La ruta se denominaba “Derrubiada del Cabriel” en Casas de Ves, un recorrido en circular que comenzaba a las nueve de la mañana desde la Caseta de Forestales en el paraje “Las Muelas”, con una dificultad técnica media, de unos 19.5 kilómetros de distancia y una duración aproximada de cinco horas.
Aunque cuando llegamos a Casas de Ves estaba cubierto y hacia fresquillo, tardó poco en salir el sol que nos calentaría durante todo el recorrido, que comenzábamos por una zona declarada LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Entre cultivos de cereal, vid, almendros, oliveras y algún pistacho, mezclados con zona de pinar y monte mediterráneo, con Casas de Ves al fondo, dejando se ver entre los montes.
Con buen ritmo, ya que eran muchos los kilómetros que teníamos por delante y aprovechando la llanura del camino, aunque al poco comenzamos un descenso de 2,5 km pasando de 700 metros a 500 de altitud, en este descenso llegamos hasta la Casa del Amajal, al lado de la fuente manantial del mismo nombre, lugar que aprovechamos para almorzar y degustar los típicos hornazos y dulces típicos de la zona gracias a la cortesía del ayuntamiento de Casas de Ves. Desde aquí pudimos contemplar unas preciosas vistas del valle del Cabriel. Junto a la casa desciende un camino a unas antiguas salinas que se utilizaban para extraer sal para su posterior comercialización, actualmente en desuso.
Desde aquí nos desplazamos hacia un bello paraje llamado “las Portas”, lugar conocido por este nombre como consecuencia de un hueco en la piedra que da vista al valle del Cabriel y que tiene unos 40 m de caída totalmente vertical. Este lugar cuenta con anclajes para la práctica del rapel. Desde este punto se puede observar el río Cabriel, la parte de Albacete y la de Valencia.
Continuaos y con el sol apretando, comenzamos un ascenso progresivo hasta la cota inicial entre monte y olivos. Pasamos el ecuador de nuestra ruta y llegamos al paraje conocido como “El Horrando”, nos encontramos una casa en buen estado para el descanso de la familia que viene a trabajar estas tierras. Aquí también encontramos una fuente manantial del mismo nombre.
El último ascenso, ya de pocos metros, nos adentramos en un pinar repoblado de los años 60
que nos da paso a un recorrido llano entre viñas, algunas con más de cuarenta años, hacia la Ermita de la Encarnación, lugar de culto y romería el primer lunes de Pascua, dentro de la Fiestas Tradicionales de la localidad, que se desarrollan de Jueves Santo a Miércoles posterior todos los años. También se celebra el día de la Encarnación el 25 de Marzo, rezando
las 100 ave marías, celebrando misa y merienda campestre ofrecida por la hermandad de la Virgen de la Encarnación, aprovechamos la sombra y los bancos que hay alrededor para descansar un poco.
Tras cruzar el prado y puente alcanzamos la Fuente de la Salaboreja, también conocida por Fuente de las Lombrices, ya que se les atribuye a su aguas un uso curativo para la enfermedad intestinal que provocan estos parásitos dentro del organismo, de hecho, la propiedad mineromedicinal de sus aguas, obtuvieron la medalla de broce en la exposición Universal de Barcelona celebrada en 1888, por Isabel II, medalla que se encuentra en el Ayuntamiento.
Seguimos el camino y nos dirigimos por la puentecilla a la Rambla de las Carrascas, entre pinos piñoneros hacia la Cañada o Loancho, donde se puede observar, al fondo, la Cruz de las Cien Ave Marías y un poco más adelante por el camino del Cerro Palancho nos dirigimos a este
cerro que explotaban familias de la localidad en la extracción de yeso. Estuvo algunas décadas cerrado y en los años 90 una empresa arrendó y compró estos terrenos para su aprovechamiento. El paisaje que nos ofrece es un paisaje lunar, sin vegetación, y con los restos de los trabajos de extracción.
Ya solo nos quedaba llegar al complejo Turístico “La Fuente” donde hay un precioso hotel y un camping muy bien acondicionado, de propiedad municipal, donde nos espera una merecida comida. El complejo la Fuente se encuentra junto a la Fuente del Lavadero, que da nombre a todo este lugar. Aquí también se encuentra el antiguo lavadero municipal.
Este complejo esta acondicionado con barbacoas públicas y la piscina municipal, junto con
Bungalows, Hotel rural, zona de acampada y restaurante, que nos ofrecen descanso, tranquilidad, buena comida y todo muy cerca de la naturaleza y paisajes impresionantes, como hemos tenido la posibilidad de disfrutar.
Tras la comida y acompañados por el alcalde del municipio, Antonio F. Valiente Sánchez, pudimos visitar la iglesia parroquial de Santa Quiteria, uno de los templos barrocos más importantes de la comarca, donde destacan sus pinturas interiores y retablos churriguerescos, el ayuntamiento y la cooperativa Virgen de la Encarnación.
Las siguientes rutas serán dos, el próximo sábado, día 27 de mayo, en Munera, “Ruta de los molinos de agua y las aldeas”, con una dificultad media, 16,52 km de distancia y cinco horas de duración, con salida a las 08:00horas, desde Centro de Interpretación “Bodas de Camacho” de Munera”; y también otra el domingo, 28 de mayo, en Ayna, denominada “Los Picarzos” una ruta circular, de 18 kilómetros de distancia, una dificultad técnica alta, con salida a las 08:00 horas desde la parada del autobús del municipio.