Las tamboradas de Hellín y Agramón, entre otras, no encuentran apoyo para su declaración de Patrimonio de la Humanidad

 el apoyo para, la declaración de Patrimonio de la Humanidad, después de la votación que en París, los 24 componentes de la UNESCO, no la apoyaran en su totalidad. El proceso se siguió con mucho interés, nervios y expectación a miles de kilómetros, en la ciudad hellinera.

A primera hora de la tarde ya se conocía la deliberación de los componentes del organismo internacional   y se decidía no aprobar la declaración.

Durante una hora los componentes de la delegación del Ministerio de Educación y de las cinco comunidades autónomas afectadas por la decisión, Castilla-La Mancha, Aragón, Murcia, Valencia y Andalucía, defendieron el expediente y la información que, a lo largo de los últimos años, se había ido recopilando, incluido el voto a favor del propio Congreso de los Diputados.

Las sensaciones iniciales era que la gran mayoría de los componentes de las personas de decidir habían visto con buenos ojos las explicaciones que se realizaron y lo que significa en estas más de 20 ciudades y pueblos adscritos al Consorcio Nacional el toque del tambor, pero, finalmente las dudas de algún país hizo que la candidatura se viniera bajo, ya que en el complejo sistema de deliberaciones indica que éstas tienen que producirse desde la mayoría.

Este resultado, por el momento no significa que la candidatura se aparque de manera definitiva, sino que ahora se inaugura un plazo para el envió de otra serie de información adicional que se requiera «aunque como consuelo menor queda que la tradición del Tambor y la Tamborada de Hellín han sonado con fuerza en el mundo», .

Juan Antonio Moreno Moya, primer teniente de Alcalde viajó a la capital francesa como miembro de la candidatura conjunta, y ayer no podía ocultar su particular decepción «porque se ha realizado una gran exposición; se ha explicado muy bien lo que es esta tradición que muchos componentes de la UNESCO han aprobado. Pero el sistema de deliberaciones tan exigente que existe no nos ha beneficiado».