Los agentes recibieron la denuncia de que alguien había accedido a una peluquería, por la puerta principal y sin provocar daños, y había sustraído la caja registradora en la que había unos 500 euros, según ha informado la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
La denunciante afirmó que fue una empleada la que cerró el negocio y al regresar a la mañana siguiente se percató de que la puerta principal estaba abierta, sin signos aparentes de forzamiento.
Los investigadores averiguaron que había sido esta mujer la que realmente abandonó en último lugar el establecimiento y que lo hizo a través de una puerta trasera que conecta con el garaje.
Los agentes han detenido a la denunciante, que se había apoderado de la recaudación y dejado la puerta principal abierta para simular el robo y que creía que las cámaras de seguridad instaladas en unas dependencias oficiales contiguas no podían grabarla.
La Delegación de Gobierno ha recordado que simular ser víctima de una infracción penal, denunciar o acusar a otra persona de ser responsable de un hecho inexistente es un delito tipificado en el Código Penal y sancionado con multas que pueden llegar hasta los 24 meses e incluso conllevar pena de prisión.
Ha alertado de que este tipo de denuncias, como falsos robos con violencia o intimidación de teléfonos móviles, efectos electrónicos o carteras, cada vez proliferan más y el motivo más frecuente suele ser obtener una compensación por parte de los seguros.