han celebrado en honor a la Patrona, la Virgen del Rosario, que, finalmente anoche regresó a la Ermita del Rosario tras las dos semanas en que ha presidido la Iglesia de La Asunción.
La lluvia, con aparato eléctrico incluido, volvió aparecer en la tarde del domingo, pero, de alguna manera se hizo el milagro y la tormenta cesó minutos antes de la hora prevista para la salida de la Procesión, que comenzó con algo de retraso.
Por la mañana tuvo lugar el último rosario de la aurora y la misa concelebrada que ofició el Obispo de Albacete, Ciriaco Benavente, con la Iglesia de La Asunción luciendo una decoración muy especial y original, para lo que el grupo de personas que, desde hace 25 años se reúnen en torno a este ceremonial, estuvieron toda la noche realizando los arreglos.
Sin embargo la fuerte tromba de agua del pasado sábado obligó a los organizadores a reubicar la Ofrenda en el interior de la Iglesia. En principio, se concedieron 30 minutos más al horario inicialmente previsto, en previsión que pudiera alejarse la tormenta, pero, a pesar que apenas llovía a las 20.30 horas, el recorrido que, de manera novedosa, en esta ocasión partía de la Plaza de Santa Ana, estaba en bastante mal estado, por lo que se vio una Ofrenda que ya en el pasado también se celebró a cubierto.
Con la Patrona en el Altar Mayor, fueron cientos las personas que acudieron a cumplir con esta tradición de entregar sus cestas y ramos, aunque, no ya en el orden que, inicialmente, había establecido la Cofradía de la Virgen del Rosari