Según la sentencia, hecha pública hoy, la Audiencia Provincial ha considerado probado que el hombre, de 50 años, abusó de la niña que acudía con frecuencia al domicilio del condenado para jugar con sus hijos.
En varias ocasiones abusó de ella mientras jugaba al escondite y se ocultaba bajo la mesa camilla, mientras los otros menores se encontraban viendo la televisión.
Otras ocasiones fueron en una finca cercana, a la que habían acudido para ver a una perra recién nacida, y cuando iba a su casas a realizar algún trabajo para el colegio.
La menor guardó silencio y no contó nada a su familia temiendo que no la creyeran, además de por vergüenza, asco y temor, hasta que en 2009 (cuando tenía doce años) habló de ello.
Si (
No(
