En su comparecencia ante el pleno del Parlament, en un discurso de cerca de media hora, Puigdemont ha evitado optar por la vía más directa a la independencia, en un intento de "desescalar la tensión" con el Estado, un "gesto de generosidad y responsabilidad" con el que espera "abrir un tiempo de diálogo con el Estado español".
"Asumo presentarles los resultados del referéndum ante todos ustedes y ante nuestros conciudadanos, el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república", ha aseverado un ovacionado Puigdemont.
Acto seguido ha añadido: "Con la misma solemnidad el Govern y yo proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas se emprenda el diálogo".
En su discurso, Puigdemont ha repasado el proceso soberanista desde la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el estatuto de autonomía y ha criticado las cargas policiales del pasado 1 de octubre, que ha asegurado que quedarán "grabadas en la memoria por siempre" de los catalanes.
"No somos unos delincuentes, no somos locos, no somos golpistas, no somos abducidos. Somos gente normal que pide poder votar. Y que ha estado dispuesta a todo el dialogo necesario para realizarlo de manera acordada. No tenemos nada contra España o los españoles, al contrario, nos queremos reentender mejor, porque la relación no funciona. La Constitución es un marco democrático, pero hay democracia más allá de la Constitución", ha señalado.