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La navidad no es lo que era

Por Julián García Martínez
viernes 02 de enero de 2015, 07:08h
Julián García
Julián García

Siempre que llega la navidad me vienen a la memoria los años de mi niñez y los modos de celebrar el día de Navidad y Fin de año en los pueblos y ciudades en España. Antes era otra cosa. Una ilusión enorme los días que precedían la Nochebuena, con preparativos, compras, regalos, etc. La cultura de la época nos obligaba a estrenar ropa esos días, sobre todo navidad y año nuevo. Por lo menos en mi pueblo era así, aunque quizás en las ciudades grandes ya por aquel entonces, la sociedad había evolucionado un poco más en esos temas.

Algo de culpa o responsabilidad tendrá la Iglesia cuando solo una generación después de la mía, se ha perdido una gran parte de ese espíritu navideño, y en la mayor parte de los casos se ha sustituido por cuatro o cinco días de vacaciones, que incluso si hace buen tiempo, muchas familias al completo aprovechan realizar viajes fuera de todo contexto religioso navideño.

Hace apenas veinte o treinta años, recuerdo que tanto el día de navidad como año nuevo, había que estar en la iglesia media hora antes como mínimo para asegurarte un buen sitio sentado, y no seguir la misa de pie. Ahora da verdadera lástima ver como muchas de ellas están a la mitad o a un tercio de su capacidad en los días más importantes del año.

Algo de culpa o responsabilidad tendrá la Iglesia cuando muchos cristianos no vivimos intensamente esa semana, y preferimos quedarnos en casa o pasear antes de ofrecernos a colaborar (como antes se hacía) con la parroquia de turno en la organización de actividades, elaboración de belenes, misas dinámicas, etc.

Dicho esto, en la parte positiva hay que indicar que todavía queda mucha gente que ayuda, colabora y se involucra al máximo con parroquias y asociaciones para mantener viva la llama de la Navidad, aunque otras muchas otras comunidades cristianas se han visto forzadas a reducir esas actividades y conformarse con que unas cuantas familias acudan a misa de navidad, año nuevo, reyes…..y gracias.

Veo complicado recuperar ese espíritu navideño perdido, porque a la sociedad actual parece que le da, o nos da, un poco igual todo lo relacionado con la religión, ahora los jóvenes tienen otras inquietudes, bien por comodidad o bien porque les afecta todo lo que está saliendo a la luz en los últimos años los casos sobre pederastia, abusos, corrupción en la Iglesia, etc.

Es una realidad que a día de hoy muchas iglesias solo se llenan para celebrar bodas o entierros. Además, es obvio, que con el paso del tiempo, probablemente esto también irá a menos, pues cada vez hay más bodas civiles y entierros directos en las capillas de los tanatorios.

Quiero terminar este artículo, lanzando un mensaje de paz, amor, trabajo y salud para todos. Y ya puestos a pedir, pido que 2015 sea un poco mejor que estos últimos años, que sólo han sido regulares para la gran mayoría de personas.

FELIZ AÑO

JULIAN GARCIA MARTINEZ

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