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Un gobierno fuera de la ley (XIV)

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 29 de abril de 2020, 03:15h

Y como siempre que se te incendia la casa, por descuido e indolencia del propietario, éste sale corriendo a pedir ayuda a sus vecinos, aun a costa de que alguno de éstos pierda la vida, ayudando al indolente. Pues eso es lo que le ha pasado al Pseudo-Doctor-Sánchez, alias Pinochón (un Falcon para él y su señora y otro para su nariz) y a todo su Gobierno de incapaces y mendaces Ministros, que avistando la ruina económica que se vislumbra en España, y ante su ineptitud, su imprevisión, su improvisación, su indolencia, su incapacidad, traducidos en múltiples errores de bulto, y su degenerada laxitud, han puesto el grito en el cielo (aun cuando no crean en Dios ni en Jesucristo, ni en la Virgen María, ni en Todos los Santos), y han lanzado un S.O.S desesperado a la madre Unión Europea, a fin de que ésta, que no son sino sus Estados Miembros, se rasquen el bolsillo y apechuguen con las consecuencias del desastre económico que ya está asomando las orejas por estos lares, consecuencia de las medidas adoptadas, tarde y mal, en la lucha sanitaria contra el coronavirus, que está dejando las huestes sanitarias en cuadro, ya que se contabilizan más de 35.000 personas relacionadas con la Sanidad, contagiadas por el virus, debido, fundamentalmente, a la indigencia de este Gobierno de Progreso, en el acopio de material sanitario eficaz y consistente para enfrentarse al virus, amén de la tardanza en tomar medidas efectivas contra el mismo, bastando recordar los vaticinios del gurú del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón (premiado tras sus múltiples errores, intencionados o no, con una Subdirección General, lo que huele a pago por la sumisión del individuo a los dicterios del Gobierno, ¡y ahí sigue el tipo, como Cagancho en Almagro!), en los albores de la invasión de la enfermedad en España: “No hemos tenido una preocupación excesiva a nivel poblacional. Esto es una enfermedad, pero eso no implica que sea una enfermedad de una gravedad excepcional que tenga que preocupar de forma exagerada a la población. Nosotros creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado. Si mi hijo me pregunta si puede ir a la manifestación del 8-M le diré que haga lo que quiera”. Palabras de quien es, nada más y nada menos, que el Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, dependiente del Ministerio de Sanidad, y la máxima autoridad científica en la que se ha apoyado el Gobierno para luchar contra una pandemia que ha causado estragos (al día martes 28 vamos ya por la dramática y friolera cifra de 23.822 fallecidos, que no son moco de pavo), el caos y el horror entre la población española ¡Menudo ojo para echar lluecas!

Pues bien, ante lo que se nos viene (ya está viniendo, con unos datos escalofriantes sobre el paro en el mes de Marzo, 898.822 empleos destruidos, que han causado baja en la Seguridad Social, amén de la presentación de 260.000 expedientes de regulación temporal de empleo, que suponen ampliar la protección del paro a otras 620.000 personas, y esperando los datos del mes de abril, que serán escalofriantes, vaticinándose que los parados o inactivos, incluidos los sujetos ERTES, superen los nueve millones), encima, ha cundido la alarma entre los miembros del Gabinete Ejecutivo de nuestro país, que, a buenas horas mangas verdes, se ha dado cuenta de que la Caja Pública de Caudales está más seca que la mojama y llena de telarañas, por el abusivo uso de sus fondos por parte de “manos-rotas”, tan aficionados al dispendio y la dilapidación no productiva, gasto en juegos florales y fuegos de artificio, y así, con una deuda pública de más de un billón de euros (que se la endosaremos a las futuras generaciones, que nacerán ya lastradas por este montante, que, sí o sí, irá in crescendo, y menos mal que la empresa privada y algunas organizaciones, como Amancio Ortega, por citar a uno, y Cáritas, por citar a una, entre aquéllos y éstas, respectivamente, están echando un capote a este Desgobierno fatuo y criminal, supliendo, con eficacia, la inacción y la parálisis que invade al mismo), el Pseudo-Doctor-Sánchez, alegando que la pandemia es algo que es cosa de todos los países, incluidos los que conforman la UE, en compañía de Italia y Portugal, se ha acordado de los eurobonos, que ahora llaman coronabonos, por su relación con el virus que nos atenaza, que son una forma de mutualizar los dineros que se prestan a los países que los soliciten, pero que de cuya devolución responden solidariamente todos, o, los demás que tengan fondos para resarcir la deuda ajena, y en ello estaba nuestra cigarra, pensando en la solidaridad y el buenismo de las hormigas, o sea, de quienes trabajan y ahorran y no se les van los fondos por las manos de administradores corruptos, a las que se les pegan los billetes, tal como si tuvieran aquéllas bañadas en pegamento, y los que se tumban a la bartola y se dedican a esto último, entrándoles el canguelo y el sudor frío cuando se ven con el agua al cuello. Pues esto es lo que le ha pasado al Gobierno Progresista, que ha acudido resuelto a pedir ese esfuerzo al conjunto de miembros de la UE, y algunas hormigas, caso de Alemania, Países Bajos y otros de la llamada Europa del Norte, le han puesto al Pseudo-Doctor-Sánchez los puntos sobre las íes, haciéndole un corte de mangas gigantesco, y le han recordado que pida el rescate, a lo que no está dispuesto el Pseudo-Doctor, para que no aflore toda la mierda que se agolpa en las cloacas del Poder, y sin razón alguna, ha entrado en cólera contra estos países, a los que, de una u otra manera, quería esquilmar, en connivencia con ciertos medios de comunicación meapilas, vendidos al Gobierno por un plato de lentejas y que faltan al juramento hipocrático del periodismo, siendo los pesos pesados, hoy por hoy, europeos, los que le han parado los pies a tan disparatada pretensión. Así, Frau Merkel advierte que la solidaridad no implica tener que mutualizar la deuda (que es lo pretendido por España, “dame dinero y que lo devuelva Rita la Cantaora”, pues ya en Europa saben con quién se juegan los cuartos), dejando caer que, caso de aceptar esta solución, su Parlamento poco menos que la crucificaría. Habiendo sido el más claro y contundente a estos efectos negacionistas de tal barbaridad, los Países Bajos (antes Holanda) que, a través de su Ministro de Finanzas, Wopke Hockstra, ha puesto de manifiesto que no le gusta la idea de los eurobonos porque teme que ello suponga al final el pago comunitario de la deuda nacional española e italiana y que hay otras soluciones como los créditos del MEDE, que van asociados a una condicionalidad que supone en la práctica la intervención de las economías a las que se trata de ayudar (los famosos hombres de negro que supervisaban los planes de ajuste y de reforma como consecuencia de los rescates aprobados durante la crisis financiera, caso de Grecia, Portugal e Irlanda, y de los que huyen, como el Diablo de la Cruz, las autoridades españolas, ¿por qué será?, lo veremos en el próximo capítulo). Y como la verdad duele, y más cuando se pone en entredicho la honorabilidad de nuestro país, allende nuestras fronteras, se ha tratado, por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores, a cuyo frente (o espalda más bien, pues Marruecos sigue comiéndole las aguas nacionales a España en la zona de las Islas Canarias, y aquí, como quien oye llover), se halla la inefable Arantcha González Laya, que, quizás, para justificar que existe y el sueldo que cobra, ha salido a la palestra, contándonos el cuento de la lechera: “Estamos juntos en el mismo barco europeo. Ahora todos corremos los mismos riesgos. No hay tiempo para discusiones sobre supuestos pasajeros de primera o segunda clase. No es momento de defraudar a nuestros ciudadanos”, y achacando el elevado número de muertes en España a cuenta de coronavirus, a la “contabilización particularmente transparente” que caracteriza el sistema español (¡me meo de la risa!) y añade que “España es particularmente transparente en la contabilización. Se consideran muertos por coronavirus todos aquellos que han dado positivo en el test, aunque finalmente hayan fallecido por otras patologías. En cambio hay países que solo computan a los muertos directamente por el virus, no por otras complicaciones”. Y dicho esto, dicen y cuentan, que la Ministra y su elenco de altos cargos, descansaron, como descansó Dios al séptimo día de la Creación. En fin, que no ha colado la jugada del Pseudo-Doctor-Sánchez, y ello, aunque el primer Ministro Portugués, Antonio Costa, calificara la posición de los Países Bajos de “repugnante”. En cualquier caso, el pelo de la dehesa española ya es archiconocido allende nuestras fronteras, y, como con toda la razón del mundo, cabe pensar, el planteamiento del Primer Ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, casa con la política que el mismo está llevando a cabo en su país, rechazando el confinamiento de la población precisamente para que el país siga funcionando y si está poniendo en riesgo la salud de sus ciudadanos, cabe pensar que no es para “pagar la deuda” de los Gobiernos italiano y español. Como él mismo ha manifestado “No es una Holanda contra el sur” y como ha dejado caer Sjaak de Gouw, Director del Servicio de Salud Regional y Municipal en Hollands Midden, en el sur de Europa las numerosas muertes están directamente unidas a la supuesta falta de higiene, civismo y disciplina histórica de estos países, y no creo que, como alguno pensará, este plante se deba a cierta inquina de los Países Bajos por haber perdido la Copa del Mundo de Selecciones Nacionales, en Sudáfrica, en 2010, ante la Selección Española, ni porque bajo el reinado de Felipe IV alguien pusiera una pica en Flandes. Claro, que también puede culparse de nuestros males al mensajero, tal como expresa en un artículo publicado en el Diario “El País”, y firmado por Pablo Valdivia, que “A pesar de lo que diga Rutte y los que se reafirman en la superioridad moral del ´confinamiento inteligente´, los muertos están llegando, nuestros vecinos están muriendo, los ciudadanos viven con ansiedad la posibilidad de la infección dentro de un sistema sanitario que no está preparado y que ha sido fuertemente privatizado”.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ

29 de Abril de 2.020

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