Según los datos aportados por el director médico de Parapléjicos, Juan Carlos Adau, un total de dos personas, dos varones de 20 y de 41 años, ingresaron en el Hospital Nacional de Parapléjicos el pasado 2019, "con lesiones cervicales que provocaron una tetraplejia y que pudieron haberse evitado sencillamente con prudencia".
También hubo un ingreso con motivo de un accidente de buceo por descompresión que, aun no siendo una zambullida, también se relaciona con el deporte acuático, según ha informado la Junta en nota de prensa.
Los profesionales hacen hincapié en una actitud de prudencia si un bañista pretende zambullirse en el agua. El tipo de lesión medular común como consecuencia de una mala zambullida se produce a nivel cervical, lo que genera una tetraplejia.
"Si la lesión es completa supone, desde el punto en que se produce la lesión, la interrupción de mensajes de ida y vuelta del cerebro al resto del cuerpo a través de la médula espinal, lo que se traduce en falta de movilidad y de sensibilidad", ha explicado el doctor Adau.
Estos días de verano el Hospital utilizará sus redes sociales, Facebook, Twitter (@HNParaplejicos) e Instagram, para la difusión de los mensajes de prevención utilizando los hashtag #Zambullidas2020 y #MiraCómoSaltas, acompañados de diversas infografías con indicaciones y consejos antes de tirarse al agua.
Tanto los ayuntamientos como las comunidades de vecinos con piscinas que lo deseen podrán disponer del cartel de este año con mensajes preventivos para imprimirlo en alta calidad y ubicarlo en piscinas públicas y privadas, en playas y en zonas de baño de toda España. El cartel se puede encontrar en la web del Hospital Nacional de Parapléjicos http://hnparaplejicos.sescam.castillalamancha.es y en www.infomedula.org.
SENTIDO COMÚN
Profesionales del Hospital de Parapléjicos recuerdan un verano más la importancia de conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar, sobre todo en relación con la altura desde la que uno se lanza. En todo caso el bañista ha de zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo así el cuello y la cabeza.
Si el agua está turbia y no hay visibilidad conviene inspeccionar previamente la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se puede impactar.
En lugares como ríos, lagos, playas o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas, por lo que es conveniente comprobar siempre la profundidad.
Otra recomendación es no saltar de cabeza desde demasiada altura, pues una mala técnica de entrada puede causarnos lesiones tan solo golpeándonos con el agua.
En el mar, si el bañista se lanza de cabeza contra las olas debe comprobar que la profundidad después de la ola es suficiente. En cualquier caso, sólo es aconsejable zambullirse cuando la seguridad sea completa.
Por otra parte, en caso de que se produzca un accidente, y ante la necesidad de la recogida y manipulación de la víctima, es muy importante inmovilizar el cuello, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado. No se debe transportar al lesionado en un vehículo utilitario.