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La vida sigue igual o peor

Por Miguel Ángel Vicente
martes 27 de mayo de 2014, 22:04h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

El miércoles 7 de Mayo del corriente año los dirigentes de las mayores multinacionales españolas acudieron a La Moncloa tras la llamada del Sr. Presidente del Gobierno de Espa­ña, con ánimo, por parte de éste, de pedirles árnica y recibir un baño de multitudes y con el objeto, nada oculto, de obtener un espaldarazo a las políticas eco­nómicas que, desde el Gobierno, se vienen impulsando, dicen, para sacar a España de la recesión, o sea, del pozo de la cri­sis.

De todos los convocados, sólo faltaron a esta cita los Presidentes de Mercadona (Juan Roig) y del Grupo Planeta (José Manuel Lara), que se ausentaron por problemas de agenda, y quienes se perdieron el almuerzo (lasaña, bacalao y leche frita), que duró dos horas (entre las 14:00 y las 16:00), durante las cuales, el Presidente Mariano Rajoy, les puso de manifiesto las últimas previsiones del Gobierno, incluidas en el Plan de Estabilidad remitido a Bruselas, así como su con­fianza en una mejora en los datos de empleo para los próximos meses.

De los dieciocho grandes empresarios allí presentes, tomaron la palabra cinco, quienes como portavoces del resto de invitados, felicitaron a Rajoy, Mariano, por los resultados de su política económica,  por evitar, en su momento, el rescate del país, por la caída de la prima de riesgo y por los síntomas últimos que, dicen, confirman el camino de la recuperación. De entre los invitados el más lenguaraz fue el Presidente del Banco Santander, Emilio Botín, el cual calificó, nada más y nada menos, que de “extraordinaria” la labor del Gobierno de Rajoy, y le animó a mantener su política no sólo en esta legislatura sino también en la siguiente, mostrándose, por tanto, favorable a que Rajoy continúe en el poder hasta final de 2.019, es decir una legislatura más, o sea la misma historia que cuando gobernaba Zapatero, respecto del cual igualmente manifestó que era partidario de las políticas de aquél Gobierno, y que iba por el buen camino, y sin que conste que alguno de los presentes pusiera un ápice de duda o de incredulidad respecto de ninguna de las medidas políticas y económicas que el Gobierno ha llevado y está llevando a cabo, y que están dejando al más pintado mirando a la luna de Valencia, o sea, sumergido en el túnel y el pozo de la ruina, la miseria, el hambre, el horror y el espanto.

En cualquier caso, omitieron, muy ladinamente, cualquier referencia al rescate bancario, llamado eufemísticamente recapitalización de la banca, ascendente, al final, entre pitos y flautas, a 100.000 millones de euros, y llámese rescate, recapitalización o la  madre que lo parió, en definitiva, esa descomunal suma tenemos que devolverla el conjunto de los espa­ñoles; es cierto que la prima de riesgo ha bajado espectacular­mente, pero colocar deuda a menos interés no es ningún éxito, siem­pre que la deuda suba y suba como la espuma y la tenemos ya, prácticamente, al 100% (96’80%) del PIB, ascendiendo a 990.466 millones de euros, habiendo aumentado desde la llegada del Partido Popular al Gobierno en 253.132 millones, y en un suma y sigue imparable, a razón de 13.791 euros cada hora, 331.000 euros cada día, llegando a límites no vistos desde hace un siglo en nuestro país.

Y en cuanto a la recuperación, no sé si a niveles macroeconómicos y de multinacionales se nota algo, pero lo que es a pie de calle, que es dondeha de medirse la temperatura de lo que verdaderamente deberíamos entender por recuperación, ya que afecta a la inmensa mayoría de los 46 millones de españoles-ciudadanos de a pie, puede decirse, ha­blando en catalán (idioma que debiera aprender nuestro Presidente para entenderse con Artur  Mas), que "res de res", pues el consumo si­gue bajo mínimos, el crédito no acaba de fluir , y del paro, qué decir, que no bajaremos del 25% hasta, al menos, en 2.016, siguiendo las previsiones más optimistas.

Y es que el verdadero problema de España, no es el pro­blema de estos grandes empresarios, integrantes del Consejo Empresarial para la Competitividad, conocido, pijamente, como el "think-tank" (gabinete estratégico o comité asesor), sino el día a día de la economía del autónomo y del pequeño y mediano empresario, de los que no pueden llegar a fin de mes, de quienes tienen que resolver más de un sudoku para pagar a sus empleados y su Seguridad Social, de quienes tienen que pagar el IVA sin haberlo cobrado y sin saber si lo cobrarán, de los que tienen que ir a comer a Cáritas y demás comedores Socia­les, de los que siguen en el paro y ya no tienen ni siquiera prestación, ascendiendo,  según los datos revelados por la última Encuesta de Población Activa  (EPA), el primer trimestre de este año, a 4 millones de parados sin prestación o subsidio alguno, detectando que apenas 1’9 millones de desempleados perciben algún tipo de ayuda, habiendo descendido el gasto en protección, en lo que va de año, un 15’5%.

Item más, de los jóvenes (cuyo paro alcanza casi el 60%) que tienen que salir fuera del país para encontrar un puesto de trabajo, generalmente mal retribuido, de los investigadores que igualmente tienen que abandonar el país, por los recortes, y que quizás ya no vuelvan, como los primeros, fomentando el desarraigo y que la formación recibida en nuestro país la regurgiten en beneficio de otro país, por mucho que quieran hablarnos del mundo sin fronteras y de la polla en vinagre, de los pensionistas que ven de hecho rebajadas sus pensio­nes (y que no les alcanzan para pagar el IBI, o sea, como a casi todos los ciudadanos, a quienes nuestros  munícipes parecen querer dejarlos tal como los parió su madre),  los dependientes que no tienen quienes les atiendan por falta de presupuesto, de los "desahuciados" de sus viviendas por falta de pago de las cuotas del préstamo garantizado con aquélla, etc. etc. Esta es la realidad y no otra, y mientras esto no se estabili­ce, se mitigue o se combata con medidas de crecimiento y de incentivación a la contratación laboral seguiremos negando, por activa y por pasiva, la recuperación, por más que el Presidente del Gobierno y el cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, Cañete, Arias, Don Miguel, se desgañiten vendiendo los efectos de la misma y apelando a la herencia recibida, como excusa para el incumplimiento palmario y completo de su programa electoral y del desaguisado en que este gobierno nos ha metido, dándonos la puntilla.

No en vano, Timothy Geithner, Presidente de la Reserva Federal (Fed) de Nueva York, durante la caída del banco Lehman Brothers, en septiembre de 2.008, y Secretario del Tesoro de Estados Unidos entre 2.009 y 2.013, ha puesto de manifiesto que no hay motivo alguno para celebrar los indicios de que países como España empiecen a salir de la mayor crisis de las últimas décadas, pues las actuales cifras del paro y crecimiento en España y otros países, revelan que “hubo mucho sufrimiento inútil”, tal como escribe en “Stress Test”, sus memorias de los años en la Administración Obama, publicadas el 12 de mayo de 2.014, responsabilizando de la cifra inasumible de paro en España (el 26% y más del 50% entre los jóvenes) a “la austeridad mal aplicada”, a  “la fiebre de la austeridad”, políticas que dispararon el paro y provocaron el citado “sufrimiento” entre los ciudadanos, mientras que EEUU, incentivó el crecimiento con inversiones y estímulos fiscales y monetarios, poniendo al descubierto “los errores de los europeos y sus intentos tardíos y poco efectivos” para combatir la crisis.

Por otra parte, el exceso de austeridad empieza a pasar factura, pues los recortes de gastos y las subidas de impuestos arrojan el mayor ajuste de la democracia, 82.500 millones de euros en cuatro años, a costa del Estado de Bienestar; la crisis se ceba con las nóminas: desde 2.003 no se registraba un  número de asalariados por debajo de los 14 millones, de los que 3 millones son funcionarios y de los 11 millones privados un 25% tiene empleo temporal; el frenazo del sector exterior al inicio del año complica la recuperación, cayendo las exportaciones de mercancías, en términos reales, un 1’7% en marzo; los parados que ya no buscan empleo crecen un 21% entre 2.011 y 2.014, colectivo de desanimados que sube hasta el medio millón de trabajadores; más desahucios pese a la nueva ley, pues más de 49.600 familias perdieron sus viviendas en 2.013 por impago, lo que supone un alza del 11% frente al 2.012, perdiendo peso los acuerdos y las daciones en pago tras el cambio normativo.

Pero, mientras un Presidente del Gobierno, en vísperas de unas elecciones (las europeas), que califica de trascendentales, considere que su obligación como tal era estar en Lisboa en la final de la Champions, proclamándolo a los cuatro vientos, sin sonrojarse, en un medio televisivo, cualquier apelación a la sensatez y al sentido común, será tanto como pedir peras al olmo.

MIGUEL ÁNGEL VICENTE MARTÍNEZ

28 de mayo de 2014

 

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