www.albaceteabierto.es

Una mujer con la piel de amianto

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 11 de marzo de 2015, 03:44h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Según el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, “Amianto” es una “Variedad de asbesto, que se presenta en fibras flexibles, finas y sedosas que se emplean como aislante eléctrico y para fabricar tejidos incombustibles”. Por su parte, el término “Asbesto” lo define como “Anfibol parecido al amianto, que se presenta en filamentos tan finos que se pueden tejer; se fabrican con ellos tejidos resistentes al fuego. Incombustible. Refractario”.

Pues bien, viene todo este afán definitorio de términos a colación del nombramiento de Doña Esperanza Aguirre para encabezar la lista, y constituirse en posible Alcaldesa de la ciudad de Madrid, Capital de España, para quien lo dudara, de cara a las próximas elecciones municipales a celebrar en el mes de Mayo de este año 2.015, año que, tras la convocatoria de elecciones anticipadas en Andalucía (por la excelsa Susana Díaz) y en Cataluña (por el Molt Honorable, Artur Mas), unidas a las Autonómicas y Municipales y a las probables generales en Noviembre o Diciembre, van a hacer transmutar los meses del calendario y convertir a este año 2.015 en un año Electoral por excelencia, mes tras mes, sin solución de continuidad, y ya lo estamos viendo y sufriendo en nuestras propias carnes, el bombardeo a que vamos a estar sometidos todos los españoles con las soflamas, proclamas, promesas y mítines electorales, que van a hacer engordar la cuenta corriente de las Farmacéuticas, no por la dispensación de medicamentos de última generación para acometer la curación de los enfermos de la Hepatitits C, que como venimos  viendo tendrá un calendario para “ad calendas graecas”, sino porque van a tener que poner toda la maquinaria a tope para sacar al mercado la enorme masa de analgésicos que se presume van a ser consumidos por los ciudadanos ante la volumetría y la contaminación medioambiental que todos los partidos, sin excepción y todos a una, como en Fuenteovejuna, van a   hacer recaer sobre las cabezas de los ciudadanos, con todo tipo de mensajes y suplicando el voto para la formación propia y poniendo a parir o a caer de un burro a las contrarias. No sé si esta especie de mal, que como un tsunami o un ciclón nos va a invadir, estará amparado por la Seguridad Social, pues de lo contrario, rásquense el bolsillo, porque esto no va a haber quien lo resista y veremos las secuelas que pueden quedar sobre nuestro cerebro y sus efectos secundarios futuros.

Decíamos que todo esto venía a cuento con el nombramiento de Doña Esperanza Aguirre para aspirar a ser Alcaldesa de la Capital de España. Por fin, el sensato, abúlico, adormecido, impertérrito e impasible Presidente del Gobierno y del Partido Popular, Don Mariano Rajoy Brey, ha despertado del sueño de Morfeo y midiendo, dicen, los tiempos, por fin ha parido, aunque para ello haya habido que someterlo a cesárea, las cabezas de lista para la Comunidad y la Alcaldía de Madrid, y a poco ha sido necesario meter a las neonatas en la incubadora, pues ha sido un parto de esos que los ginecólogos llaman difíciles, por no decir imposibles. Parto al fin, la dicha y la alegría ha inundado desde la planta baja hasta la última (incluidas las remodeladas con dinero “B” satisfecho al estudio de Arquitectura) de la Sede de Génova, y más sabiendo que eran niñas (aunque ya bastante talluditas, al menos la Sra. Aguirre), pero de eso se trata, de seguir creyendo que los niños vienen de París, que los burros vuelan, que la crisis es cosa del pasado y que la recuperación es poco menos que la multiplicación de los panes y los peces.

Pues bien, hace cosa de dos años y pico, Doña Esperanza, nos sorprendió a todos con un abandono de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, según ella por dos razones fundamentales: una, porque tenía que someterse a una operación en relación con un asunto cancerígeno; y otra, porque consideraba que había que dejar paso a los jóvenes, a las nuevas generaciones, a fin de regenerar la savia del Partido, creyendo que ella, con más de treinta años en la palestra, ya había dado de sí lo que estaba en sus manos y era hora de la retirada de la política activa, fundamentalmente para disfrutar de la vida y sobre todo de sus nietos. Pero algo ha debido de fallar en esta estrategia. O bien Doña Esperanza creyó conveniente desaparecer del escenario, haciendo mutis por el foro, ante el avance constante y firme de los casos de corrupción de la trama Gúrtel, sobre todo a raíz de que se ocupara del caso el Juez Pablo Ruz, y temiera que pudiera acabar salpicándole algún fleco, o bien porque los nietos han acabado hasta el gorro de la abuelita y no han sido capaces de aguantarla.

Respecto de la primera causa o razón, sin comentarios, y respecto de la segunda no venimos a decir que Doña Esperanza estuviera o esté implicada en la trama dicha, pero también es casualidad que, en su derredor, por arriba y por abajo, por la izquierda y por la derecha, por tierra, mar y aire, le crecieran los enanos y los corruptos como setas tras las lluvias otoñales, y estuvieran implicados en la trama de la Gúrtel, en su sección madrileña, y en la Púnica, lo más granado de la plana mayor de la Comunidad, afectando a cargos de la máxima confianza de la entonces Presidenta, y a varios alcaldes de relevantes poblaciones madrileñas, siendo como era y sigue siendo la Presidenta  del PP madrileño. Toda su estrategia ante las devastadoras pruebas de la corrupción entre sus subordinados fueron despachadas por la Sra. Aguirre declarándose engañada por los mismos y, en su caso, como ocurrió con Francisco Granados, pidiendo perdón y asumiendo sus responsabilidades, que se ha visto con el paso del tiempo que no eran ningunas. ¡Valiente forma de justificarse por una gran culpa, tanto in eligendo como  in vigilando!. Desde luego, sospechoso fue, que no dejara el cargo de Presidenta del PP de Madrid, jugada que se ha visto clara con su vuelta a los ruedos, que ya tenía prevista en su imaginario de sexagenaria ninguneada y engañada por todos sus más próximos colaboradores. Algo olía a chamusquina y ahora se ha visto la realidad de los planes de la pobre abuelita (sexagenaria, como se autonominaba con ocasión de su affaire con la policía municipal de Madrid por aparcar donde está prohibido para todos, incluso para una Ex-Presidenta de la Comunidad de Madrid).

Y a fuer de ser sinceros, creo que no ha engañado a nadie, aunque ella creyese que lo hacía, y ahora se le ha visto el plumero en toda su extensión. Desde luego, en todo este tiempo ha hecho todo lo posible por estar en el candelero (o en el Candelabro, como dijera, en su día, Sofía Mazagatos), y ha andado errante de un lado para otro y tratando siempre de llamar la atención, cuando no la trifulca, lo que poco se compadece con aquéllas intenciones y reflexiones de abandonar el barco y dejar paso a la juventud y dedicarse a ejercer de “abuelita”. Y es que, como en la canción de Cecilia, la Sra. Esperanza Aguirre es la que desea ser, en todos los saraos, el centro y foco de atención, estando dispuesta a ser el novio en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro, con tal de no bajarse de los escenarios.

Y desde luego, lo que sorprende es que habiendo estado prácticamente presente junto a todos los focos de los incendios de corrupción de sus más íntimos colaboradores, los que despachaban a diario con la Presidenta, no haya sufrido el menor percance ni se haya chamuscado siquiera el bigote, quien, al parecer, “no se enteraba de ná” (¡menudo ojos para echar lluecas!).

De ahí que debamos acudir de nuevo al Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, según el cual “incombustible” es tanto como “No combustible. Ignífugo. Refractario. Se aplica a personas que se mantienen en su puesto o cargo a pesar de las dificultades y los cambios de su entorno; particularmente se aplica a personas públicas”. Seguimos con “Ignífugo”: “Se aplica a lo que protege contra el fuego. Incombustible”. Y para terminar “ Refractario”: “se aplica al cuerpo o la sustancia malos conductores del calor y que resisten la acción del fuego sin destruirse ni descomponerse. Aplicado a personas: opuesto a una costumbre, prácticas, proyecto, etc; no apto para recibir, asimilar, aprender, etc. cierta cosa. Negado, torpe”

En fin, una mujer, insistimos, con piel de amianto, incombustible, ignífuga y refractaria, de lo que se deduce que daría más juego y haría mejor papel, si en vez de aspirar a la Alcadía de Madrid, la pusieran al frente del Parque de Bomberos madrileño.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

  11 de marzo de 2015

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios