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¿Otra vez, Mariano? (II)

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 01 de junio de 2016, 01:58h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Repito, ¿otra vez, Mariano? Aún tienes la osadía de volver a prometer que bajarás los impuestos si de nuevo te eriges en el Presidente del nuevo Gobierno tras las elecciones del 26 de Junio próximo y con esa promesa proclamada desde el extranjero para usarla como carnaza para que piquemos de nuevo quienes te elevamos a la cima del Gobierno para hacer precisamente todo lo contrario de lo que hiciste tras tomar posesión del cargo y de la poltrona que lo acompaña, adoptando medidas infames que han llevado a la práctica desaparición de la clase media en este país, vuelvo a repetir, aún hoy, a duras penas, llamado España, y sumiendo al pueblo español en un estado de ruina, miseria, hambre, horror y espanto, por plegarte a los dicterios de la Troika, liderada por la Cancillera Ángela Merkel, convertido en el mejor alumno de la austeridad y en el mayor  pelota de la teutona, en un remedo de vender el alma de todos los españoles al diablo, acabando, de un plumazo, con el llamado Estado de Bienestar, que había costado sudor y lágrimas y sangre, sobre las espaldas de todos los españoles, conseguirlo, y dejando a un país empobrecido, desanimado, sin aliciente alguno para mirar el futuro con ilusión, porque, y esto es lo peor, las futuras generaciones han quedado varadas como cualquier navío que navega sin patrón ni capitán, todo por someterte a las imposiciones de Bruselas y olvidarte del pueblo al que desde tu alto cargo juraste servir.

Y para mayor inri, desde ese mismo diario británico, una vez más no dando la cara ante los españoles y escondiéndote como un cobarde, afirmas que tú mismo no tienes sucesor natural en el PP: “no tengo un sucesor natural”, dices y te quedas más largo que ancho o tan pancho, que también vale para el caso, lo que significa que tomas por lelos o memos a tus cabezas de serie, poco menos que incapaces que hayan de ser sometidos a tutela o acuratela, y por si fuera poco, añades que crearás dos millones de empleos, riéndote de todos quienes están en las listas del paro y que nunca volverán a saber lo que es estar empleado, de los que conseguirán un puesto de trabajo temporal (quizás por horas, días o semanas) y con un salario de mierda, de los jóvenes, y no tan jóvenes que ya iniciaron hace tiempo el camino hacia el extranjero, incluida Latinoamérica, y los que seguirán haciendo las maletas, de los que te ríes cuando, en su día, manifestaste que era bueno que nos moviéramos por Europa, y en este punto habría que espetarte, como en su día hizo nuestro ex-monarca, Don Juan Carlos I, a Chávez, el líder venezolano, aquél famoso “pero, ¿por qué no te callas?”. Porque da la impresión de que en estos cuatro últimos años de tu legislatura no has hecho otra cosa que tocarte la pera y engordar la faltriquera.

Te crees imprescindible, el más listo de la clase, el único capaz de seguir dirigiendo los destinos de la que en otra época llegó a ser una gran nación, España, de la que no me extraña que Cataluña, y otros, quieran desmarcarse, y en la que en época de Felipe II llegó a decirse que en ese imperio “no se ponía el sol”, dando la razón al dicho o refrán de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. En cualquier caso, la herencia que dejas (esa famosa herencia que, en su día recibiste de Zapatero, que tantas veces maldecirte y de la que despotricaste como no digan dueñas y que te sirvió de excusa para lapidar tu programa electoral y hacer todo lo contrario de lo que prometiste) para ti mismo o para cualquiera otro que llegue a la Presidencia del Gobierno, es de aurora boreal, pero por lo nefasto, por lo pésimo, pues por la puerta asoma el recorte que se avecina de 8.000 millones de euros que exige la Troika, y la multa que sobrevuela el cielo español por el descontrol del déficit, ahora aplazada hasta que lleguemos a tener nuevo Gobierno, haciendo ingeniería política, y no digamos en sede de deuda pública, que has conseguido batir récord histórico al superar el 100% del PIB por primera vez en un siglo, concretamente en 107 años, situando el endeudamiento de las Administraciones públicas en los 1,095 billones de euros, debiendo remontarnos para algo igual al año 1.909, y eso que te las das de buen gestor, lo que demuestra que han seguido primando los intereses particulares y partidistas sobre los generales de la nación española. Y si nos metemos en harina de corrupción, el PP se lleva la palma, desde que se destaparan los chanchullos de Luis Bárcenas y demás extesoreros del partido, los borrados de los discos duros de los ordenadores de aquél, de los sobresueldos y los sobres con dinero “B” , lo de la Gúrtell y todos sus adyacentes, concluyentes y afluentes lo de la Púnica, lo de Rita Barberá, y de tantos y tantos casos de corrupción que salpican al Partido y a sus alrededores, que parece mentira que, a día de hoy, no hayas tomado la decisión que se esperaba de un verdadero hombre de Estado, cual es la de haber presentado, en el primer momento, la dimisión y haberte puesto a disposición de la justicia, antes al contrario, te has atrincherado, llamándote andana, haciéndote el sueco, y has ido dejando caer sucesivamente a tus conmilitones, rizando el rizo y siendo la gota de agua que colma el vaso, el nombramiento de Rita Barberá como miembro permanente de la Mesa del Senado, en un intento de retrasar la acción de la justicia y esperar que el paso del tiempo o un milagro de la primavera, como dijera el poeta, resolviera satisfactoriamente el asunto. Y por si fuera poco, la imputación o investigación del propio Partido Popular, aunque lo sea a título de beneficiario, por corrupción y financiación ilegal. Sin dejar de lado la petición de fianza impuesta al PP por el Juez de la Audiencia Nacional José de la Mata por importe de 1,2 millones de euros en la causa que sentará en el banquillo, entre otros, a sus dos extesoreros Álvaro de la Puerta y Luis Barcenas y al que fuera su gerente Cristóbal Páez, por la “Caja B” que el Magistrado atribuye a la formación al menos entre 1.990 y 2.008.

Por otra parte, reseñar la carta que, “soto vocce”, y de incógnito remitiste el pasado 5 de Mayo al Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, comprometiéndote a “adoptar nuevas medidas” en el segundo trimestre del año con el objetivo de reducir el deficit por debajo del 3% en 2.017, medidas que no pueden ser otras que nuevos ajustes y recortes, incidiendo en la tan cacareada “austeridad” (sobre la que tu Ministro de Exteriores José Manuel Margallo sentenció: “nos hemos pasado cuatro pueblos”), en contradicción total y absoluta con la nueva rebaja de impuestos que prometes.

En fin, con este bagaje y desbagaje, ¿aún tienes el morro de seguir en el machito y tienes la cara dura de prometer bajarnos los impuestos y de crear dos millones de puestos de trabajo? Nos tomas por tontos del haba, o por lerdos, o por gilipollas, o, simplemente, por desmemoriados, pero he de decirte que los españoles ni somos tontos del haba, ni somos lerdos, ni somos gilipollas, y mucho menos, desmemoriados, como unos chiquillos a quienes se puede engañar poniéndoles un caramelo en la puerta del colegio. No cuela, ya, a estas alturas de la película, en la que ya somos mayores para creer que los burros vuelan, pata tragarnos carros y carretas, o para comulgar con ruedas de molino.

¿Otra vez, Mariano?.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTÍNEZ

1 de junio de 2016

 

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