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La sombra de Bárcenas es alargada

Por Miguel Ángel Vicente
martes 27 de enero de 2015, 23:05h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Como un espectro, la sombra de Luis Bárcenas ha estado presente en la VI Convención del Partido Popular celebrada este pasado fin de semana en Madrid. Y frente a ella, un Mariano Rajoy, Don Mariano, Presidente del Partido Popular y, a la vez, Presidente del Gobierno, mudo, como el enanito del cuento de Blancanieves (“mudito”), que no ve, no oye, no habla, parapetándose bajo las faldas de sus dos mujeres adalides del PP, la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal; un Presidente inane, inactivo, frío como el sudor de la muerte, paralizado por el temor a meter la pata, horrorizado por lo que le puede caer encima, dando tiempo al tiempo, como si el ignorar una realidad hiciese a ésta desaparecer, o mejor aún, hiciese como si ésta no hubiese existido nunca, perdido en sus perjuicios, falto de valor, quieto como un Don Tancredo, esperando que otro, o más bien otra, se enfrente al toro y logre colocarle un volapié hasta la cruceta y hacerle doblar sin puntilla, o peor aún, dejando que el toro se le vaya vivo al corral.

Y es que el exgerente y extesorero del Partido Popular, que estos son los cargos que ocupó Don Luis Bárcenas en dicho Partido, y no por un día o dos, como un mero interino o suplente, sino durante veinte largos años en los que recorrió los despachos de Génova como Pedro por su casa, y bebiendo de las fuentes de otros dos extesoreros del mismo Partido, Nasseiro y Álvaro Lapuerta, ambos, igualmente imputados junto con aquél en el Caso Gúrtel, Primera parte o Primera Época, que este pleito va a tener más entregas que las que tuvo, en su día, el Falcon Crest de Angela Chaning. Por cierto, que Don Luis ha coincidido con Don Mariano, mano a mano, durante esos veinte largos años en la Sede Popular, y no hay que dejar de lado los “sms” que, una vez que se dejó caer al extesorero ante la sima de la justicia, le remitió o envió, quien, también en su día, vaticinó que nadie podría probar la no inocencia del Sr. Bárcenas, elogiándole como persona cabal y honrada: “aguanta... Sé fuerte, Luis”.

Y, ahora, tras haberle tenido a su vera durante veinte años y ocupando un cargo de máxima confianza y responsabilidad, gerente adjunto al tesorero, primero, y tesorero, con plenitud de poderes, después, le niega antes de que cantara el gallo tres veces, a la manera como negó San Pedro a Jesucristo cuando le prendieron y lo llevaron ante Poncio Pilatos. Y es que, dicen, la historia, humana y divina, tiene paralelismos y, además, se repite. Y por más que nuestro actual Presidente del Gobierno de España, se niegue siquiera a pronunciar el nombre de su ex-tesorero que, recordemos, lo tuvo en activo hasta el último segundo de la lidia, y haga como que nunca existió o manifieste que ya no es miembro del Partido Popular (al que, por cierto, pedirá su readmisión) la realidad es tozuda y no podrá borrarla de la faz de la tierra ni aún en el más allá, por mucho interés, o más bien, desinterés, que ponga en su empeño, y la figura de Don Luis, como un espectro viviente, pidiendo justicia y que paguen los pecadores por sus pecados y tropelías, no descansará, así en la tierra como en el cielo.

En este trance y para tratar de remontar el vuelo y hacerle frente al tsunami “Podemos” de Pablo Iglesias, consiguieron los Populares la presencia e intervención del ex-Presidente doliente, Don José-María Aznar, sacado de su tumba política y paseado y aireado a lomos de un imaginario caballo, tal como ocurriera con Don Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido con el sobrenombre de “El Cid Campeador”, con la no oculta pretensión de tratar de hacerle un roto a las huestes del pujante partido de Pablo Iglesias, a la manera como aquél lo hiciera con los sarracenos. Pero mucho ha llovido desde las cuitas de Don Rodrigo a esta parte y no parece que la artimaña diera el resultado esperado, entre otras cosas, por la aparición de la figura de Don Luis Bárcenas, libre de grilletes y esposas y allende las rejas de la trena, que, desde luego, siguió a pies juntillas los consejos de Don Mariano Rajoy (“sé fuerte Luis”) y ha salido de Soto del Real con la fuerza de un toro Miura y dispuesto a llevarse por delante a quien intente darle un natural o una verónica, tal como hiciera el toro Islero con Manolete la fatídica tarde del 29 de Agosto de 1.947 en el coso de Linares ¡Y vaya, si ha salido con fuerza el morlaco! Y prueba de ello, ahí han quedado para las hemerotecas y para los juzgados las declaraciones y acusaciones que ha dejado entre su resuello y el polvo del embiste, sin pararse un momento y menos aún escarbar en la tierra del albero, causando la alarma, la inquietud, el nerviosismo, el espanto, el pavor y el temor entre las filas peperas que huyen despavoridas nada más oír el nombre de Bárcenas, aunque sea en sueños. O sea, que la tesis de que la salida a estas alturas (a la sexta, me parece) de la trena del Sr. Bárcenas, fuera un apaño, una martingala, para comprar el silencio del de los “papeles”, ha caído por su propio peso, como un castillo de naipes, y ha dado lugar a la desbandada de quienes tienen la gaviota como señal de identidad y ha producido el pánico y el desconcierto entre las filas peperas.

Por otra parte, y aunque la prensa adicta al Gobierno, haya aplaudido hasta con las orejas y hasta la extenuación y el éxtasis el monólogo del César, o sea, de Don José-María, capaz de aburrir y dormir a las ovejas con su monótona entonación, hay puntos en los que el Ex-presidente merece un toque de atención: uno de ellos, cuando enfáticamente clamó “cada uno tiene que responder de sus actos. Yo respondo de los míos”, y cuando se esperaba un listado de esos actos de los que, según él mismo, debiera responder él, siguió el silencio de los corderos, siendo así que, al menos, de uno y contraviniendo la propia Constitución Española que, en su artículo 6 in fine, en relación con los Partidos Políticos, sanciona, “su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”, porque él, con su solo “dedito” o “dedazo” fue, saltándose a la torera ese funcionamiento democrático de los Partidos Políticos reseñada, el que designó como sucesor suyo al tal Mariano Rajoy Brey, luego ahora responda Vd. de ese nombramiento, pero no sólo como un bocadillo ayuno de jamón o mortadela, sino con el bocadillo pleno de uno o de otra; y el otro es la ya manida tirada de archivo de Don Gregorio Ordóñez, que, a mi juicio, cada vez que usan su nombre en vano, para reconciliarse con las víctimas del terrorismo, tiene que removerse en su tumba, porque a la vista está la política antiterrorista que el Partido Popular ha llevado y está llevando a cabo, que no es sino la continuación, sin solución de continuidad, valga la redundancia,  del proceso de paz iniciado por el Sr. Rodríguez, o sea, Don José-Luis Rodríguez Zapatero. Por lo que no es de extrañar que el pasado 24 se manifestara, una vez más, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) para denunciar las promesas incumplidas del Gobierno en política antiterrorista, sintiéndose traicionados por el PP y el Gobierno de Mariano Rajoy, a quienes Ángeles Pedraza les acusó de “arrugarse” en la lucha contra ETA: “hemos sido un referente moral y ahora nos han dejado solos”.

Y por si fuera poco, la acusación, clara y profunda, por parte de Don Luis Bárcenas, de la existencia de la Caja “B” en el Partido Popular (ya acreditada por el Juez Ruz) y el ir y el venir de los sobres como sobresueldos para las altas instancias del Partido, a la que se une otra acusación idéntica llevada a cabo por el “Pequeño Nicolás”, según el cual “el PP me ofreció sobres en “B” para llenar sus mítines”, y añade “el PP de Madrid me quiso dar 10.000 euros para llevar a menores a sus actos”, o sea, que, ahora, caso de probarse tal asertación, encima, una imputación de “pedofilia política. Y es que, a perro flaco, todo son pulgas.

Por eso extraña y mueve a risa, cundo no a consternación, la proclama lanzada por la Secretaria General del Partido Popular, María-Dolores de Hospeda, de que los Populares “son implacables contra la corrupción”, o la denuncia del nuevo portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, quien exige a “Podemos” que aclare sus negocios. Y es que, el que no se conforma, es porque no quiere.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

28 de enero de 2015

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