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Al enemigo ni agua

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 18 de mayo de 2022, 12:06h

Es un paradigma irrefutable que el Poder corrompe y eclipsa la vista hacia las soluciones que requieren los problemas que acucian a la ciudadanía, especialmente en momentos críticos tales como los que nos asedian en la actualidad y que se agravan en este país, aun hoy, a duras penas, llamado España, fundamentalmente por tener al frente de la Nación a un Gobierno que, de un lado, está compuesto por los rescoldos que a día de hoy conforman el Partido Socialista Obrero Español (PSOE, otrora) y Podemos o Unidas Podemos, que tanto da, da tanto, lo feminicemos o no, integrado por una serie de personas que no tienen ni repajolera idea de lo que es gobernar y desnudos de los más mínimos conocimientos técnicos y jurídicos para gobernar como Dios manda (dicho que sirve incluso para los ateos y laicos), y no digamos de ropaje ético, moral y espiritual, siendo su común denominador la ocurrencia, la mentecatez, el sectarismo y la conculcación de la legalidad vigente, postulado este último que, a día de hoy ante la intrépida desvergüenza con que actúan en los límites de la misma y en su conculcación, sin que, no sabemos por qué motivo, todas sus tropelías quedan absueltas, cuando en realidad y con arreglo a las normas del Ordenamiento Jurídico deberían ser objeto de persecución y sanción por parte de la Autoridad Judicial, si es que ésta, a día de hoy, tuviera vigencia y no estuviera bajo el mantra y la opresión del Poder Ejecutivo, que camino va a ello (falta la guinda de la composición del Consejo General del Poder Judicial, que caerá ante la cesión gratuita por parte del PP, en ese estrambótico apoyo que se vislumbra por parte del Sr. Feijóo), si es que no lo ha conseguido ya, como pone de relieve que la Fiscala Generala del Estado, Dolores Delgado, accediera a este cargo (que debe ser imparcial por naturaleza y mandato legal) dejando caliente la poltrona donde asentaba su antifonario el día anterior al nombramiento de tal, todo lo cual, como me imagino que le pasará a la inmensa mayoría de la ciudadanía, suena a música venezolana, o sea, que nos hallamos (pese a la opinión de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, analistas y tertulianos de pacotilla) ante una verdadera república bananera bolivariana, en la que el peso del Rey, o sea, del Jefe del Estado, ha quedado en un papel testimonial, dedicado a presidir la entrega de premios e inauguraciones inanes y de escaso valor social, buscando baños de masa para poner de manifiesto lo que la plebe quiere a nuestros monarcas, y añadiendo a todo ello una superlativa ideologización aberrante y diabólica, que preside el quehacer de un Ejecutivo que parece dedicado, en todas sus acciones, a la única e inicua dirección de conservar la poltrona, caiga quien caiga y aunque el país se hunda como se hundió el Titanic.

Por todo ello, es inentendible que el principal Partido de la oposición, el Partido Popular, con su nuevo Presidente a la cabeza, Alberto Núñez Feijóo (en algunos casos con la connivencia de VOX y de Ciudadanos) salga al rescate del Pseudo-Doctor-Sánchez, que no tiene escrúpulos tal como se ha demostrado en el último y reciente affaire del CNI, cortando la cabeza de su Directora Paz Esteban, sin causa ni fundamento, o sea, con los únicos de complacer a los independentistas catalanes, metiéndose en el fango la propia Ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha demostrado tener más cara que papada y una desvergüenza como la copa de un pino. La última entrega y sumisión de Alberto Núñez Feijóo, flanqueado por Abascal y Arrimadas, la hemos lamentado a cuenta de la aprobación del proyecto de Reforma de la Ley de Seguridad (que, por cierto, ha sido reprobado por el Consejo de Estado, por considerarlo lesivo para determinados derechos individuales), quizás por esa atrabiliaria premonición de que se trataba de una cuestión de Estado, y encima, después de haber puesto de hoja perejil, el Gobierno, con el Pseudo-Doctor-Sánchez a la cabeza, llamando a los peperos “mangantes”, “desgracia para la democracia” y “ultraderechas” y “fascistas de mierda”, por lo que es injustificable que la oposición haya puesto la otra mejilla (consejo que no daría ni el izquierdista Papa Francisco), en una reminiscencia del “maricomplejismo” que corroe la médula del PP y ahora de sus compañeros de oposición, que parecen haberse pepenizado, quizás en una interpretación errónea de que se trataba de una razón de Estado, la que induciría a actuar de tal guisa, cuando, hoy por hoy, la única razón de Estado que debiera tenerse en cuenta es la de que hay que destronar, como sea, al Pseudo-Doctor-Sánchez y a su Retroprogresista Criminal Gobierno de España y ponerlo a buen recaudo ante la Justicia verdadera, Esa es la única razón de Estado que podríamos considerar vigente, a día de hoy, por el bien de España y de los Españoles.

Y es que es inaceptable que habiéndose pronunciado el Tribunal Constitucional, al menos, a cuenta de la pandemia derivada del coronavirus, declarando nulos el Estado de alarma, el confinamiento y el secuestro del Parlamento decretados por tan criminal Gobierno y sin que de esa declaración se siga responsabilidad alguna sobre sus autores que siguen campando por su respetos y haciendo de su capa un sayo , pareciendo que la inviolabilidad y la no responsabilidad por sus actos que el artículo 56.3 de la Constitución Española dispensa al Monarca Español, se haya hecho extensiva a los actuales gobernantes, que siguen delinquiendo sin que el peso de la ley caiga sobre sus cabezas , en ese gobernar con la única finalidad de mantener la poltrona y el uso del Falcon, dando árnica y prebendas a golpistas, independentistas y terroristas, vendiendo a España a quienes sólo tienen como finalidad la destrucción de España y de sus instituciones.

Lo dicho, la única razón de Estado que debiera estar vigente es echar al desalmado de La Moncloa, para lo cual hay que practicar la razón que no es otra que, según sentencia uno de los refranes más consistentes del Refranero Español, tan certero, como a la vez, tan puñetero, “al enemigo, ni agua”, pues por lo visto el Partido Popular y la oposición en general, con ese buenismo y calzonacismo que la identifica, parece haber quedado recudida a la misión de sacar las castañas del fuego al Pseudo-Doctor-Sánchez, incumpliendo su razón de ser de defender a los ciudadanos de la patria.

Y consecuencia de esos actos ilícitos condenados por el Tribunal Constitucional son las múltiples demandas que se van a presentar o se han presentado ya por diversos Gabinetes Jurídicos, contra el Estado, por su responsabilidad patrimonial, demandando los daños y perjuicios causados (lucro cesante) a empresarios por el cierre de sus negocios durante el periodo de confinamiento, que ascienden a miles de millones de euros, y basadas fundamentalmente en la arbitrariedad de los miembros del Consejo de Ministros para adoptar tales decisiones, planteándonos la interrogante de si no debieran ser responsables directos de tal tropelía los integrantes del Consejo de Ministros, dado que a la luz de las decisiones adoptadas, más que tender a preservar la salud y la vida de los ciudadanos, tendían directa y criminalmente a dejar las manos abiertas al Ejecutivo para hacer de su capa un sayo y acrecentar la demolición del Estado de Derecho, lo que no es sino un verdadero golpe de Estado, pues como pone de manifiesto el Diario El Mundo del lunes 16 de este mes y año “Recordemos que el Gobierno nos confinó ilegalmente, limitando derechos fundamentales sin activar el mecanismo acorde para ello porque, de ser así, habría llevado aparejado un mayor control parlamentario sobre la acción de Sánchez. Moncloa, consciente de tales efectos, tenía otros planes: ejecutar sin vigilancia alguna”. De libro.

MIGUEL ANGEL VICENTE MARTINEZ

18 de mayo de 2.022

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