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TINTOS DE VERANO (III)

Por Miguel Ángel Vicente
martes 25 de agosto de 2015, 23:38h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

3.- QUIEN SE ABURRE, ESPANTA MOSCAS CON EL RABO.

Con tal de dar a entender que un departamento funciona, su responsable es capaz de pergeñar en su caletre cualquier ocurrencia a fin de justificar su puesto y, por tanto, seguir subido en el machito, y en el oropel que confiere el poder, y es entonces cuando los mayores disparates tienen cabida, superando, incluso, a la serie que, con tal nombre, grabó el genio de Fuendetodos, Don Francisco de Goya y Lucientes (que si viviera ahora tendría un amplísimo muestrario para ampliar su obra) y en este contexto de buenismo, al que yo añadiría de simplismo, la Concejalía de la Juventud del Excmo. Ayuntamiento de Albacete, que parece no haber querido tomar vacaciones de verano, que le hubieran venido de perlas, se ha lanzado a la palestra y profundamente preocupada por la abulia y el aburrimiento que, a los jóvenes albaceteños de entre 12 y 17 años, les pueda embargar en la canícula, al estar suspendidas las clases docentes y obligados a estar mano sobre mano, sin pegar un palo al agua, se ha visto en la obligación y tesitura de ofrecer una serie de actividades a dichos jóvenes, para que se diviertan durante las tórridas tardes del mes de Agosto, para lo que se ofertan una serie de talleres y actividades para que las tardes de ese mes de Agosto dejen de ser aburridas o lo sean en menor medida. De esta manera se ha puesto en marcha un programa piloto denominado “Pillaos por las tardes”, con el dicho fin de que los jóvenes albacetenses dentro de esos límites de edad tengan algo que hacer y con lo que divertirse. Se trata, según la titular de la indicada Concejalía, María Gil, de ofrecer una batería de actividades ideadas desde el Negociado de la Juventud con el único ánimo de “Promover una oferta de ocio de calidad, incentivar la cultura juvenil y promover un estilo de vida saludable”, o sea, una explicación en clave política biensonante y que parece querer alcanzar unas metas a la altura del Everest o, como poco, del Kilimanjaro, para al final quedar en una chapuza, a lo que nos tienen acostumbrados nuestros insignes y locuaces políticos. Y es que, si nos metemos en esa oferta de actividades que se ponen a disposición de nuestros jóvenes para que no se aburran (que esta es otra, yo en mi juventud no tenía necesidad de que nadie me guiara por actividades para evitar mi aburrimiento, ya me las arreglaba yo, que para eso creo que tenemos el cerebro, para no aburrirme, y, en verdad, que nunca me aburrí),  nos encontramos, entre las diferentes actividades, las de grafiti, circo y zumba, lo que no parece casar demasiado con esa calidad y cultura pretendidas. Es evidente que establecer una escuela de grafiti, es, poco más o menos, que crear a futuros grafiteros, por si había pocos, para que sigan engorrinando la ciudad de Albacete, en general, y en particular algunos lugares emblemáticos, como sucede con la Plaza de la Virgen de los Llanos, ubicada frente a la Catedral, en la que los grafiteros, con la complacencia de nuestra autoridad política y policial, se han explayado y se siguen explayando, dando rienda suelta a su inspiración y a expresar todo el “arte” que llevan dentro, aunque, dicho en romance paladino y con claridad, no hacen otra cosa que llenar de mierda las fachadas de los locales ubicados en la zona, y así, de esta manera, bien podríamos decir que éramos pocos y parió la abuela. Dicha Plaza (entre otras muchas, así como calles y en general la totalidad de la ciudad) es, además, la de la Patrona de Albacete, la de Nuestra Señora  la Virgen de los Llanos, que debiera ser, por este sólo hecho, para que tanto la autoridad política como la policial tomaran cartas en el asunto de una puta vez, con contundencia y decisión. Pero aquí, es lo de siempre, echarle la culpa al propietario de los locales y amenazarle con abrirle expediente y sancionarle, si no accede, como un borrego, a limpiar un día tras otro, porque lo que limpias hoy, mañana lo tendrás que volver a limpiar, puesto que volverá a estar grafiteado, y, en el ínterin, la máxima autoridad local, el día de la apertura de las puertas de Hierro, cada siete de Septiembre, a abrazar y subir la imagen de Nuestra Señora, con pretendida devoción, a la capilla del recinto Ferial. Pero, en fin, al parecer, tanto los grafiteros como los monopatinadores, que no causan sino molestias de alto riesgo y dejan por donde pasan los lugares convertidos en unos estercoleros, parecen gozar del beneplácito de la autoridad competente y tener y gozar de bula para su vandalismo.

En relación con otra de las actividades, la de “circo”, cae ya en lo grotesco y ridículo y en ese afán de convertir a Albacete en una ciudad  que goza de una inveterada tradición circense (inexistente en la realidad, por ser falso de toda falsedad) y en la que, al parecer, todos los que nacen lo hacen ya con las narices de payaso pegadas a la cara. No sé yo si la creada, en su día, escuela de circo municipal, sigue dando guerra, pero tanto una cosa como otra, enmarcadas en ese querer hacer de Albacete la capital del Circo, para lo que se propuso y se aprobó, en su día, la instalación, en el emblemático edificio del Altozano, que albergara la sede del Banco de España en la capital, de un Museo del Circo, que parece haber sido aparcado por la crisis (alguna cosa buena ha traído) y sustituido por el proyectado Museo de Arte Realista en la antigua sede de la Cámara de Comercio en la calle Ancha. En fin, en relación con el circo, lo justo y ante todo y sobre todo, toda la verdad y solamente la verdad, y dejar de embaucar al personal y atender las necesidades que no admiten demoras.

Y respecto de las clases de zumba, qué quieren que les diga, se define por sí sola.

Si de verdad se quisiera acometer, como, con énfasis, se pone de manifiesto, y promover un ocio alternativo de calidad, cultural y saludable, bien podrían ofrecerse actividades que fueran auténticamente gratificantes y añadieran, además, algún valor, a quienes van dirigidas. Por poner sólo algún ejemplo y tratar de ayudar, si, como parece, la experiencia nace para seguir en el futuro, qué tal enseñar a jugar al ajedrez, un curso de japonés o de chino, de pintura de la buena, de música, leerse el Quijote de pé a pá y comentarlo y analizarlo, clases de escritura, redacción y lectura, de ortografía y literatura, realización de algunos servicios sociales, etc. Eso sí sería gratificante para esos jóvenes que se aburren, sin razón alguna y al menos, les harían un poco más cultos, solidarios y educados.            

MIGUEL ANGEL VICENTE MARTINEZ

26 DE AGOSTO 2015

 

                

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