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Tintos de verano

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 12 de agosto de 2015, 03:55h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

2. Luna de miel permanente revisable

Aprovechando “la caloret”, en término expresado por la inefable ex-Alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, cuando aún ejercía de tal y parecía llevar una copa de más, con nocturnidad y alevosía, casi de tapadillo (por algo será) nuestro no menos inefable Presidente del Gobierno de España, Don Mariano Rajoy Brey, envidando, al unísono, a los pares, y a la chica y a la grande, y tomando, una vez más, a los españoles por tontos del capirote, en el último Consejo de Ministros, celebrado el pasado 31 de Julio, no tuvo empacho, ni recato, ni vergüenza ajena, y se tiró a la piscina de cabeza, emulando el baño que se dio recientemente en las aguas del río Umia, en Meis (Pontevedra), sólo que, ahora, vestido, con traje y corbata incluida, demostrando haber perdido el miedo al agua, y sin cortarse un pelo, desplegó su “dedazo” sobre la testa resplandeciente de su ex-Ministro de Educación, Cultura y Deportes, José-Ignacio Wert (el peor Ministro de Educación de la democracia, título que se ha ganado a pulso) y le instituyó Embajador-Jefe de la Delegación Permanente de España ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), con sede, en nada más y nada menos, que en el París de la Francia (Le Paris de la France).

Y es que, como sentencia el refranero español, “la cabra tira al monte”, y, por tanto, por mucho que nuestro eximio Presidente del Gobierno de España se esfuerce en hacer como que lucha contra la corrupción y en pos de la regeneración democrática (precisamente cuando su partido el PP  está hasta el cuello de mierda y sin reconocerlo) estos gestos, como el referido, echan por tierra todo su discurso regeneracionista, pues incurre, clara y gravemente, en una contradicción, en una cacicada, en un más de lo mismo y le deja con el culo al aire y huero de razones para autopostularse como el adalid de la lucha contra nada.

Y aún escandaliza más que el citado cargo, lleve consigo una remuneración de 10.000 euros mensuales y se ponga a su disposición una residencia oficial de 500 metros cuadrados en el centro más chic de París, en la Avenida Foch, amén de coche oficial, chófer, secretaria, servicio doméstico, dietas, más gastos de representación, todo ello con cargo al erario público y contará con el apoyo de dos diplomáticos y 11 consejeros de los distintos ministerios, poniendo de relieve un polémico y sangrante caso de lo que se conoce como “las puertas giratorias”, o sea, que los políticos, una vez que dejan de ser útiles (por decirlo de alguna manera, porque la realidad prueba más bien lo contrario) a quien los nombró, se les defenestra, pero no se les abandona, salvo ciertos casos excepcionales, y se les prepara una salida “honrosa” y acorde con el rango de su posición, ofreciéndoles puestos de relevancia, o no, pero muy bien remunerados en todos los casos, ya sea en la empresa privada, ya en la pública, siendo un referente, entre otros, el Senado, verdadero cementerio de elefantes, en el que, el que no duerme, es porque está ausente.

Y por si lo antedicho, por sí solo, no fuera suficiente para concluir en la inconveniencia de la decisión de Don Mariano (sus razones tendrá), ejemplo de nepotismo, resulta que la cuestión se convierte en rocambolesca cuando la actual esposa del ínclito ex-Ministro, y antigua Secretaria de Estado del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Montserrat Gomendio, ya había abandonado previamente su cargo y se había instalado, nada más y nada menos, que en el propio París, como Directora Adjunta de la propia OCDE, desde donde, desde el mes de Abril de este año, esperaba impaciente la llegada de su enamorado, con lo cual el asunto toma tintes de culebrón amoroso, pudiendo decirse que estamos quizás ante un redivivo de esas historias famosas, tales como el Don Juan Tenorio, los Amantes de Teruel o Romeo y Julieta, con un fin dulce y de película, en la que los amantes fueron felices y comieron perdices.

No es de extrañar que la noticia haya sido criticada, por activa y por pasiva, casi por todos los medios de comunicación, tomándoselo alguno a chacota, así, entre otros, cabe destacar las columnas que el domingo 2 de agosto, en ABC, dedicaron al asunto Luis Ventoso, bajo el título “Triunfó el amor” (“El regalo nupcial a Wert muestra más bien poca sintonía con la calle”) e Ignacio Camacho, bajo el título “Reunificación familiar” (“la embajada parisina de Wert es una especie de reunificación familiar propiciada mediante el Boletín Oficial del Estado”). Sin dejar de lado las críticas vertidas por la oposición, calificando este nombramiento el PSOE de “cacicada”, pidiendo la comparecencia urgente en el Congreso del Ministro de Exteriores, Margallo, añadiendo el portavoz del grupo socialista en el Congreso, Antonio Hernando, de “inexplicable” la decisión, ironizando con que la razón de la misma sea el “reagrupamiento familiar”. Y como no podía ser de otra manera en defensa del meritado Embajador el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, en su acostumbrada línea de abulia y desgana, le defendió diciendo que el interfecto atesora “suficientes méritos” para ir a esa Embajada “y a otras”, o sea, le faltó decir, un “crack”.

Por otra parte, este nombramiento, como tantos otros, como por ejemplo el de Federico Trillo como embajador en Londres, ha causado un fuerte malestar en la carrera diplomática, y así, la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), que agrupa al 65% de los diplomáticos españoles ha calificado de “imprudencia” y de “inaceptable” esta decisión del Gobierno de España, criticando la fecha del nombramiento, víspera de las vacaciones estivales, cuando el puesto estaba vacante desde el pasado 29 de Mayo, y más ante las próximas elecciones generales, ya que de cambiar el Gobierno, el nuevo, con toda probabilidad, revocará el nombramiento “con el consiguiente perjuicio para el Tesoro Público, la Embajada y nuestras relaciones con la OCDE” y considerando que “tan inaceptable es que los responsables políticos aprovechen su posición para asegurarse un puesto en instituciones privadas, como que utilicen a la Administración Pública en el mismo sentido”.

En definitiva, un puesto de privilegio para quien ha abandonado el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte por la puerta de atrás, tras enfrentarse con todos los colectivos con los que había de relacionarse y dejando colgado al Gobierno a poco de tener que ser aplicada la nueva ley de Educación, apadrinada por el saliente, la Lomce, que ya han anunciado casi todas las Autonomías que no la van a aplicar. Un saldo desastroso en cuanto a su gestión, chulesca, prepotente, arrogante y soberbia por lo demás, que no le hacía acreedor a tal canonjía, sinecura, prebenda, privilegio o bicoca, dejando a propios y extraños con la boca abierta. Pero estas son las cosas de Mariano, que en este caso ha querido ejercer de Celestina para que no se rompiese el amor entre los ya conocidos como “los amantes de cultura”, un lamentable error más de este Gobierno, y luego se quejan los del PP del desapego de la calle y de la sociedad para con el partido y sus representantes. Y es que ya estamos hasta el gorro.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

 12 de agosto de 2015

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