Perera, que tuvo el mejor lote, se llevó una oreja de Albacete, un trofeo protestado por parte del graderío. Urdiales estuvo mucho mejor en el primero que en el cuarto y Ginés Marín hizo dos buenas faenas a toros más difíciles pero falló con la espada.
Perera, al que se concedió la única oreja de la tarde, fue el único de la terna que logró sacar partido en la estadística de la falta de entrega de los toros de Victoriano del Río lidiados hoy en la segunda corrida de la feria tauriana de Albacete
Gran inicio de faena por bajo de Diego Urdiales al primero fue solo una ilusión, como gran parte de una tarde lastrada por la reacia condición de los ejemplares de la familia Del Río ante las telas. Pero esos detalles del riojano pusieron al público los dientes largos en la esperanza de verle cuajar una de sus faenas de empaque y suficiencia con los toros que presentan dificultades. Pero no pudo ser. El de Toros de Cortés se acostaba descaradamente por el lado izquierdo y reponía por el derecho, a lo que se sumó un molesto viento que incomodó visiblemente al torero. Tampoco se prestó al lucimiento el áspero y mirón cuarto, con el que Urdiales lo intentó sin brillo.
Perera dejó una estocada entera arriba al segundo después de pinchar por dos veces, perdiendo así un posible doble trofeo, porque estuvo con él a un gran nivel, en su estilo: poderoso, firme, ajustado...
El de Victoriano del Río fue un buen toro, sin demasiada clase, al que había que esperar y aguantar la manera medio dormida en la que embestía. Y el extremeño lo aguantó, rompiendo la faena cuando lo pasó al natural, solo que en ultima instancia, por esos fallos al matar, todo quedó en una gran ovación.
El quinto acometió sin ritmo y Perera acertó a dejarle la muleta en la cara y a tirar de él en varias series ligadas y vibrantes por el derecho. La emoción disminuyó cuando faltó ese hilván entre los pases, pues el toro entonces se violentaba, pero el de Badajoz esta vez aseguró la suerte suprema con una mañosa estocada que acabó de propiciarle una oreja algo contestada.
Ginés Marín hizo una buena faena en el tercero de la tarde. Gris al principio con muy buenas tandas en la segunda parte de la faena de muleta. Ginés Marín aguantó todas la adversidades con entereza, metiéndose en los terrenos del toro y arrancándole los muletazos con garra. Su tardanza en matar hizo que la segura petición de oreja se tornara en un aviso. Pareció que lo mataba rápido, con una buena estocada, pero el toro se resistió y no quiso caer, en con el descabello estuvo desafortunado Marín, que perdió su opción de trofeos.
En el sexto, el toro solo estuvo unas décimas de segundo ante el toro de picar, por lo que el de Toros de Cortés conservó un ímpetu desordenado que transmitió emoción. Ginés Marín anduvo de nuevo decidido, destacando al natural y sorteando meritoriamente las tarascadas de un ejemplar al que tumbó a la segunda.
FICHA:
Se lidiaron cuatro toros de Victoriano del Río y dos de Toros de Cortés (1º y 6º), muy bien presentados. Faltos de entrega y clase, el lote de Perera fue el más manejable y de mayor nobleza.
Diego Urdiales: ovación y silencio.
Miguel Ángel Perera: ovación y oreja con algunas protestas.
Ginés Marín: ovación tras aviso y ovación.
Entre las cuadrillas, Javier Ambel saludó tras banderillear al segundo.
Segundo festejo de la feria de Albacete, con media entrada sobre un máximo aforo del 75%.