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Los autónomos se sienten desprotegidos ante la crisis del coronavirus
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Los autónomos se sienten desprotegidos ante la crisis del coronavirus

jueves 09 de abril de 2020, 11:24h

Hace cuatro años Juan Usuga abrió en Madrid su peluquería, que cerró antes de que se declarase el estado de alarma por la pandemia del coronavirus.

Una vez que pase, no cree que pueda "seguir con su sueño", una inquietud que comparte con otros autónomos que se sienten desprotegidos ante esta crisis.

El negocio de Usuga se caracteriza por el asesoramiento de imagen sobre todo en el mundo del espectáculo, que también se ha visto afectado por la crisis del coronavirus.

Por eso cree que su peluquería, en la que ha dejado todos sus esfuerzos personales y económicos, "se hundirá".

"He llegado a pedirle a clientas que paguen los tratamientos o servicios por adelantado pero muchas de ellas son 'mileuristas'. Algunas me pueden ayudar pero la mayoría no. No sé cómo lo voy a hacer", lamenta este peluquero, que lleva ejerciendo su profesión décadas.

Desde el estado de alarma, al igual que muchos otros autónomos, no ha tenido ningún ingreso: "No soy el único que tendrá que echar el cierre pero me da mucha tristeza. Con cincuenta años me tocará perder todos mis sueños y empezar de nuevo", dice.

Acumula facturas por valor de 3.000 euros, como el pago de la tasa de autónomos, el alquiler del local, el agua, la electricidad y la gestoría, que tramita las ayudas anunciadas por el Gobierno y "no puede dejar de pagar".

El Gobierno ha planteado entre otras medidas moratorias para pagar las cuotas a la Seguridad Social y las deudas que tienen autónomos y empresarios.

Por su parte, el Gobierno de la Comunidad de Madrid, la más golpeada por el coronavirus, ha aprobado un plan para autónomos que va más allá al contemplar ayudas para sufragar las cuotas a la Seguridad Social de marzo y abril.

Sin embargo, para algunos autónomos estas medidas no son suficientes, ya que creen que se tendría que haber paralizado automáticamente el pago de la cuota del mes de marzo, cuando comenzó la crisis del coronavirus.

Es el caso de Alberto, osteópata. Lleva ejerciendo su profesión desde el 2001 como autónomo y, después de la crisis, se va a pensar seguir con este régimen porque siente que "no está apoyado por el Estado".

"Al final, pagas mucho dinero pero luego la recompensa es pésima", comenta Alberto, que respira algo más tranquilo porque el pasado 31 de enero cerró su local para trabajar a domicilio.

Señala que, en la Seguridad Social, la osteopatía está dentro del apartado de terapias naturales que se suscribe dentro del área sanitaria y, por tanto, en teoría podría estar activo.

"Obviamente no estoy ejerciendo. No puedo ir a las casas a trabajar así que no tengo ningún ingreso pero sí gastos (...) Mis padres han podido hacerme un ingreso y con eso iré solucionando los problemas de pagos, pero no todo el mundo puede tener esa ayuda", comenta.

Antes de que se decretase el estado de alarma, Eva Varas, administradora única de una pequeña empresas de reformas, finalizó un trabajo para un hotel. Desde entonces, todo se ha paralizado.

"Para mí la actividad se paró automáticamente, no porque la parara el Gobierno con el estado de alarma, sino porque automáticamente se paró", asegura a Efe.

Reconoce que más que preocupada por su futuro lo está por el de sus compañeros de la construcción o proveedores de materiales.

Ella tiene un remanente para hacer el pago de los gastos venideros pero subraya que, en una crisis económica, las reformas de viviendas y edificios "quedan en segundo plano o totalmente paralizadas".

"Tendremos que empezar a reducir gastos. No sé lo que va a pasar, lo único que tengo claro es que habrá muchísimo paro. Eso me genera miedo e incertidumbre y el sector de la construcción y reforma será de los más afectados", cuenta.

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