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La gran desfachatez

Por Miguel Ángel Vicente
martes 05 de agosto de 2014, 22:32h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

No de otra manera puede intitularse la comparecencia del Presidente del Gobierno de España, Don Mariano Rajoy Brey, tras el Consejo de Ministros del pasado viernes, día uno de Agosto, por más señas. Y es que la conclusión a que llegaría un observador neutral que mirase, desde fuera, el devenir de los acontecimientos en España, ante el balance y las afirmaciones a que es capaz de llegar nuestro Presidente, sin sonrojarse un ápice, sería que España es el País de las Maravillas, confundiendo a Rajoy con Alicia, o que España es el País de Jauja o que España es un País donde atan a los perros con longaniza.

Ni el más mínimo recato ante los cadáveres que han quedado arrojados a la sima de la crisis, debido, fundamentalmente, a las corrosivas medidas de austeridad que se han venido aplicando, con el cuento de contener el déficit, ni la más mínima autocrítica, ni el más mínimo gesto de humildad. Todo autocomplacencia, todo altivez, todo engreimiento, todo autosuficiencia, todo arrogancia, todo soberbia, todo vanidad y presunción. El mejor entre los mejores, el “Manolete” de la política, el “Ronaldo” de la economía, sólo uno y más que uno, incluso, por encima de Dios y su Madre.

Yo no sé qué tipo de asesores tiene el Presidente del Gobierno de España: en principio, y si no me equivoco, creo que brincan de los trescientos, más cercanos a los 600, ni qué estadísticas maneja el Gobierno para a un país arrasado por la crisis económica, le venga con la martingala de que todo ha pasado sin dejar secuelas, como si no hubiera habido, y siga habiéndolas, consecuencias, que la recuperación de la economía “es cada vez más intensa”, que “el crecimiento ha venido para quedarse” (como si se tratara de algún primo exiliado en el extranjero que volviera a España o de algún hijo pródigo que regresara al hogar paterno), que el PIB crecerá hasta el 1’2 o el  1’6 por ciento o sólo Dios sabe si se desmandará y romperá la barrera del sonido, y que el paro es cosa de cuatro días, y todo ello debido a la acción-inacción y a las medidas de un Gobierno, al parecer tocado por el don divino de hacer manar el agua de la roca y hacer llover del cielo el maná, convirtiéndose el Sr. Rajoy en un nuevo Moisés del siglo XXI que, incluso, todo lo que toca lo convierte en oro.

Hay que ser cínico para afirmar y alardear públicamente de la creación de empleo, cuando, prácticamente todo el creado lo es a tiempo parcial, es estacional, muchos, incluso, por una hora, completando una jornada laboral de ocho horas ocho trabajadores distintos, y que las retribuciones, llámense salarios o sueldos, son casi la caja de un mendigo pidiendo limosna a la puerta de una iglesia, o, si acaso, incluso, menor,

Hay que ser hipócrita, para proclamar el fin de la crisis cuando aún las filas del paro superan el 25% de la población activa, cuando hay 800.000 familias en las que no hay ingreso alguno porque todos sus miembros se hallan en paro, cuando los jóvenes tienen que seguir el periplo de sus bisabuelos en la posguerra española emigrando a cualquier país de Europa, Asia o América donde quieran acogerlos, si es que los acogen y en qué condiciones laborales, cuando los investigadores, por falta de presupuesto, tienen que seguir el ejemplo de los jóvenes y marcharse a otro país, buscando aires más favorables (por cierto, que esto de la emigración nuestro Presidente lo vendía como un valor  añadido porque así los jóvenes y los no tan jóvenes conocían otras culturas, ¿por qué no emigra Vd., Sr. Rajoy, si tan paradigmática y benéfica es la emigración?), cuando las familias que acuden a Cáritas, o a la Cruz Roja, o a los comedores sociales crecen a un ritmo que llegan al colapso, cuando más de 300.000 niños, durante el verano, no podrán hacer, como mínimo, una comida decente al día, al haberse negado la casi totalidad de las Autonomías a la apertura de los comedores escolares, y así en un etc. etc. interminable.

Hay que tener más cara que un saco de monedas, para aprobar el proyecto de Ley de Reforma Fiscal, del que vaticina una rebaja de impuestos equivalente a 9.000 millones de euros, cuando por la puerta falsa, como acostumbra a hacer este Gobierno y el Partido que lo sustenta en el poder, nos subirán los impuestos para mitigar, compensar o superar esa presunta rebaja. ¿Cómo se puede hablar de rebaja de impuestos cuando nos han asaeteado con la creación de otros muchos nuevos, tales, como por ejemplo, el del 20% sobre los premios de las loterías? ¿No se lleva ya el Estado una sustanciosa tajada o pellizco de la recaudación de esos sorteos? Al lado de este aberrante porcentaje, el 3% de tasa o peaje por adjudicación de obras y servicios del Molt Honorable Pujol es un grano de arena en el desierto del Sahara.

¿Cómo se puede vender, como una gracia, como una medida social, que el jubilado que venda su casa, no tributará por incremento patrimonial en cuanto al importe de la transmisión que no exceda de 240.000 euros, si hasta esa cantidad la reinvierte en contratar una renta vitalicia con un banco o una aseguradora, lo que huele un tanto a un nuevo caso de preferentes?

¿Por qué este Gobierno hace tabla rasa y se salta a la torera la Ley y la propia Constitución Española, a lo que tanto es aficionado y a la que se agarra como un clavo ardiendo cuando le conviene? Porque, al suprimir los coeficientes de abatimiento y pasar a aplicar el incremento patrimonial “a pelo” (sobre la diferencia del valor de adquisición y el valor de transmisión) a todas las adquisiciones verificadas antes de la entrada en vigor de la nueva normativa (1 de Enero de 2.015): ¿no está vulnerando uno de los sagrados principios esenciales y constitucionales de que las leyes penales, las fiscales y, en general, todas aquellas que sean restrictivas de derechos no pueden tener efecto retroactivo, salvo que sean más beneficiosas y en lo que beneficie al ciudadano?

En fin, hay que tener una gran desfachatez, cuando preguntado el Presidente del Gobierno por la corrupción y, en concreto, por el caso Gurtel, llamándose andana, el mismo se limite a decir que todos los imputados ya no están en el partido, lo que equivale a decir que muerto el perro, muerta la rabia, o que muerta la mosca Tse-Tse, después de la picadura, el afectado quedará indemne a la enfermedad del sueño por arte de birlibirloque. En este punto, Sr. Presidente, un poco de por favor, que sus tres últimos extesoreros han sido imputados por delitos que escandalizan a toda la humanidad, que 21 ex-altos cargos, incluidos tres exconsejeros, del Gobierno de Camps, ese ex-Presidente de la Comunidad Valenciana, han sido igualmente imputados y van, según el Sr. Juez Ruz, en la Gurtel-Primera Época o Primera Fase; que el extesorero del PP en la Comunidad de Castilla-La Mancha, Lamberto García Pineda, quien afirmó ante su Señoría que era una figura decorativa, y el gerente de dicha Comunidad José Ángel Cañas, que igualmente ante su Señoría, manifestó firmar recibís en blanco de Luís Bárcenas, han sido igualmente imputados, por no hablar de la condena a cuatro años de chirona al Ex-Presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, por delito fiscal, y así en una romería que podría ir, sin solución de continuidad, desde Tarifa a Estaca de Bares.

MIGUEL ANGEL VICENTE MARTINEZ

6 DE AGOSTO DE 2014

 

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