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A la tercera va la vencida (I)

Por Miguel Ángel Vicente
martes 14 de julio de 2015, 23:12h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

La innata tendencia de Alemania a su expansionismo territorial, con el fin de dominar Europa y someter a su poder a otros países (Francia, Italia, Austria, Polonia, Inglaterra, etc.) provocó, en el siglo XX, que estallaran dos conflictos bélicos que llegaron a adquirir carácter mundial y que sembraron los territorios de los países implicados en un campo de cadáveres y sumieron a los mismos en un estado caótico de miseria, ruina, horror y espanto, con unas pérdidas materiales y personales que dejaron, tras la devastación, un clima de estupor, de calamidad y de consideración de la raza humana como la raza que atenta contra su propia naturaleza, increíble e impensable en cualquier otra especie animal o vegetal. Nunca, en la historia, se utilizó la inteligencia y el caudal humano y el progreso científico para la autodestrucción de la humanidad con tal saña y odio.

La primera Gran Contienda, tuvo lugar entre agosto de 1.914 y  Octubre de 1.918, fecha en la que Alemania capituló, reuniéndose en 1.919, en Versalles, los representantes de los países vencedores para preparar el tratado definitivo de paz. Los líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Italia celebraron la Conferencia de Paz de París en 1.919, y elaboraron el “Tratado de Versalles”, imponiendo a Alemania su desmilitarización y el pago de indemnizaciones económicas, y aunque los aliados confiaban en que, con los acuerdos alcanzados, se restablecería la paz mundial sobre unas bases estables, en realidad, las duras condiciones impuestas a la Alemania de entonces promovieron un conflicto aún más destructivo y espantoso contra todo pronóstico. Considerándose que este primer conflicto mundial se cobró la vida de más de 12 millones de personas.

No habiendo escarmentado con las consecuencias de este primer conflicto mundial, llegó, en poco tiempo, el estallido de otro (1.939-1.945), que superó claramente al primero, tanto por su duración, como por el alcance de países afectados, como por sus consecuencias mortales, pues hubo más de 50 millones de muertos, sin dejar de lado el horripilante y dantesco genocidio judío, para el que se enterraron los más elementales principios de ética y moral que deben adornar a la naturaleza humana, sin que podamos dar por buena la simplista explicación de que los hombres se comportaron como animales, porque, redundando en lo dicho anteriormente, jamás ninguna especie animal distinta al hombre, ha sido capaz de tener un comportamiento como el del ser dotado de inteligencia y voluntad y caer en el estado de degradación, depravación, maldad y horror en que el ser humano ha sido capaz de caer.

 En fin, en ambos casos, el sueño del Reich, del Imperio de los Mil Años, se truncó, y el deseo de una Alemania, que trató de llegar a crear una raza aria pura (por cierto, que viendo a los ejemplares alemanes, tanto varones como hembras, parece que algo importante falló en el componente básico) quedó hecho añicos, porque los pueblos tienen su dignidad y aman su libertad, sin que estén dispuestos a que nadie, y menos aún ahora, imponga su impronta sobre sus territorios y opriman o pisen con su bota a los distintos ciudadanos de aquéllos.

Resaltar que, en ambas contiendas, Alemania tropezó con Inglaterra, y que las mismas, posiblemente, hubieran tenido otros derroteros, sin dicho tropiezo y sin la intervención providencial de los Estados Unidos de América.

Pues bien, después de esos dos grandes fiascos, que dejaron el suelo mundial y a las poblaciones en la miseria económica y moral y en los que tuvo una importante, si no toda, la culpa, la gran Alemania, parece como que ésta no ha olvidado su sueño y aún aspira a dominar a Europa bajo su bota, y no otra cosa, me parece que es lo que está pasando con la UE, a través de la cual, en vez de intervenir con tanques y cañones, se está interviniendo a través de la economía, de los mercados, a través del famoso “EURO”, y no hay más que ver quién manda en Europa, una vez que los Estados pardillos han caído en la trampa de ceder su soberanía a la moneda única. ¿Y quién domina la moneda única? Claramente, Alemania, y sintomático es que cuando dicha moneda se creó, quedó establecida la paridad marco alemán-euro, o sea, que mientras los demás países que, como corderos entraron en el establo y quedaron estabulados para siempre, se rompían la cabeza sobre la convergencia con Europa y la equivalencia de su moneda con la creada (en España, un euro equivale a 166’66 pesetas), con este subterfugio, Alemania ha ido imponiendo su Ley, pues, puestos a mirar el panorama, ya me dirán Vds. quién es la que parte el bacalao en esta empresa, teóricamente “común”, sino Alemania que, por arte de birlibirloque, domina las instituciones europeas (Comisión Europea, Parlamento Europeo, la Troika, BCE, incluso el FMI que tiende más allá del marco europeo) y en Europa no se mueve un esparto, como vulgarmente se dice, sin que la nueva Káiser, Frau Merkel, dé el visto bueno.

Y la prueba de estos asertos lo estamos viendo en directo y en caliente, con el caso de Grecia, a la que se le ha querido humillar de una forma dramática y alevosa, con el sólo ánimo de que sirva de ejemplo a navegantes y no se le ocurra a ningún  Estado más miembro de la UE levantar siquiera la voz contra la mandamás europea, y, menos aún, contradecir o incumplir sus dicterios y mandatos, y ello aunque todo un pueblo quede sumido en la miseria, la pobreza, la ruina, el horror y el espanto, y sobre el que se  podría abocar a un genocidio, como el ocurrido en Srebrenica en 1.995, ante la pasividad de los llamados países desarrollados y las instituciones y organizaciones europeas y mundiales (ONU, incluida) que dejaron que fueran masacrados más de 8.000 bosnios a manos de los serbios, por lo que poco puede esperarse de tanto predicamento de Paz, Justicia y Orden que se pregona desde el mundo civilizado. Los griegos, ¿nos interesan o no, económicamente?: serán un mal negocio, una mala inversión; pues ¡dejémosles que se mueran y muerto el perro, muerta la rabia!.

Poco recuerda ahora Alemania, lastrada por una deuda impagable generada por las reparaciones tras las dos guerras mundiales oficiales, aquellas reuniones que tuvieron lugar en Londres, entre el 27 de Febrero y el 8 de Agosto de 1.953, con los países acreedores, entre ellos Grecia, que no puso obstáculos a una quita de la deuda del 62%, pero parece que Frau Merkel es, a estos efectos, floja de memoria.

Por cierto, son impresentables las declaraciones de nuestro Presidente del Gobierno en lo referente al caso de Grecia, demonizando contra Syriza y Tsipras, como los causantes del estado actual del pueblo heleno, con la intención perversa de demonizar sobre Podemos, cuando aquéllos están en el poder desde anteayer y la situación en que se halla sumida el pueblo griego viene de Gobiernos anteriores, con el socialista Papandreu y el conservador Samaras, principalmente, por lo que, Sr. Rajoy, menos lobos.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

15 de julio de 2015

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