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La otra corrupción

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 05 de noviembre de 2014, 01:11h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Cerramos el mes de Octubre del presente año, con la erupción de un volcán llamado CORRUPCION y de qué manera se ha puesto a vomitar lava ladera abajo, originando  un río insalvable e inasumible para la generalidad de la ciudadanía española, que asiste atónita, un día sí y otro también, al estallido de sucesivos casos de corrupción, que amenazan con acabar anegando este país, aún hoy, a duras penas, llamado España, y poniendo al descubierto que esto de la corrupción no es flor de un día ni algo que sea cosa de la actualidad, sino que, como ya anuncié, en su día, desde el minuto uno en que comenzó el partido de la transición hacia la democracia en nuestro país, se puso en marcha una trama organizada, a través de ciertos partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales, para saquear el país, conforme a las peores maneras de la mafia siciliana, porque, por los casos a los que estamos asistiendo y que están aflorando, los bandoleros de Sierra Morena e, incluso, Bonnie and Clyde, eran unos simples aficionados o, por así decirlo, unos pardillos.

Y es que, por si fuera poco, todo lo que estaba sucediendo en cuanto a corrupción se refiere últimamente, el pasado día 27 de Octubre, se produjo una eclosión de esas que te dejan sin habla y con los ojos dando vueltas en su órbita, aunque por lo que llevábamos llovido, acaso, la sorpresa no llegó a alcanzar su cénit, pues el reventón de las cloacas del Estado, de las Autonomías y de los Municipios, incluyendo en éstos a las Diputaciones Provinciales, estaba al cabo de la calle.

Una trama, como la correspondiente a la destapada por la llamada Operación Púnica, ha hecho saltar todas las alarmas en esto que venimos denominando “Estado de Derecho”, donde estamos llegando a la conclusión de que los mayores malhechores, los mayores delincuentes, los mayores saqueadores de la Caja Pública de Caudales (a la que subvenimos los ciudadanos con el sudor de nuestra frente y, en muchos casos, con lágrimas y sangre) han venido siendo nuestros regidores, en parte ahora destapados, y en mucha parte, no me cabe la menor duda, aún ocultos a los ojos de la audiencia pública, pero que más temprano que tarde acabarán desfilando por los Juzgados  como lo están haciendo los 51 detenidos en la citada Operación, con seis alcaldes imputados, más un Presidente de la Diputación, y sobre todos ellos un personaje, casi de ciencia ficción, un primer espada, un cabeza de serie, que llegó a ocupar importantísimos cargos en la Comunidad de Madrid y en el PP Madrileño, cargos desde los que se catapultó y utilizó para llevar a cabo una de las tramas corruptas con más empaque y mayor extensión de entre las que hasta ahora se han dado a conocer en nuestro país y ya llevamos unas cuantas.

Pongamos que hablo de Francisco Granados, un casi beatífico personaje, que se jactaba, desde todos los ángulos posibles, de alardear de honradez, poniéndose de ejemplo como parte del trigo, frente a esa paja que, según él mismo, debía ser echada a los leones, o sea, ser obligada a devolver el dinero indebidamente apropiado y pasar por la trena con una buena condena para ser ejemplarizantes en el castigo de la corrupción y de los corruptos.

O esa, quienes juraron cumplir y hacer cumplir la ley, son los primeros en pasarse esa ley por el forro, quizás animados por la impasibilidad de quienes desde sus altos cargos debieran haber tomado cartas en el asunto y haber dado orden de acabar con tanto corrupto, sean de las siglas que sean y sean cualesquiera las fechorías llevadas a cabo por los mismos, a no ser que ellos se hallen también enfangados hasta las cejas.

Y ante esta dantesca situación, lo de siempre, nuestro Presidente del Gobierno callado como una momia embalsamada y tratando de dejar pasar el tiempo como sola medida correctora y resolutoria. Una vez más, se le adelantó una Esperanza Aguirre, que, después de anunciar su renuncia a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, no ha dejado de estar de cuerpo presente aprovechando cualquier sarao y de dar el coñazo aburriendo hasta a las hormigas, cuando declaró dejar su cargo presidencial para dedicarse a asuntos personales. Como siempre, poniendo en juego que la mejor defensa es un buen ataque, sin ser consciente de que antes se pilla a un mentiroso que a un cojo, en una aparición patética, para tratar de desmarcarse de la trama y de sus agentes, lo que lleva a pensar más bien lo contrario de lo que trata de hacernos creer, y asumiendo su responsabilidad política, con una petición de perdón, y a otra cosa mariposa.

Al día siguiente la aparición de un desaparecido Presidente, en el Senado, pidiendo disculpas (la palabra perdón, al parecer, se le antojaba muy demasié), con la cabeza gacha, leyendo un papel y con la boca pequeña, como si, una vez más, la cosa no fuera con él, tras los tantos paquetes descubiertos y afectantes de pleno al PP, admitiendo errores ¿y quién no los comete?, inquirió, y lamentando haber depositado su confianza en personajes que han resultado no ser dignos de esa confianza. Y allá películas, a esperar a la próxima y a ver lo que se le ocurre para tratar de eludir el bulto. Y es que querer gobernar desde la barrera, es la mejor manera de que el toro se te escape vivo y que, en cualquier momento, además, pueda voltearte y darte una cornada de escándalo, y esa es la cornada que el toro de la corrupción le ha dado al PP, en el triángulo de Scarpa, produciéndole una hemorragia de votos y de adhesiones equiparables a los votos y adhesiones que, paulatinamente, va asumiendo el partido de Pablo Iglesias, Podemos.

Por eso, parece ridícula la pretensión del PP de lograr un gran Pacto contra la Corrupción, como si ésta fuera un ejército que invade España para hacerse con ella, cuando la verdad y única verdad, es que la corrupción es una lacra que invade el cuerpo de cada corrupto y de cada partido político que, por acción u omisión, es connivente con la misma. El problema es de dentro afuera y no a la inversa.

Por otra parte, no sólo es corrupción apoderarse y saquear las arcas públicas, sino que también lo es el darle vueltas a la cabeza a fin de encontrar resquicios legales por los que vaciar el bolsillo del ciudadano contribuyente. Y esto es lo que está sucediendo con los Presupuestos Generales del Estado y la Reforma Fiscal que está llevando a cabo el Gobierno, con el apoyo del PP y la oposición de toda la oposición parlamentaria, valga la redundancia, en tanto en cuanto en los mismos se da carta de naturaleza a figuraras impositivas o se modifican otras que no constituyen sino verdaderas medidas confiscatorias, siempre, pero más en el momento actual de crisis y no recuperación, por mucho que los vocingleros del Gobierno y del partido que lo sustenta, el PP, muñan lo contrario. Basta a estos efectos, dos pequeñas muestras, muy significativas y muy clarificadoras de lo que es legislar rozando, cuando no cruzando la línea roja de la constitucionalidad, por mucha mayoría que se tenga en el Congreso y en el Senado, pues lo blanco siempre seguirá siendo blanco, así como lo negro, negro, aun cuando intentemos camuflar ladinamente un color por el otro.

Me refiero, en primer lugar, a la inicial eliminación de los coeficientes de abatimiento y de actualización monetaria conforme a la inflación, de manera que se pretendía  una tributación, de entre el 20 y el 23 por ciento, sobre la diferencia de valor entre el precio de adquisición de un bien y precio de venta del mismo, en lo que se llama “incremento patrimonial” en el IRPF, afectando fundamentalmente, a las viviendas adquiridas antes de 1.995, cuyos propietarios verían incrementada su contribución en una cuantía desmesurada. Ante el clamor popular y de expertos en la materia, el Ministerio de Hacienda, ha reculado con una enmienda al texto inicial, manteniendo los coeficientes de abatimiento para las adquisiciones anteriores a 1.995, pero no los coeficientes de regularización monetaria, que restaba el impacto de la inflación en la revalorización de estos bienes. Aparte de constituir un impuesto confiscatorio, puesto que si ya se pagaron los impuestos de adquisición en su día, se van a pagar los impuestos que correspondan en el momento de la venta, se ha venido pagando religiosamente la contribución urbana anual (IBI) y se ha tributado no menos religiosamente en el IRPF (si es segunda vivienda por rendimientos presuntos) y en el Impuesto sobre el Patrimonio, ¿por qué, cuando un propietario va a realizar el valor de su bien adquirido legalmente, ha de compartir las ganancias también con el Estado? (¿y, asimismo, con el Ayuntamiento, mediante la Plusvalía?). Pero es que esto no es lo más grave. Lo más grave, es que la Ley (¿puede llamarse a esto Ley, que se presumen todas justas?) también exige aplicar este régimen de ganancias patrimoniales a la transmisión de viviendas mediante negocios jurídicos gratuitos, tales como la donación, lo que ya es de traca o de Aurora Boreal. Una presunción de ganancias para el donante, que no existen ni se dan, y muy contrario a la constitucionalidad que deben envolver a las Leyes, especialmente las fiscales, puesto que el gravamen mediante impuestos debe recaer solo sobre actos y hechos impositivos reales y no presuntos o peor ficticios. Y, además aplicando la ley con efectos retroactivos, otra conculcación de la legalidad y constitucionalidad vigentes en nuestro Ordenamiento Jurídico, ya que las leyes penales y las fiscales, sólo deben tener efectos retroactivos, si contienen beneficios para el reo o para el contribuyente, respectivamente. Pero ya sabemos cómo se las gastan nuestros Gobiernos, que entienden el voto como un cheque en blanco, para incluso, contravenir e infringir de la peor manera las leyes y los principios Generales del Derecho que deben informar todo ese Ordenamiento Jurídico.

En segundo lugar, otra enmienda en el Senado presentada por el Grupo Popular, raya también en la corrupción, porque a través de la misma se quiere hacer ver como que se rebaja el impuesto a los autónomos, al rebajar las retenciones de este colectivo del 21% al 19% para 2.015 y al 18% para 2.016, lo que no es rebaja alguna, puesto que la retención es un ingreso a cuenta que por el autónomo realiza quien es el beneficiario de su prestación o servicio y que luego dará lugar a un ajuste de cuentas, en el buen sentido de la palabra, aunque tras todo lo dicho más bien pudiera entenderse en el peor sentido de la palabra, y el autónomo o pagará menos en su IRPF, si le retuvieron mucho, o, incluso no pagará y tendrá derecho a devolución, si le saliera negativo ese ajuste, o pagará más si le retuvieron poco. O sea, que ni rebaja de impuestos ni Dios que lo fundó, aunque el Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, de saltos de alegría, como los diera cuando el Gobierno anunció el no ingreso del IVA hasta el cobro del mismo, reforma que ha supuesto uno de los mayores fracasos de este Gobierno (como casi en todo lo prometido) y que debería haber acabado con la dimisión del Sr. Montoro, por inepto, al anunciar y ofrecer medidas con engaño y fraude.

En fin, que lo mires por donde lo mires, la corrupción no nos la quitamos de encima, y bien sea porque se meta la mano en la Caja Pública de Caudales, como que nos la metan en el bolsillo directamente, en este puto país seguiremos los españolitos de a pie machacados a impuestos para sufragar el lujoso tren de vida de los miembros de la “casta política”. Ahora bien, poco tiempo ya les queda de reírse, atracar y tomarle el pelo a esos españolitos. Esperemos que así sea. Empiezan a acabarse los días de vino y de rosas. Por la puerta, asoma “Podemos”

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

 5 de noviembre de 2014

 

 

 

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