado a este “monstruo” a las puertas del Parlamento Sueco, si es verdad que con 15 años y alegando haber dejado el colegio para dedicarse a tan sublime fin de lograr salvar la tierra, hubiera sido darle dos leches y haberla llevado de las orejas a su clase correspondiente a seguir sus estudios, y ya puestos, ocho leches a cada uno de sus padres por abandono escolar y su permisión. Pero en este mundo absurdo de papanatas, calzonazos y peleles, patanes y títeres, que nos ha tocado vivir, pronto la tomaron por una Diosa, sin reparar en que la cuenta corriente de esta mocosa y la de sus padres habrá empezado a subir como la espuma, rasgándose las vestiduras y poco más o menos caer de bruces como del caballo cayó San Pablo camino de Damasco. En realidad, se trata de un fraude, de una estafa, de una tomadura de pelo más, análoga a la que hicieron frente los padres que, derramando lágrimas por la enfermedad incurable de sus hijas, pedían ayuda económica, engrosando sus cuentas corrientes y de la enfermedad de la niña, “res de res”, que diría un buen catalán.

Pero lo preocupante es que al más alto nivel de dirigismo mundial, se dé pábulo y asilo a una petrimetre de esta ralea y naturaleza, decididamente prueba que vivimos el peor momento de la historia de la humanidad y que nuestros máximos gobernantes, europeos y mundiales, son un tajo de papanatas, calzonazos y peleles. Así nos luce el pelo, y el cambio climático seguirá su curso inexorable, como lo ha hecho desde que la tierra es tierra y si no ¿quién explica que donde hoy hay montes y bosques, antaño fuera mar, y viceversa o la desaparición de los dinosaurios, entre otras especies?

Visto lo visto, cualquier disparate tiene cabida en esta opereta, tal como que la señora madre de la interfecta haya abandonado su profesión de soprano en base a la contaminación que el avión que la trasladara de un lugar a otro, produjese, debiéndole hacer saber a tan insigne señora que, el avión volará con ella o sin ella y quizás el abandono laboral se deba a que se está mejor con una suculenta cuenta bancaria y sin pegar un palo al agua. Y puestos a buscar tontos del haba ninguno como el Presidente de Francia, Monsieur Macron (el Zapatero Francés), el cual aseguró que el mundo necesita de “jóvenes en nuestros países que nos digan que tomemos medidas de acción por el clima”.

Lo chocante es que este tajo de majaderos, jóvenes que se creen en la necesidad de seguir los dicterios de esta poseída, son los mismos que tras la manifestación se van de botellón y dejan los páramos de España cual si hubiera ocurrido un terremoto o un bombardeo, llenos de plásticos, botellas, papeles, de otras materias primas y manufacturadas.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ

2 de Octubre de 2.019

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