La alcaldesa de Alpera muestra su satisfacción para instalar una macrogranja porcina y agradece la movilización vecinal

y ha agradecido a asociaciones, colectivos vecinales, cooperativa del Campo Santa Cruz, comunidad de regantes de la comarca, impulsadas por ADDA (Asociación para la Defensa del Patrimonio de Alpera), así como a las más de 2.300 alegaciones presentadas a título particular, la movilización llevada a cabo para frenar un proyecto que chocaba frontalmente con la apuesta por un desarrollo sostenible del municipio.

Así, Arnedo ha explicado que este proyecto de macrogranja chocaba frontalmente con la legislación medioambiental, pues no se garantizaba la gestión de los purines, exigía una gran cantidad de consumo de agua, y además se ubicaba en zona catalogada como vulnerable por contaminación por nitratos del acuífero, lo que chocaba frontalmente con la apuesta por una agricultura ecológica que ha realizado la Cooperativa Santa Cruz en su producción de vino.

Asimismo -añade Cesárea Arnedo-, “el informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar era negativo, y por tanto, el proyecto era inviable por lo que la Junta no tenía más remedio que frenar la autorización ambiental”.

Por su parte, el Ayuntamiento está trabajando en la modificación del planeamiento urbanístico para limitar este tipo de instalaciones de ganadería extensiva y otro sus usos similares, ha informado la regidora del municipio.

El proyecto hubiera supuesto igualmente un fuerte impacto en el entorno del paraje natural donde su ubica una de las estaciones con arte rupestre más relevantes de España como es el abrigo de la Cueva de la Vieja, declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial.

De esa forma, la alcaldesa de Alpera ha reiterado su satisfacción por la movilización vecinal, que ha ido de la mano con el Ayuntamiento, que desde el primer momento trasladó a la Junta de Comunidades su rechazo a la instalación de una granja de estas características en su término municipal.