Albacete

Carcelén brilla en la Feria de Albacete con su riqueza cultural y tradiciones

Redacción | Domingo 14 de septiembre de 2025
En la Feria de Albacete, el stand de la Diputación destacó a Carcelén, con presentaciones sobre su identidad y tradiciones. El vicepresidente Fran Valera y el alcalde Antonio Moreno resaltaron la importancia del pastoreo y las raíces culturales, mientras se promovió el turismo y la historia local, incluyendo excavaciones arqueológicas.

El sexto espacio ‘El Pastoreo en…’ del stand de la Diputación en la Feria de Albacete, ha tenido como protagonista a Carcelén, en un acto presentado un día más por Raquel Cortijo y con Aída Rivero, nuevamente, al frente de la interpretación de signos.

El vicepresidente provincial, Fran Valera, ejerciendo de anfitrión, ha dado la bienvenida al alcalde, Antonio Moreno; a Sara Gómez, vicepresidenta de la Asociación de Turismo de Carcelén; y al pastor Pedro García Navalón, con miembros tanto de de la Corporación Municipal de Carcelén como de la Corporación Provincial entre el público.

Valera ha enmarcado la temática subrayando cómo el stand “abre una ventana a la identidad de la provincia”, y cómo poner en valor el pastoreo también es “dignificar el oficio y reconocer a quienes mantienen vivo el campo”.

A su vez, Antonio Moreno ha definido a Carcelén como “el gran desconocido de la Mancha”, a 50 km de Albacete, con paisaje privilegiado, un castillo espectacular (que, por ejemplo, ofrece exposiciones ligadas a Félix Rodríguez de la Fuente) y rutas y fuentes que invitan a volver. Además, ha compartido su propia vinculación personal con la ganadería, una apuesta familiar que hoy sostiene 850 cabras lecheras, con ordeño, manejo diario y seguimiento por GPS de las cabras líderes, apoyado por mastines y border collies, “como herramienta que suma, sin sustituir jamás el trabajo del pastor”.

También en primera persona, Pedro García Navalón, Pedro García Navalón ha dejado estampas muy vivas del oficio: ha recordado que empezó como “viajero” con 8 años, “sin festivos salvo si nevaba”, enfundado en un gabán con capucha para aguantar la lluvia; cómo aprendió —cuando no había veterinarios— a detectar a simple vista a la res enferma y a reconocer, en paridera, “cada cordero con su madre”; y cómo el vínculo con el rebaño hacía que “las cabras se abrieran solas para el ordeño” cuando le veían llegar. Entre risas, evocó las noches en las cuevas “con colchones de ‘plumas’ (manta y paja)” y las madrugadas a las 4:00, y ha explicado la economía circular de aquellas casas: leche vendida a camión, cabritos para carne y trabajo diario “los 365 días” que, aun duro, “daba para vivir y para querer seguir”.

También ha subrayado el cariño y la comunicación especial que se establece con los animales, hasta el punto de reconocer a cada cabra por su comportamiento o por el sonido de los cencerros. Ha contado que, junto a su esposa, llegó a tener un pequeño rebaño de más de treinta cabras, y cómo ellas mismas competían por acercarse primero al ordeño, buscando el trato de quien las cuidaba a diario. “Los animales tienen más cariño por las personas que muchas veces las personas por los animales”, ha resumido, defendiendo esa sabiduría práctica que no se aprende en libros, sino en el contacto constante con el campo.

Un patrimonio que se investiga y se comparte

El acto ha destacado también el avance del proyecto arqueológico de las cuevas sepulcrales de Pepe Roque, que inicia su tercera fase con apoyo de la Diputación. Se trata de un yacimiento prehistórico (desde finales del Calcolítico y Edad del Bronce) con restos humanos y cerámicos, cuya ocupación pastoril en épocas recientes conecta arqueología e identidad rural.

El Ayuntamiento y la Diputación colaboran para investigar, conservar y convertir este recurso en motor cultural y turístico de Carcelén. Sobre ello, Valera ha destacado que las excavaciones de las cuevas sepulcrales de Pepe Roque son un claro ejemplo de cómo la inversión pública puede convertirse en un motor de futuro: no sólo permiten rescatar y conservar la historia —con hallazgos que se remontan a hace más de 4.000 años—, sino que ofrecen la oportunidad de impulsar el turismo cultural y de reforzar el sentimiento de pertenencia de la población. “Cuando un pueblo descubre sus raíces y las comparte, multiplica su valor y garantiza que esa memoria se proyecte hacia las nuevas generaciones”, ha afirmado.

Tradición viva: Carrera de Antorchas y Quema de Montones

También se ha puesto el foco en la Carrera de Antorchas y la Quema de Montones (que tiene lugar cada 23 de agosto), Fiestas de Interés Turístico Regional ligadas al Santísimo Cristo de las Eras, consistente en la preparación de montones de carrasca en Peña Blanca/Piedra del Mediodía y el descenso nocturno con antorchas y encendido final por el ganador.

Esta tradición multiplica por quince la población y remite a prácticas de manejo del monte y pastizales en un territorio con ganadería extensiva de ovino y caprino integrada en el paisaje de La Manchuela.

Al cierre, Sara Gómez ha animado a “descubrir Carcelén todo el año” —del castillo y la ermita al archivo de cetrería que prepara su sede— y el Ayuntamiento ha ofrecido un final dulce, repartiendo entre el público rolletes de aguardiente elaborados por vecinas de la localidad.

“¡Viva Carcelén y viva la Feria de Albacete!”, se ha escuchado de boca de la propia Sara, antes de la ‘foto de familia’ y la entrega de los obsequios institucionales por parte de Valera—la réplica de un cuco, obra del artesano albacetense Javier Jiménez Pérez y un cencerro en miniatura elaborado por David Tortosa Millán, de Almansa (sucesor de Cencerros Navalón).

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