El Albacete puso a la venta las entradas no retiradas por los abonados y aquellas que todavía quedaban sin vender, de reservas de Sestao y otras reservas que tenía el club. Se limitó la venta a cuatro entradas por persona, intentando evitar que al final haya revanta y algunas personas aprovechen el interés del partido para lograr sacar un dinero, en detrimento de los aficionados que estaban horas en las colas del estadio.
Las taquillas se abrían a las 11 de la mañana pero para entonces estaba claro que los últimos de la cola no iban a tener entrada.
Sigue muy alto el interés por el partido y los aficionados han intentado lograr una entrada hasta el último momento.