Así no hay manera

Como la corrupción alcanza y atenaza a la inmensa mayoría de los Partidos Políticos que hoy en día conforman el Arco Parlamentario, especialmente, como no podía ser de otra manera, a los dos Partidos que, desde el advenimiento de lo que consideramos como la democracia, salvando a la UCD, que fue coyuntural, a saber, PSOE y PP, especialmente por lo que estamos viendo y conociendo en esta película que se nos va ofreciendo por entregas y en la que el último capítulo visionado supera con creces al anterior, en una sesión continua que parece no tener visos de tener un final, y ante esta actitud de los integrantes de la llamada “casta política”, que está haciendo ascender como la espuma a un partido, liderado por Pablo Iglesias, denominado “Podemos”, como una premonición que barrunta el fin de la hegemonía bipartidista de quienes habiendo tenido todo en sus manos para llevar a buen puerto esta nave, aún hoy, a duras penas, llamada España, y que han dilapidado todo el caudal puesto a su disposición, para alcanzar el Estado de Bienestar, ese paraíso terrenal, en el que todos los seres humanos gozaran de los mismos derechos y fueran tratados por igual, evitando que dicha nave zozobrara ante cualesquiera vaivenes o marejadas, ahora, al verse acorralados y con posibilidades de perder todos los privilegios que ellos mismos, a lo largo de casi cuarenta años, se han ido otorgando para beneficio propio y en perjuicio de la inmensa mayoría de los ciudadanos, ahora, digo, en un punto de inflexión y con tal de seguir montados y subidos en el machito, discurren ideas, tales como la de aprobar medidas de regeneración o de lucha contra la corrupción o de transparencia, con el ánimo de infundir en la sociedad el mantra de “qué buenos son” y de hacer como que cambian algo, para que nada cambie y todo siga igual.

Pues bien, ante este panorama de ver e intuir que “Podemos” y la fuerza de su verbo les puede poner al descubierto todas sus vergüenzas y que podamos estar asistiendo al fin de una época, en la que se ha probado y se está probando, solvente y ampliamente, que quienes han estado gobernándonos no lo han hecho en aras de ese mandato constitucional que les obliga a cumplir la ley, siempre en beneficio de la ciudadanía, o lo que es lo mismo persiguiendo el interés general a fin de alcanzar el bien común, antes al contrario, habiendo dado sobradas pruebas de haberlo hecho en beneficio propio, persiguiendo bastardos intereses particulares, habiendo infligido al pueblo soberano un daño, en algunos, cuando no en muchos, casos, irreparable y comprometiendo el porvenir cuanto menos de dos o tres generaciones futuras, que habrán de sufrir el oprobio y las consecuencias de haber actuado haciendo de su capa un sayo, sumiendo al pueblo español en un estado de pobreza, ruina, miseria, hambre, horror y espanto, ahora que ven que pueden ser descabalgados del machito, arrojados de la poltrona, hacerles sacar sus enmoquetados pies para ponerlos al nivel de la calle, y con ánimo de seguir siendo los jerifaltes que sigan conduciendo a este país y, consiguientemente a su pueblo por el camino de la destrucción y posible desaparición, es por lo que desde todos los ámbitos tratan de cambiar el guión de la película y la canción del Pirata, a fin de hacer llegar al entendimiento de la ciudadanía que algo está cambiando o que va a cambiar, mediante una nueva soflama político-propagandística de que ahora, ¡a buenas horas mangas verdes!, van a tomar el timón de lo que llaman “regeneración”, como si el cadáver estuviera a estas alturas de la película todavía con síntomas vitales y pudiera ser sometido a una operación taumatúrgica y a corazón abierto por unos cirujanos que, precisamente, son los que han inoculado y expandido el virus de la corrupción por toda la anatomía político-institucional de este país, y todo ello al ver peligrar su estatus de privilegio y de prebendas y verse desterrados, como Adán y Eva, del Paraíso Terrenal, teniendo que ganarse el pan con el sudor de su frente, sufrir el padecimiento de la enfermedad y abandonar su “modus vivendi” de  no dar un palo al agua.

A este afán de seguir subidos al machito es a lo que responde la última de Doña Esperanza Aguirre, la Condesa, ex-Presidenta de la Comunidad de Madrid, dimitida en su día, y todavía Presidenta del PP madrileño, cargo al que no renunció ni renuncia, pese a que la trama Gúrtel, desde su inicio, la ha rodeado, a la guisa como los indios rodeaban las caravanas de los blancos en el tiempo de la Conquista del Oeste, alardeando de haber destapado dicha trama, en la que quedaron atrapados varios Alcaldes de la Provincia de Madrid, y dos Consejeros bajo su mandato, López Viejo y, ahora, en la operación Púnica, Francisco Granados, mano derecha y hombre de máxima confianza de la Ex-Presidenta, por lo que no es extraño que si no veía las llamas, sí viera, o al menos, oliera el humo que desprendía el incendio. En fin, aún hay algunos crédulos o más bien mamandurrieros, que siguen creyendo que los niños vienen de París colgados del pico de una cigüeña que pasaba por allí.

Por ello, para dar imagen de que se empieza a luchar contra la corrupción y con el objetivo de exhibir una transparencia inexistente, y cada vez más opaca, a la Condesa, que no para de dar el coñazo, a fin de constituirse en la estrella invitada, no se le ha ocurrido mejor idea que someter a un examen público y ante jurado (por supuesto, integrado por miembros del PP designados por ella) a los aspirantes, ya concejales, a las Alcaldías vacantes por imputación de sus titulares en la citada Operación Púnica. Y como esta gente no se corta un pelo y siguen en la creencia de que los ciudadanos estamos en Babia o que somos tontos de capirote a fin de que todo saliera a pedir de boca, los candidatos, para no pillarlos en bragas, fueron sometidos a una preparación previa en la sede del partido en Génova, siendo aleccionados por el edil Fernando Martínez Vidal, así como por el Vicesecretario del PP de Madrid, Bartolomé González y bajo la batuta del responsable de telegenia del PP, Jorge Rábago, por cierto, este último implicado en el caso y uso de las tarjetas blacks, negras u opacas de Caja Madrid. De esta guisa, los primeros candidatos, a las Alcaldías de Collado Villalba y Valdemoro, Mariola Vargas y David Conde, respectivamente, pudieron comparecer ante tan extravagante tribunal con una tranquilidad pasmosa y como perico por su casa, ya que los tres aleccionadores anteriormente citados, fueron los encargados de preparar a los candidatos a los que se les adelantaron las preguntas y se coordinó con los mismos la forma de responder. Ante las suspicacias originadas, el propio Martínez Vidal, defendió el sistema: “No se trata de un amaño. Es normal que haya una preparación. Les presentábamos los temas que iban a salir y ellos nos contestaban. Conforme a ello, se iban haciendo las cuestiones; hay que tener en cuenta que se trata de personas que no están acostumbradas a protagonizar este tipo de eventos”. ¡Acabáramos! ¡Para este viaje, no hacían falta tales alforjas! O sea, ¿qué les decían las preguntas que les iban a hacer y la forma de contestarlas? ¡Así se las ponían a Fernando VII! ¡Claro!, de esta manera sacaron todos matrícula de honor, especialmente a la respuesta dada a la pregunta de si tenían dinero en el extranjero, pongamos por caso que ¿en Suiza?, respondían con un no soberano, añadiendo tener poco dinero, un coche desvencijado y destartalado, de esos que conforme avanzan, si es que arrancan, van sembrando de piezas la calzada (a ver si les mete mano la Dirección General de Tráfico, por el peligro en carretera de un coche de estas características) y un pisito con un hipotecón. Vamos, que eran poco menos que “pobres de solemnidad”. Para que nada fallara y comprobar que todo marchaba como quería la sexagenaria se pasó por el despacho de Génova. En fin, un paripé propio de quienes siguen creyendo que nos chupamos el dedo y que no se le ocurriría ni al que asó la manteca.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

  19 de noviembre de 2014