"El PP ha vuelto", ha proclamado Casado en su primer discurso como líder de un partido, que cierra hoy el ciclo de Mariano Rajoy y que le ha dado una victoria contundente: el apoyo de 1.701 compromisarios frente a los 1.250 que han votado a Santamaría.
La exvicepresidenta del Gobierno, que presumía de ser la candidata de las bases por haber ganado la primera vuelta de las primarias, no ha podido vencer a Casado después de que éste lograra que los otros cuatro candidatos que no superaron el primer corte (María Dolores de Cospedal, José Ramón Garcia, Jose Manuel García-Margallo y Elio Cabanes) se pusieran de su lado.
El XIX Congreso del PP cierra sus puertas tras una batalla reñida que ha tenido en vilo a los 'populares', quienes hoy tienen un presidente que promete un partido "más fuerte y unido".
Lo primero que ha hecho Casado como líder del PP ha sido ponerse en contacto con el jefe de la Casa Real para comunicarle los resultados del congreso y reiterar la lealtad del partido a la Constitución y al Rey Felipe VI.
"¡Viva España, viva el Rey!, han coreado los asistentes.
Su primer discurso aún como candidato ha sido una intervención con más tono de mitin electoral que de mensaje interno, de "presidente del Gobierno" decían los suyos, y ha dejado claras sus líneas ideológicas.
Pablo Casado ha dicho que liderará la España "de los balcones y las banderas" con la misma "firmeza" contra el soberanismo que tuvo Rajoy, defender la vida y la familia como uno de los valores que vertebran el PP y oponerse a la regulación de la eutanasia que pretende aprobar el PSOE, así como proteger la dignidad de las víctimas de ETA sin concesiones a los terroristas.
Nada diferente de lo que ha mantenido en toda la campaña y sin sorpresas tampoco en los nombres que le acompañan en su lista al Comité Ejecutivo Nacional, en la que está su director de campaña, Teodoro García Egea, y los hasta ahora vicesecretarios Javier Maroto y Andrea Levy.
También cuatro exministros, Dolors Montserrat, Juan Ignacio Zoido, Rafael Catalá e Isabel García Tejerina, que apoyaron en la primera vuelta a Cospedal.
De quien será su secretario o secretaria general y cómo se repartirán los cargos en la dirección, Casado no ha avanzado nada porque pretende sumar también a Sáenz de Santamaría y a su equipo y lo que ofrece es una "integración real" y "al máximo nivel".
Aunque lo que está descartado es que la exvicepresidenta pueda ocupar la Secretaría General, porque ese puesto debe salir de la lista que ha presentado el ganador.
El recién elegido presidente del PP no ha ahorrado agradecimientos a los compromisarios, a quienes había pedido antes que voten "en libertad" y con el corazón, sin "identificaciones ni etiquetas".
Agradecimientos ha tenido también para Rajoy por el legado que deja y para Cospedal, quien ha recibido emocionada ese reconocimiento a su labor como secretaria general.
Muchos agradecimientos ha habido también en el discurso de la derrotada, muy sentidos los elogios que ha dirigido a Rajoy, cuyo ejemplo también ha seguido al ofrecer su lealtad al PP.
"Mi legitimidad -ha dicho- está en los afiliados. Mi lealtad está con mi partido. Es la única lealtad que entiendo y exijo. Yo también soy leal", la misma afirmación que ayer hacía el expresidente del Gobierno.
Sáenz de Santamaría ha vuelto a pedir antes de la votación que se respetara la voluntad de las bases, pero no ha tenido éxito, y ahora la incógnita de cómo lograrán la integración y la unidad que ambos candidatos prometían es la que el PP deberá resolver en los próximos días.
De momento, Casado ha avanzado ya que la próxima semana se reunirá el Comité Ejecutivo Nacional para ultimar el organigrama de su dirección que pretende negociar con Sáenz de Santamaría.
"No os voy a defraudar", ha afirmado Casado, que ha cerrado el congreso de su victoria poniendo en valor que "hoy no ha perdido nadie, ha ganado el PP".
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